El Canto Perdido. Versos. Malín D'Echevers[1]

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MALIN D'ECHEVERS

El (anta Periido
(VERSOS)

1962

CENTRO EDITORIAL "JOSE DE PINEDA IBARRA"


Ministerio de Educación Páblica Guatemala, C. A.
<br>

Colección Gontemporáneos
MALIN D'ECHEVERS
55

BI Canto Perdido
(VERSOS)

1961
-CENTRO EDITORIAL "JOSE DE PINEDA IBARRA"
Ministerio de Educación Pública de Guatemala, C. A.
<br>

NOTA INFORMATIVA

en este volumen -con


ODOS los poemas recogidos
a la Monja Blanca"=
la sola excepción del "Canto
de
corresponden a obra escrita hasta los albores
1934, en que crei encontrar,
para la expresión de
y sólo de
mi poesía, una forma nueva y mejor, libre
interiores. Surgió así
pendiente de mis personales ritmos
y publicado el mismo año,
"Galope de Astros", escrito en la Llambria",
siguiéndole, con igual estilo, "Frescura los moldes semi
poemario todavía inédito. Mi desvío de
hasta mediados de
clásicos en que me inicié, perduró
1940, cUando por propia convicción
volví a los cauces
pero también más sóli
-incuestionablemente más arduos
crear belleza de la poesía sujeta
dos y propicios para y "constitucionales'" de la
a las normas eternas, básicas y "Mieses
versificación genuina. De ahí, "Mago Pequeño"
libro -este último que contiene los más ama
Líricas",
mi vocación poética.
dos maduros frutos de
y

LA AUTORA
<br>

A MODO DE PROLOGO

El autor de "EI hombre que parecía un caballo":


-Amiga: tú has crecido. Cómo .has crecido?
¿

La autora de "El canto perdido":


-He sufrido.
<br>

DE RÓDILLAS
A
mi padre
Scñor: no fue sino después que hubiste
partido para sicmpre,
cuando yo comprendí lo que valían,
tu mente podcrosa, tu corazón inmenso;
cuando la vida me enfrentó a la lucha,
y en el camino áspero
tu recuerdo fuc luz para alumbrar mis pasos.

En la blancura de mis sucños niños,


-califiqué de cándido placer
y de alegría ingenua
cuanto podía yo esperar del mundo.
Aquel hogar por ti salvaguardado,
oasis era de tan dulce paz,
que el optimismo presidió mis horas.
a
¡Las horas todas que viví tu lado!
y
Después, el prisma fue abatido roto;
pero tu ejemplo perduró a lo largo
de mi existencia. No olvidé jamás
que en sacrificios floreció tu vida
fecunda y noble;
<br>

que te la hiciste dura


para que la encontrásemos "; Mi hija inteligente!", musitaste,
tus hijos suave; sobre tu fuerte pecho estrechando mi cabeza.
que el bien semnbraste sin fijarte en dónde.
Y cuando en hora infausta Al recordar aquellas cosas
tu cuerpo descendió a la tierra: inefables, también
cuando perdí el tesoro lágrimas inefables he llorado.
de tu cariño, de tu sombra:
ahí donde la pena me dolía Señor de regia cepa espiritual:
vino a prenderse tu entereza, precisar no es posible cuándo iré
iy por eso he luchado a ese más allá" donde tú habitas
y he sabido ser madre! y donde un día espero recobrarte;
Me donaste con ella lo mejor de ti mismo, mas sobre el polvo, en tanto, me arrodillo
y no obstante me diste mucho más: para llegar, en alas
si he sabido ser buena, de la abstracción, hasta tu ser,
¡
incapaz de traición, de villanía, mi angustia iluminada
te lo debo también. por los brotes de luz de tu recuerdo!
Jamás ni nunca defraudé confianzas
y como a ti me encontrará el final,
con la conciencia clara.

Por eso, de rodillas,


evoco hoy tu recuerdo y lo bendigo,
y este libro te ofrendo humildemente.
Amabas tú mis versos,
y los primeros que escribí, de niña,
noble estímulo en tu bondad hallaron.
¿Te acuerdas? Mi escritura aún no podía
seguir la línea recta... Y tú, mi padre amado,
príncipe de la ciencia, monseñor del talento,
tú besaste una vez
-en rapto
incontenible
la mano chiquitina que escribía...

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11
<br>

LA DUILCE MENTIRA

Una dulce mentira, casta y pura,


que halla vida en el cáliz de un rècuerdo,
mallas teje de azul y.de ternura.

Sobre el rico oropel de ese recuerdo


una nube rosada se levanta,
y en un nimbo de gloria el alma pierdo...

Al dulce son de la ilusión que canta,


de un tiempo nuerto la gentil sonata,
la flor de los cariños se agiganta.
La cascada de amor, de luz y plata,
serpentea el jardín que reverdece
hace oír su adorable serenata.
y

Serenata de azul Flor que se mece


.

sobre un iris de sueños. ¡Alborada


que las horas más bellas embellece!
Notas suaves de alondra enanorada
que a la sombra del sauce abre las alas:
melodías empíricas; sagrada
expresión de ternezas y de galas;

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<br>

sinfonía gentil, eco del cielo,


voz ingenua de ninfas y zagalas;
sonrisa de mi vida, magia y velo
que amortigua el dolor que oculta mana;
paloma de ilusión que une en su vuelo,
dulcemente, mi ayer y mi mañana:

Es la dulce mentira que alza pura,


de un recuerdo en el cáliz, el hosanna
SENSACION DE PRIMAVERA
vibrador de emoción y de ternura.
Hay en mi corazón un desfilar brillante
de espléndidos tesoros, gemas maravillosas
y rica orfebrería. Música desbordante
de claras aleluyas y cantigas gloriosas,
va esparciendo la magia sedante de sus notas.

Y el espíritu invaden -como aguas cristalinas


de arroyos que caminan sobre sendas ignotas
y todas esmaltadas por las manos divinas
las ondas mañaneras que traen en sus alas
sonidos agoreros de una bella canción.

La vida hace la dádiva de sus mejores galas.


Resuena el aleluya con inefable unción..

Y cual del incensario, en sacras espirales,


asciende el homenaje ritual a las alturas,
así, con la pureza de ingenuos madrigales,
loa al Padre el connubio de nuestras dos ternuras.

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<br>

PORQUE SOY PECADORA...


A doña Beatriz Batres v. de. Viña.

Porque soy imperfecta, porque soy pecadora,


me dominan a veces ansias de sacrificio;
y que ciña mi cuerpo con el duro cilicio,
una voz en lo interno de mi espíritu implora.

Como un místico canto la invocación resuena.


Y tiene melodías temblantes de dulzuras;
melodías divinas que van a las alturas,
llevándose en sus alas impalpables, mi pena.

Porque no he sido mala y he sentido que llena


un gran dolor mi vida, dame gracia Dios mío!
Amame porque te amo, y porque en Ti confío
y toda mi alma invade la ambición de ser buena.

Tu Espíritu Divino, que soberano abarca


con el saber supremo la suprema ternura,
hizo a su semejanza a la humana criatura
porque quiso ser Padre antes que ser Monarca.

Mas la dejaste expuesta a toda tentación:


en el Edén, tu mano cultivó plantas bellas;

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2
<br>

y el bien y el mal crecieron enredados en ellas,


a la vez enredándose en nuestro corazón.

es deleznable.
Nos hiciste de barro y el barro
Por eso fue la tierra un camnpo de pecado,
que sólo lentamente será purificado,
si nos asiste ¡oh, Dios! Tu ayuda imponderable.
QuIsIERA...
Igual que en el desierto, de una santa paciencia
armóse el solitario, tan austero y tan triste,
así el brote temprano de mi vida, se viste Quisiera tener para apoyar mi cabeza,
de yemas que preparan flores de penitencia. de frente abatida y de pupilas llorosas,
unas manos muy puras, dos manos muy buenas
rosas.
Ampáramne Dios mío, porque siento el dolor Con olor de azucenas y frescura de
de saberme imperfecta, y en barro-me tallaste.
Porque es eterna el alma, ipurifica su engaste! Manos.compasivas, albas manos angélicas,
y de amables cariños,
Porque es Amor Tu esencia, iperdóname Señor! de suaves consuelos
Manos que disipen mi sombría tristeza,
manos de duquesa con fervores de niños.

Dos manos que enjuguen mi lanto con su seda


y hagan que yo bese la cruz cuando me abata;
manos que suavicen, con fragancia de nardos,
el dolor de los cardos y la angustia que mata.

Quisiera tener para apoyar mi cabeza,


cansada del mundo y de sus sueños banales,
manos con pureza de hostias consagradas.
Dos mnanos amadas... ¡Dos manos maternales!

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<br>

CANSANCIO

¡Dejadme descansar! Quc en mi redor


la paz augusta del olvido se haga.
Sobre mi corazón cayó una plaga
obsesora, de tedio y de dolor.

Dejadme descansar. ¡Tengo tristeza!


Perdido ya el vigor por la amplia herida,
abierta no sé cómo por la vida,
se inclina hacia la tierra mi cabeza.

De todos los poetas, la fatal


herencia sufro ya. Dejad que duerma
ajena a la inquietud. Estoy enferma
de una obscura dolencia espiritual.

Haced los que


me
amáis, piadosamente,
que el silencio responda a mi conjuro;
muro
y sea vuestro amor el alto
que detenga la ráfaga inclemente.

Más tarde, cuando roto ya el capuz


oro
de mis hondas tristezas, un sol de
los destellos me traiga que hoy añoro,
mi puerta te abrir, divina
luz.

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<br>

¿MILAGRO...?

Ella es una áurea princesa,


toda belleza y poesía,
que en soberana armonía
luce viveza y candor.
El es un príncipe azul,
de linaje esclarecido,
en medio del pecho herido
por sortilegios de amor.

En el sonriente horizonte,
sobre rosados festones
oscilan las ilusiones
en n carro de marfil;
y con sonrisa de siervo
ante una reina postrado,
el príncipe enamorado
teje un poema gentil.

Alma y voz cantan ternuras


que se desbordan airosas,
como perlas, como rosas,
sobre engarce de coral;
mas dejan indiferente

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<br>

a la regia muchachita,
En breve el valle florido.
que es ingrata, aunque es bonita
ofrece al golpe de vista,
Como clásica vestal.
modelo para una artista,
para un pensador la idea.
Flor de la coquetería, iY parece desprenderse
sobre su trono de amor del bello azul de la altura,
se intensifica el fulgor la soberana hermosura
de sus ojos sarracenos; de la chispa prometea!
y es su sonrisa un nimbo
Junto al arroyo de plata,
donde, fecunda y gloriosa, que sobre riscos musgosos
la vida joven y hermosa surca en giros caprichosos
luce esplendores serenos. la llanada milagrosa,
se escucha vibrar la risa
Lirio de seda y de ensueño, de la hmana primavera,
su bella boca conjura conmoviendo la pradera
la fervorosa ternura y el aire hendiendo armoniosa.
del más frío corazón;
En grupos plenos de encanto,
mas como roca inclemente,
aquellos amantes regios
aun cuando Moisés la hiriera van forjando sortilegios
fuera siempre una quimera y escaramuzas
de ideal:
,su marnantial
de piedad. sólo se muestra huraña
la niña de lindos ojos,
causando crueles enojos
al siervo de sangre real.
Por la risueña alameda, Al suplicar tiene el
llena de luz y alegría, dejo
de un alma que desfallece,
do soberbia joyería
aquella voz que parece
dilapida el rubio sol, gemido del corazón;
va una rica caravana y es porque el príncipe azul
cuyo donaire y belleza
siente muy hondo en el pecho,
supera a Naturaleza, el escozor del despecho
de la hermosura en el rol. y el poder de su pasión.

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<br>

Y torna la caravana
con su carcaj de ilusiones, las confidencias más puras;
ostentando los blasones reflejos de una alma buena
de cspiritual claridad; y de una dicha serena
¡sólo vuclve triste el príncipe albas promesas y escudo.
a quien no brinda alegría,
Mas la astuta muchachita,
con su burlona ironía,
simulando indiferencia
la retrechera beldad! se apegó a la falsa ciencia
que nutría sus anhelos;
coquetería y desdén
alternó, calculadora,
Corriendo presurosos y mientras rio, triunfadora,
los días y las semanas, ¡
lloró el amante sus duelos!
entre férvidas y vanas
csperanzas de ternura, En la fantástica estancia
muchas veces la princesa, do el lujo resplandecía,
tras el broquel de su orgullo, mayor la pena se hacía,
menospreció el dulce arrullo
del enamorado real;
del príncipe sin ventura. y supo la noble frente
de crueles humillacioncs,
A través del vasto campo,
que transform6 en rebeliones
donde la montaña alpina una sospecha fatal:
exhibe la esmeraldina Vio a su princesa querida
suntuosidad de su traje, seguir la senda estudiada
los dos vagaron unidos: para que pronto, la amada,
protestando él su terneza, se torne en
dueña y esposa;
ella absorta en la belleza vio el tortuoso pensamiento,
de los cielos y el boscaje. fingidor de indiferencia,
de la niña en la apariencia
Sobre las aguas del lago, tan pura como una rosa..
tranquilas 'y misteriosas,
como una luvia de rosas En otra alma soñó entonces,
de artificios despojada,
desgranáronse a menudo
sincera y enamorada,
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<br>

que mereciese su amor;


y en su amargúra infinita,
hall necias y halló vanas,
esas rutinas mundanas
con mnáscara de candor.

Un día el príncipe azul, DE JUVENTUD


con diamantina entereza
se marchó, con su tristeza,
Voy montando el caballo blanco de la victoria.
tras su legítimo ideal.
Mueve el viento sus crines, y con piafar sonoro
¿
Milagro o remordimiento? va hollando de los campos el fresco terciopelo
En tanto que él'se alejaba,.. -ágil como un venado y fuerte como un toro.
¡la princesa sollozaba
en su alcázar de cristal!
Irrumpe en mis pulmones el aire de las. sierras
y descansan mis ojos sobre el paisaje verde.
A través del azul violento de los cielos,
en dulces vaguedades mi corazón se pierde.

Crece una flor inmensa dentro del alma mía.


Tan suáve es su perfume, tan bella es su estructura,
que todo comno ella se va tornando suave
iy el alma como ella va haciéndose más pura!

Voy montando el caballo blanco de la victoria,


el Pegaso piafante que a galopar convida.
¡Y se abren a su paso cavernas de milagro,
en las que bebo el hatchis divino de la vida!

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<br>

PETICION
Todo lo que el alma pudo pedir, todo ne lo diste,
Del hogar las castas dichas y la deliciosa oh, abril!
languidez de un jardín
tropical.
La alba fe, cuya luz de optimismos pule
es más bella que las flores. las asperczas, y que
Una ilusión para reconciliarme con la vida, y para
adorar en
ella a Dios.
Venturas que acaso Cuesten caras, pero en canmbio infinitas
para considerarlas fabulosa recompensa del
martirio.
Y las mieles mejores aún que las que
dan los panales,
y las palabras cuya suavidad no
destruirán ni el mundo nilas
Parcas,
y la ternura incomparable y los palacios maravillosos del
ensueño.
Todo lo que el alma pudo pedir, todo me lo diste, joh, abril!
Y yo aún esta dádiva de tu bondad reclamo:
Sol de otros meses nefastos puede acaso borrar tus dulces besos;
haz que un alma como la mía, enferma de nostalgias,
pueda gozar el consuelo
de extinguirse blandamente, entre tus flores, ¡olh, abril!

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<br>

LA CANCION PRIMAVERAL

Abre la primavera los mágicos saloncs


de su mansión soberbia. Ya los cien mil violines
del orquestal errante,
están poblando el viento de locas sinfonías.

Las flores que nacieron del prado, en un connubio


divino con los besos del sol cquinoccial,
las válvulas abrieron de exóticas esencias
y hay una borrachera de aromas en el aire.

La línea azul de la alta montaña, se confunde


con el azul glorioso del gran zafiro cncavo.
Al sur y al norte imperan, al este y al poniente,
en lides de colores, orgías de la luz.

Tú lo dijiste, ¡oh, Kipling! Ya bosques, musgos, prados,


despiertan de su sueño con súbitos murmullos
y casi se les oye crecer. La tierra anciana
cantando va el prodigio de ser otra vez joven.
En la selva resuena la canción de las fieras
-cuyas venas parecen alojar la Flor Roja"
y Mowgly impele a Mowgly al rastro que de nuevo
lo lleva a la manada de hombres.. ¡Aleluya!

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3
<br>

Oh, gentil visitante de los hondos clamores,


hada dulce y benfica, de la varita mágica:
¡
En tus senos se nutren el Amor y la Vida!
La vagabunda orquesta de los cien mil violines
ya está arrancando arpegios de sus cuerdas sonoras,
sobre los csplendores de un reino de esmeralda
y bajo la embriaguez excelsa de la luz.

¡Es cl
LA LEY DE DOLOR
Lenguaje Nuevo"! Es la canción del mundo!

Con una furia extraña yo aspiraba la tierra,


su frescura, su olor, el acre olor que encierra.
no acierto qué salvaje elíxir de placer;
y esa savia robusta del corazón del mundo.
dentro del alma esclava de un anhelo infecundo
hizo estallar mis ansias de reposo y no ser.

Con la' vista ofuscada contemplé allí muy cerca


abismos que ahogarían, de una existencia terca,
las ambiciones locas de belleza y de amor.
Y me llegué hasta el antro tentador y atrayente
que ofrecía, en el fondo de su seno inconsciente,
el eterno reposo o el eterno dolor.

Era espléndida tumba: cual desde un pedestal


-y tal vez inspirada por el genio del mal
vi a mis pies algo inmenso, vibrador y sonriente.
Tuve' un gesto... Después, con una risa loca,
sobre la indiferencia serena de la roca
alcé los tristes ojos a la altura inclemente.

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¡Y en mi se hizo la luz! Crueles perplejidades,


levantando el problema de todas las edades,
el impulso cortaron que engendró el sinsabor.
En el pecho sangrante dio la filosofia
floraciones benditas, iy una sabia armonía
concilió la existencia con la ley de dolor!
TAEDIUM VITAE

Se agita un negro velo


por encima del alma.
espasmos de miedo
El dolor provoca
en las entrañas de la vida.
Hondo,, el barreno del destino horada
dentro la carne viva.

Súbitamente surge, junto al largo camino,


el atajo insinuante.
El velo negro toma
coloraciones rojas,
seductoras. Corre tibia la sangre
y algo huye, cabalgando en la grupa de un gemido..

Entonces, sobre el velo


escarlata en que se envuelve
la vida en su agonía,
el manto blanco y ledo
de una gran paz se tiende.
iy ya la angustia queda para siempre dormida!

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FILOSOFIA TRISTE

Oh, ser, ya inquieto o ya inquietante,


o torturado o torturador:
que hoy una calma recia y triunfante,
austera emerja de tu dolor.

Tu risa loca, tu extraña risa,


ha de ser ora tranquila y suave.
Ya no eres alma que va de prisa:
eres un cuerpo pesado y grave...

¡Teme al ensueño! Que tu mirada


se torne aguda sobre el timón.
Se encrespa y ruge la mar airada.
¡Cuida la vela de tu emoción!

A1lá a lo lejos, el manso puerto


-si eres sereno- te ofrece abrigo.
iQue luche y venza en el desconcierto,
el dios interno que va contigo!

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VANITAS

¿En dónde estáis, mis dichas de otros días,


mis anhelos de amor y de ternura?
¿En dónde los que amé, por su blandura,
cojines para mis melancolías?

¿En dónde están las ilusiones mías,


engendros débiles de mi locura?
;En dónde están, si toda su dulzura
fue levadura de mis agonías?

¿En dónde estáis, palacios que el ensueño


alzara, bajo la extensión serena?
Al influjo tal vez de algún conjuro,
un brujo malo defraudó mi empeño...
;Y elevé mis palacios sobre arena,
no obstante que era mi anhelar tan puro!

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<br>

SABIDURIA HONDA

Hermano: por la senda de la vida


encáuzate,
sin volver la cabeza
para ver hacia atrás.
Sobre todo, no lo hagas para ver
al que un día de mercedes colmaste.
¡La vida es triste
para el que da esperado
que retorne la dádiva!

Ama por el amor,


porque el amor, hermano,
es perfume y es luz
y viene a ser la esencia
misma de la Divinidad.

Trata de comprender,
pero no esperes
ser jamás comprendido;
que si la comprensión un día
te hace encuentro en la ruta,
es que hallaste la dicha que muy pocos
en la tierra encontraron.

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Hermano: por la senda de la vida


encáuzate,
sin volver la cabeza
para ver hacia atrás.
Sobre todo, no lo hagas para ver
al que un día de mercedes colmaste.
¡La vida es triste
para el que da esperando
que retorne la dádiva! IN SO MN IO
Has de dar al que nunca
te dio ni habrá de darte
y sólo has de recibir El sueño huyó de mis ojos.
No tiene la noche inquietante
de aquél que tú jamás
imaginarlo pudiste. ni un leve rumor. La posee el silencio,
su amante.
Trata de hallar Conturba la calma, con ser tan augusta.
la recompensa pura La casa,
en la alegría simple de la dádiva.
silente recibe
¡Y olvida, hermano, lo que diste, la sombra que pasa.
para ahorrar la pena
que reserva el ingrato! En torno a mi lecho
las formas son poco precisas.
Dentro de mi cráneo, que muerde el insomnio,
hay voces y. risas.

Son roncas las voces, las risas son crueles;


el miedo me atisba. Y bajo su imperio
-cual bajo la influencia de filtros diabólicos
empiezo a sentir que me cerca el misterio.

Sacuden mi cuerpo corrientes nerviosas;


dormirme no puedo.
Acoplo dantesco realizan
mi insomnio y mi miedo.

44 45
<br>

De todos los ámbitos surge una paz


arcana.
El mundo parece dormido en los brazos
del suave Nirvana.

El miedo cabalga al insomnio.


La noche se cierra.
Galopa en la sombra el misterio SILU E
TA
.
sin tocar la tierra..

Ensoñadora es la frente querida,


de amplios contornos y de lasitudes...
Impenetrables las frías pupilas,
verdes a veces y a veces azules.

Subyugadoras las manos sedeñas,


como dos alas.fluyendo ilusión.
Irresistibles las dos manos buenas,
que hablan la lengua de un férvido amor.

Dominadoras las manos amadas,


como de un héroe de añejas
historias;
contiadas manos, que como dos alas
brindan calor y tersuras de rosas.

Son asesinos los labios delgados,


que besan rozando apenas
la tez.
Son esos labios sutiles y malos
y
de ellos brota veneno que es miel.

Vértigo causa su dulce mirada,


loco arrebato su rubia cabeza;
y enciende su amor soberbias las
llamas
de una pasión que lastima y que besa.

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<br>

Son sus palabras cual voces de un plectro


divino, que llóra y canta a la par.
Son la expresión de un ensueño,
extraña mezcla de angustia y de paz.

Y esta que trazo adorable silueta


es la silueta de un príncipe azul,
belleza y verdad de la áurea leyenda
que habla el poema de mi juventud.. LLAMA

Toda yo soy una llama celeste,


cálida planta que alumbra y florece.

Cual si ocultase una mágica luz,


toda yo soy transparente y azul.

Como es mi llama de bella y de fálgida,


así es mi fuente de pura y traslúcida.

Risas y júbilos hienden los cielos


y es que hay una borrachera de ensueños.

Desde muy hondo la luz resplandece...


1Toda yo soy una lama celeste!

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<br>

LA CANCION TRIUNFAL

Entre mi dueño en el recinto


de mi corazón
y cante su canción triunfal.
Sobre el rojo plinto,
la divina ilusión
le cinceló un sitial.

Por cuánto tiempo te esperó mi pecho,


¡oh, dulce huésped de la dulce boca
y la caricia suave!
¡Por qué tardaste en el camino estrecho,
si te esperaba yo en la ruta loca
y en la vasta nave!

Apoya aquí, sobre mi tbio seno,


tu querida frente,
tu cansada sien.
Si anonadado te dejó el veneno,
sorbe la vida en mi ternura ardiente
y olvida el mal bajo la paz del bien.

Ponte muy cerca de mi corazón.


Tanto que escuches su labor inquieta,
y atiende al ritmo que tu nombre canta.

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<br>

¿No es grata y bella su canción


amado, y no huye, cabe la áurea meta,
todo el dolor cuando el amor lo espanta?

Dame tu mano, joh, mío!


Que tu calor hasta mi sangre se hunda
y sienta yo que vivo con tu vida.
Porque yo en ti confío
y porque tú en mí crees, que un Dios grande confunda LÀ CASA VACIA
tu herida con mi herida!
¡Cómo con su presencia
Los dos hemos sufrido. llenó completamente
Los dos sobre la senda nos sangramos los pies,
y ahora estamos juntos para siempre la casa antes vacía!
jamás. ¡Cómo la perfumó con suave esencia!
Los dos hemos sentido ¡Cómo a su influjo se tornó luciente
la fuerza que nos une germinando en la mies la casa ayer sombría!
de este sublime amor. ¿Para qu más?
Al cruzar las estancias desoladas,
Entre mi dueño en el recinto cual música querida
de mi corazón Su paso reson6;
y cante su canción triunfal. y sobre las moléculas heladas,
Sobre el rojo plinto, su voz hizo flotar calor de vida
la divina ilusión cuando me dijo, "te amno, y me besó.
la cinceló un sitial.
Su fina boca
trazó una línea suave,
ahí donde todo era simetria;
y todo lo animó, igual que un ave
las rectas de un camino, cuando loca,
Con una curva rompe su armonía.

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<br>

VENENOS AMABLES

"Bebido con uino y con mirra


resiste el tóxico'".
ANDRÉs DE LAGUNA

Labios que he amado porque mis enojos


intoxicaron con dulces venenos,
y sonriëron, piadosos y buenos,
ante la senda de rudos abrojos...

Porque con un dulce mimo, mis ojos


acariciaron amantes y plenos,
y porque a todo vibraron ajenos,
siempre al besarme los dos labios rojos.
puras,
Labios que han sido como ánforas ..
escanciadoras de grandes ternuras.

Labios do hallé, entre dulzor de panales,


un armonioso connubio de males...

por buenos,
Labios que amo por malos,
por sus dulzuras y por sus venenoS..

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<br>

LÀ SUPREMA OFRENDA

No es una queja. ¡No! Es un gemido


que me arrancara una alegría muerta.
Si hay en mis versos una angustia cierta
o mucho llanto por tu amor vertido,

también sabrámi corazón herido


amarte más cuando más sangre vierta.
Si está de dicha mi ansiedad desierta,
mi afán persiste por tu amor nutrido.
Si necesitas de mi sangre, amado,
tómala toda. Yo abrir mis venas
Con mano firme, y por la abierta herida

ya que no pudo un apacible vado


mi amor brindarte en el vivir inquieto
j en transfusión te ofrendaré mi vida!

57
<br>

BAJO EL ALA DEL AMOR

Si besa a tu alma la llama


de un milagroso delirio,
sé del portento un testigo:
¡es mu gran
amor que pasa!
Se hizo la claridad
donde la luz era un mito,
y es que ha querido el destino
que venciera el bien al mal.

No opongas para esa lama


celeste que te desvela,
ni temor ni resistencia:
jes mi gran amor que pasa!

Tiene la vida un remanso.


Como mis brazos es tibia,
es suave comno mi risa,
iy es que la embruja tu abrazo!
Si hay algo que bajo el ala
de esta locura divina,
comprenda el crimen de Anfisa,
ies mi gran amor que pasa!

59
<br>

Si se vuelve mi poesía,
bella como la magnolia,
como el pétalo sedosa,
j es que tu beso la rima!

Si una mujer ya no soy


sino una inefable loca,
es que arde una inmensa rosa
S
US MANOS
de amor, en mi corazón.
Sus manos que siempre guardan
Si suena un cálido hosanna para mis manos calor:
que al mundo de glória inunda,
sus manos que me acarician
es la vOZ de mi ternura, con, tal dulzura y unción:
¡ es
mi gran amor que pasa! tienen un tibio lenguaje,
claro para la ternura;
Si en ní arde esta llama azul tienen un fluido sagrado,
que va fundiéndose en arte, vibrante como la espuma.
y está encendida mi nave
con una radiosa luz; Yo amo sus manos blancas,
sus manos de seda y paz.
si la gloria me atalaya ¡Sus tibias manos que levan
en las curvas florecidas, de mi ventura el compás!
si algo mi mente ilumina:
¡es mi gran amor que pasa!

60 61
<br>

VINO DIVINO

Una ansia de su amor rasgó mi carne


cuando su boca descansÓ en la mía,
y nunca pude ya negar mis labico8
al que en los suyos mi ilusión guardaba,
Lo am con m amor intenso,
sin reflexiones que me hicieran daño,
Quise vivìr mi celestial locura,
iy la hizo plena su adorable boca!

¿Qué importa ahora que el destino anule


la frágil copa de ese amor vivido?
¡Ninguno ya desposeeme puede
de la emoción que yo escanciara en ella!

Amo esa copa que me dio tortura


y me embriagó cor su divino vino,
Amo esa copa en que bebí ambrosta
y el tóxico amo que amargó las heces.

Si la embriague en que me hundli su encanto,


lMlamas arranca a mi extinguido fuego,

i razón suprema es para amar la


copa
y su divino envenenado vino!

63
<br>

A
MOR

Tengo en cl alma clavado


como áurco puñal tu amor,
y toda yo estoy bañada
con la sangre de la herida,

Dulce calor de tus manos,


suave vibrar de tu acento,
emoción que pajarea
en tus ojos al mirarme,
ondas sutiles que vienen
de ti a mí;
amor que es como una espada
damasquina, hecha de luces.
¡Oh, ráfagas de lo eterno
sobre mi carne mortal!
¡Fulgores en que mi espíritu
su origen divino afirma!

Tengo en el alma clavado


como áureo puñal tu am0r,
y mana mi herida una
torrentada de rubíes.
Estoy del todo cubierta
con la sangre milagrosa,

65

5
<br>

y el rutilante dolor
de mi honda rasgadura,
se desborda por mis ojos
como en fuga de diamantes.

Ven, amado.
¡No te alejes de mi vera!
Piensa que eres
como un niño que dormita ESTE AMOR
al blando arrullo de mi voz.
Deja... deja que mis manos Este sabroso amor que me brindó la vida,
se deleiten con el suave
reposado y tranquilo amor
terciopelo de tu frente; que en mi alma dolorida
que una apoteosis de besos pone suavidades de flor;
glorifique a la ternura esta ternura que apacible pasa,
en el roce alado y tenue cual fresco manantial, sobre mi alma,
de tu faz y de mis labios: y el ritmo de mi tráago acompasa
tú con los ojos cerrados, Con un suave pasar que es luz y calma:
yo con el alma en la boca.
Déjame que te acaricie. Este dichoso amor nutre mi esfuerzo
y tu en cambio juega, i juega Con savia nueva en cada amanecer,
Con mi arroyo de rubíes clava un mástil de ilusión donde hubo cierzo
y también con mis diamantes! y al galgodolor detiene en el fatal correr.

66 67
<br>

LÀ CIUDAD DE LAS COLINAS


(PoEMA LAUREADO EN LOS JUEGOS FLORALES
DE QUEZALTENANGO, 1928)

(Gentileza por gentileza,


dedico este poema a
Carlos Wyld Ospina).

Amada ciudad mía,


de claro cielo y de fecunda tierra:
¡cuánta melancolía,
Suave y perenne, tu belleza encierra!

Tútienes el embrujo
de los más nobles pueblos milenarios,
que se envuelven en el mantón de lujo
de suS antiguos credos legendarios,

Tal vez se ocultan bajo tu tristeza


romances cruentos de olvidados días,
o en la añoranza que a la tarde reza
es do germinan tus melancolías.

Te he contemplado entre las tintas vagas


de tus ocasos, cuando milagrosas

69
<br>

se van alzando las influencias magas


que un brujo bucno trasfundió en tus rosas. Canta el kekchí, sonoro yarmonios0,
la excelsitud de tu realeza muerta,
Un ambiente litúrgico perdura, en las leyendas de un ayer pomposo
que dicc con dolor de lo que fuiste; que huyó dejando tu ambición desierta.
y ofrccc así, en vaso de dulzura,
cl vino añejo de tu alma triste. Yo adoro el inefable,
divino encanto de tu ingenuidad.
Oye cl poeta las repercusiones Amo tu paz, tu sencillez amable
de un pueblo grande, que quedó dormido y el soplo que te viene de otra edad.
bajo el misterio de las mutaciones
y de los siglos. Y hasta he creído,
Oh, bella ciudad mía:
cuando transito por tus quictas calles, sobre tu sombra y tu dolor interno
oír murmullos de una cdad grandiosa. se abre el milagro de tu hechiceria,
¡Pragor de lides que colmó los valles iy en ella esplende tu verdor eterno!
del mundo muerto que a mis pics reposa!

Como antigua ciudad, como fue Roma,


te posas entre cándidas colinas
a manera de trmula paloma.
Así eres blanca. Como orquídeas finas,
de esas que crecen entre los breñales
-de grávidos olores-
se alzan tus casas, junto a los maizales,
cual pebeteros que circuyen flores.
Vistes un traje de esplendor eterno,
tú, Reina de las cumbres, y sultana.
No hay un paisaje como el tuyo, tierno
de azul, de paz y luz americana.

Guardas también, como otras tantos flores,


las tradiciones de los bravos mayas.
Aún rememoras cósmicos amores,
Iy la india luce vestiduras gayas!

70 71
<br>

EL DUENDE QUE RIE

Persegui -beodade ensueño


una luz que en lontananza
refulgia.
¡Luz fingida a mi esperanza
por un duende que reía!

Maltrataron mi ternura,
y mi espiritualidad
se estrelló ante la inconsciencia
de la materialidad.
Horas nobles persiguiendo,
siglos crueles he vivido.
Y si fui en la lucha heroica
triunfadora, me ha vencido
volver ciñendo palmas
-alamargura.
mi Mi alma estoica
ha sufrido
con nobleza;
con la enérgica entereza
del que sabe que ha culpado
por ingenuo,
y ha debido
llorar mucho por confiado.

73
<br>

¡Ruda lid espiritual


en la que es como una rosa
tormentosa
-de jirones de alma y vida-–
mi gran mal!

Y el burlón regocijado,
en la sombra ríe, en tanto,
viendo luces milagrosas
en las gotas de mi llanto. LA DULCE NOTALGIA

¡Dulce nostalgia
de lo que ya no somos...!
Dulce nostalgia de pasadas horas
en que la vida semejó un poema
inmensamente trágico,
inmensamente bello,
se va mezclando a esa tristeza
ingente
de no ser nunca comprendida, y donde
el noble espíritu acopió fatigas
que alguna vez en lágrimas
rompieron,
como una tempestad purificante.
En lágrimas calladas, tan amargas.
iy tan consoladoras!

¡Dulce nostalgia
de lo que ya sufrimos...!

Dulce nostalgia de los tiempos idos,


cuando en los labios estallaron risas
y era como una música inefable
el rumor de los años que pasaban..
¡Dulce nostalgia
de lo que ya gozamos.
.!
74
75
<br>

Dulce nostalgia de la infancia, cuando


cl santo influjo de los besos puros
nos hizo sanos y nos hizo alegres.

¡Dulce nostalgia
de lo que ya perdimos...!
Dulce nostalgia de tornar al seno
fecundo y puro de la madre tierra,
iy germinar de nuevo! LA VOZ DEL RIO
Y convertida en savia
de humildes plantas, nuestra carne muerta,
cantar de nuevo a una sencilla vida, Es grave y es triste
en la vida de un día de los. lirios. lá voz qucjumbrosa del río doliente.
Tan triste y tan grave
¡Dulce nostalgia que siempre al oírla se anubla mi frente.
de lo que ya vivimos. ..!
¡Dulce nostalgia Es bronca y salvaje.
de lo que ya no somos...! Parece que fucra la voz de la lucha.
Y del torbellino de espumas se alzan
quejidos que absorto el espíritu escucha.

Su eterno murmullo scmeja estertores


de un gran pecho herido.
Parece que llora... Y siento sagrada
la calma del río que fuga escondido,
cuando serpentcando,
apenas da al viento nervioso
gemido.

A veces musitan las aguas revueltas,


mil vagas querellas que ofuscan la mente;
y un
alma he sentido vibrar en su seno,
oyendo esa voz misteriosa y doliente,
como si quisiera contar a los
hombres
que el río se queja, que
el río ama y siente.
76
77
<br>

Eterno romero, en la áspera. ruta


el río se interna... Y como alma errante,
ya mansa, ya loca,
camina. camina. la cinta brillante.

CALLES DE XELAJU...

Calles de Quezaltenango,
donde he paseado mi vieja tristeza....
Timidas calles, oh, calles audaces,
que de improviso en la ruta se besan.

Y esas que tienen silencios sombrios,


invocadores de las emboscadas.
Y esas que ríen y el sol las desposa
ante la paz de serenas montañas.

Calles tranquilas en que las arcaicas


rejas, evocan edades remotas,
y en que los ricos huipiles pregonan
claros vestigios de indigenas glorias.

Calles que juegan como al escondite


y a morir van en los rubios trigales...
Calles que vibran
Con peregrino rumor de cantares.

Oh, callecicas de cortes traviesos,


Con sus aceras de dos pies de anchura.
Suben y bajan, se enfrentan. y tuercen
como al acecho de frívolas burlas..

79
78
<br>

Oh, amables calles,


llenas de un mago poder de alegría:
¡
siempre que os cruzo, sonámbula y triste.
tiene un albor de sonrisas mi vida!

Calles de Xelajú: el vino suave


que en copas de oro y arcilla nos dais
a beber, causa embriagueces que
fingen
un mundo irreal... EL R U EGO

Déjame amarte como en los claros días


en que yo soñaba y tú me sonreias.

Deja que amorosas mis manos morenas


mullan los cojines, y duerman tus penas.

Deja que yo endulce tu taza de t.


Mejor que tú mismo yo hacerlo sabré.

Déjame mirarme en tus ojos, amado.


Deja que me siente, mimosa, a tu lado.

¡Déjame halagarte! ¡Déjame quererte!


¡Que amándote olvide mi amor a la
muerte!
Tú eres el anverso, yo soy el reverSo.
De un lado tu gloria, del otro mi amor y
mi verso.
Tengo en mi dolor toda la armonía.
Tu amor. la completa Con su
melodía.

Déjame amart como en los claros


días
en que yo soñaba y me
t sonreías.

80 81

6
<br>

¡QUE IMPORTAI

Qué importa si ya destruido


el prisma azul de mi anhelo,
la realidad me demuestra
que todo fue un vano empeño!

Si hoy tus besos no son míos,


i quéimporta! si los de ayer
atesoré previsora,
y aún saben a gloria y miel...

Si aún escucho el dulce plectro


que moduló tus palabras,
que no las repitas ya
sólo es inclemencia vana.

Tu blanca frente idolatro,


los ojos con que me miras,
tus dientes puros y bellos,
tu boca delgada y fina;
tu cabeza soñadora
de cabello turbulento,
tu milagrosa palabra,
tu aristocrático gesto;

83
<br>

mas tu alma oculta el embrujo


superior, y aunque me olvides, Qué importa que ya no me ames
jella serásiempre mía si de que me quieras vengo,
a través de lo que escribes! y en mi vesania celeste
¡me continúas queriendo!
Si ya tu amor es un mito
desvanecido en la, nada, Oh, besos, amor y músicas
que estáis tan vivos en mí:
iqué importa, amado, qué importa
sipara mí no hay Nirvana! jqué importa que ya no me ame
el caballero gentil!

¡Qué importa! si fuera inútil


que apasionado Ime amaras
al apagarse en mi pecho
esta divina fogata...

Si lo que yo amo es mi sueño,


si lo esencial es mi amor,
iqué importa que ya no vibres
al ritmo de mi emoción!
Qué importa que la inefable
locura en que se embriagaran
unidos, nuestros espíritus,
chocara con la montana
escarpada de la vida.

¡Qué importa! Si esta locura


-hecha de eterna belleza
aun mis penas
estrangula
con el gesto soberano
de una diosa y
el tranquilo
e impasible
desdoblarse
de un destino.

84 85
<br>

BALADA SENTIMENTAL

Ya no te cabe la pena,
pobrecito corazón;
y es Como una azucena
que sangrara, tu emoción.

Ya no te cabe la angustia
dentro del pecho doliente;
eres una acacia mustia
iy fuiste una entraña ardiente!

Iluminóse tu vida
COn un tormentosO amor,
y
te ha causado honda herida
su celeste resplandor.

A tus labios acercaste


el ánfora milagrosa,
y adentro el veneno hallaste
Como gusano en la
rosa.

Ya no te cabe la pena
pobrecito corazón...
iY es como una azucena
que sangrara, tu emoción!

87
<br>

LÀ CANCION DE LÀ INCAUTA

Yo vi el camino llano
y me interné por él.
No vi cómo ocultaba en las entrañas
cada acechanza cruel.
Yo vi que los jardines florecían
Con regia esplendidez.
Nia la víbora oculta ni al gusano
presentí. Me cegó mi candidez.

Tras la vívida luz del firmamento,


no supe adivinar la oscuridad.
Tras la calma
no oí la tempestad.

Por eso caí en toda asechanza del camino


y me asaltó a avispa
y me atacó el reptil;
me hundí en el abrojal, y la tormenta
pudo herirme, sutil.
y
Todo lo vio, confiado bondadoso,
mi incauto corazón;
y me punzó por eso en lo más hondo,
la artera decepción.

39
<br>

Lo vi todo a través del prisma puro


de mi diafanidad.
¿Quién pudiera cambiarse el corazón
y no ver en el bien la eternidad?

PERLÀ S

Yo soy como las ostras


que por cada dolor dan una perla.
Yo doy una canción
cada vez que me hiere la tristeza.

Yo soy como las. ostras,


forjadora de perlas
...
Mas en mí, son lastimaduras de alma,
y heridas de la carne, en ellas...

90
91
<br>

LOC URA
Tengo sed, una sed
desesperada de ternura.
Me empuja la locura...
¡Tengo sed!

¿Dónde está la cisterna,


el fresco manantial del agua pura:
Me empuja la locura.
¿Dónde está la cisterna?

;Oh, dantesco momento!


¿Dónde encuentro ternura?
Me empuja la locura.
iQué espantoso tormento!

Tengo sed, una sed


insaciable oh, pavura!
Me empuja la locura.
¡Tengo sed!

93
<br>

SOS.

Hay sangre en todas las cosas


en que han quedado mis huellas.
Mis huellas son pavorosas.
y nadie se fija en ellas.

Tengo en el alma una espada


que está segando mi vida.
Voy del todo ensangrentada.
iy nadie me mira herida!

95
<br>

LÀ VERDAD

Al verme triste y sombría,


por la calle me preguntan
si es cierto que estoy enferma.
Y yo respondo: "Es cierto.
Los médicos diagnostican
en el duodeno una llaga".
Mas, la verdad. ni là- digo
ni la saben los doctores:
¡me
está matando una úlcera
que tengo en el corazón!

97

7
<br>

FUEGOS FATUOS

¡Oh, la melancolía
inmensa de las cosas
imbuidas para siempre
del sello del pasado!

Quién pudiera borrar lo que fue ayer,


y con divino soplo -Como un Dios
en alas del milagro musitar:
"Que surja luz del caos",
iy en luz tornarlo todo!

Lo que atamos un día,


atado estará siempre.
Y rodarán ls lágrimas
cual límpidos diamantes,
mas lo que otrora hicimos
¡
fatal subsistirá!

Subsistirá implacablemente,
y si en la estéril senda
florece alguna planta,
capullos de ilusión no daránunca.

99
<br>

Flores serán, nutridas


con el riego del llanto,
armoniosas y únicas
en su belleza triste.

¡Tan tristes y tan pálidas


que serán intangibles: ..!
Y un día ha de legar EL PEQUEÑNO JUEZ
en que al alma le cuente su existencia,
apenas un perfume de pureza
y de renunciación, El niño vio el zarpazo de la vida
esparcido doquiera, como un símbolo sobre la madre enferma, por la primera vez;
que hará bellos los grillos y preguntó, profundizó en la herida
y hermoso el sufrimiento Como un pequeño juez.
¡en medio de la angustia
de la vida perdida! Por las primeras lágrimas del-hijo,
la pena de ella se tornó angustiosa;
¡Oh, la melancolha inmnensa de las almas mas al sentirse amada, -las bendijo
encadenadas al pasado secando el llanto con su boca ansiosa.
y sin posible redención!
Y así en, la senda de la madre amante
¡Oh, la consoladora dulzura de las vidas combatieron las sombras y la luz,
-de dantescos martirios cual si volviesen, en el mismo instante,
que fueron siempre bellas más liviana y más grávida su cruz.
porque jamás dejaron,
tampoco, de ser puras! Oh, la pena del hijo pequeñito
que, de pronto entendía su dolor
y lloraba con ella. ¡Qué infinito
consuelo y qué supremo sinsabor!

100
101
<br>

CUANDO ESTE YA MUY LEJOS...

Loco o ensimismado,
mi herida contemplaste con pensamiento ausente.
quizá, mientras yo me iba de tu lado,
.
tú oías, del orgullo, la voz inconsecuente.
Un día, vuelto ya de tu letargo,
los ojos abrirás para buscarme;
pero entonces, ni a lo ancho ni a lo largo
de tu vida podrás nunca encontrarme.
Ya, por siempre, yo lejos de tu vera,
i cómo habrá de ser triste
tu tardía, tu ya inútil espera!
¡Cómo habrá de ser triste!

103
<br>

OBLACION AL TRABAJO

¡Trabajo! agua lustral, consoladora,


que borras las tormentas
y arrollas los pesares.
¡Trabajo! Iría a tientas,
dolida por la vida, .
sin la ayuda bendita que me prestas
Tú no eres para mí carga pesada
en medio de mi ruta, cuyas cuestas
subo a veces jadeante y casi exánime.
Diríase que tú eres mi descanso,
mis horas de inconsciencia,
de paz de Nirvana. ¡Y qué manSO
y

deslízase mi tiempo cuando olvido


y todo ante mis ojos es trabajo!
Abréviase la senda, que a tu influjo
Se torna en suave atajo;
aclárase la vida, se hace bella,
Cual si fueses mascota que al destino
venciera, transformando la amargura
en copa rebosante de buen vino..

Precioso dinamismo de los hombres,


emblema de honradez y de nobleza.

105
<br>

¡Trabajo! Túlevantas al caído


y al grande le acrecientas su grandeza.

Oh, bíblico anatema,


de mis horas más rudas, noble amigo:
me inclino ante tu fuerza victoriosa
y alegre, iy te bendigo!

A VATAR

Mis lágrimas, mis besos, mis sonrisas,


te están diciendo adiós,
j
amado!
El sol de nuestro amor
se pone -en el ocaso
prematuro,
que al destino le plugo
señalarnos.
Amado: ¡ dame ya el postrer abrazo!

Tus consuelos, tus besos, tus caricias,


muy pronto no serán sino un perfume
sensible solamente para mi alma.
Yo sé que ya te vas, que había un cruce
fatal que nuestras sendas separaba;
mas habrás de ir muy lejos cuando
aún
se tenderán tus brazos hacia
mi cumbre azul.
No obstante que me quieres y te quiero,
amado:dame ya el últino beso!

Mis lágrimas, mis besos, mis sonrisas,


te están diciendo adiós,
|amado!
106
107
<br>

No saldrá más el sol


para este triste amor
hecho de llanto.
Sabes ya que me voy,
que es vano el oponerse
al avatar aleve;
mas habré de ir muy lejos, cuando aún
se tenderán mis brazos hacia tu cumbre azul.
OID GENTILES FLORES.
No obstante que me anhelas y te anhelo,
no obstante que me amas y te amo,
amado: dame ya el postrer abrazo! Oid gentiles flores, mis dulces compañeras:
amado: ;dame ya el último beso! para la hermana triste, sin glorias ni esplendores,
un ático poema de aromas, y colores
forjad esta mañana con las luces primeras.

Para la gran nostalgia de la gran fracasada,


la que en los labios tiene el desdén del pesimismo:
para ella, flores mías, un poco de optimismo
y un estímulo puro para esperar confiada.

Suavizadle la vida a la mujer y.a la artista,


a la que un alma tiene que es de la vuestra hermana.
Si los días son claros, dadle alegria sana,
y si no, ¡la entereza que todo lo conquista!

108
109
<br>

ROS AS.
Yo amo la inefable belleza
de las rosas
que se abren, dadivosas
de aroma y suavidad.
Por lo afelpados amo sus cálices de seda,
do la armonía enreda,
en la sutil fragancia, espíritu y bondad.

Y gira sobre una onda de amor mi pensamiento,


soñando con la hora de grato advenimiento
en que la suavidad será esencia de las cosas.
Soñando con la hora que hará noble la vida.
La hora presentida
que tornará a los hombres hermnanos
de las rosas.
De biíblicos olivos bajo la sombra suave
el pecho se dilata. Y cruza el cielo un ave
que en símbolo de paz lleva en el pico rosas.

111
<br>

H U
MO
Yo leía en el libro de mi vida
páginas de rutina y de dolor,
cuando una claridad impresentida
mi pupila ofuscó con su esplendor.

Ahí había una página de oro,


Con pureza de estrella,.
¡La página sutil, como un tesoro
de magia se esfumó, callada y bella!

Absorta, cerré el libro. El ojo ciego


ya no pudo leer nada jamás.
¡Desde entonces modulo un dulce ruego
por leer esa hoja unavez más!

Pero ha sido imposible hallar la huella


de la hoja diamantina que amo yo.
¿Quién arrancó esa página tan bella
del libro de mi vida y la rompió?

113

8
<br>

MIS TRES ROSAS

¡Oh, divino perfume


de las rosas humanas!
¡Oh, dulce amor del hijo,
que el alma nos inunda
de esencias milagrosas!
Yo quise antes ser buena,
porque era así la norma
que me marcó una mano bendecida,
iy ahora quiero serlo,
porque el que sabe del amor de un hijo,
sabe a todos amar!
¡Oh, divino perfume
de las rosas humanas!
Qué importan las fatigas,
las inquietudes crueles
de la vida voluble;
qué importa que se sangren
los pies en el atajo
que a la conquista lleva
del fuego del hogar,
del pan de cada día,
¡si
nada falta al hijo!
115
<br>

Hasta el último instante


luchará mi ternura
porque se abran lozanas mis tres rosas,
mis tres niños. Como el glorioso sol
que baña en luz el mundo,
el casto influjo de esos tres amores,
en mí hace germinar,
para mi lucha santa, fuerzas nuevas. DESGARRADURA

Asi como un puñal se arranca de una herida,


desangrándome toda, casi dando la vida,
me arranqué aquel amor
que era todo dolor.

Yo misma coloqué en la fosa,


entre felpas y armiño,
el cadáver de mi cariño.
Y era com0 una rosa
celeste, que llevase el corazón
como deshecho por algún ciclón.

Así como un puñal se arranca de una herida,


me atranqué aquel amor, jel amor de mi vida!

116 117
<br>

UTO MA TAS
A

¿Qué somos. ? ;Cercbros insanos


que forjan ilusiones con silogismos vanos,
y luego los deshojan impulsos ancestrales,
tiranos y fatales. ..!

Nada podemos. ¡Nada!


Si está la ruta ya marcada,
si mártir y asesino
hechura son del Sino,
no hay culpables ni existen inocentes.
¡Sólo privan las fuerzas inclemen tes!

Autómatas no más. Dóciles, vanos


instrumentos de arcanos
objetivos. Autómatas divinos.
iquizá sí!, pues trazó nuestros caminos
la mano del Gran Todo;
mas nuestro cuerpo modeló con lodo,
y aunque en él infiltró la chispa pura
que al muñeco ennoblece: joh, amargura!,
no conseguimos dar un solo paso
que no guíe el capricho del acaso...

119
<br>

MOTIVO CRIO LLO

Pucblo de indios, percgrino; pucblo rústico y pequefño,


allí cn la Feria cncajado como otro entretenimiento...

Gesto hicrático luccn, sobrc los toscos telares,


esas bronccadas donccllas, tejiendo suntuosidades.
Por los rostros impasibles de los hombres -oh, vivientes
monolitos se deduce que ni a la mnuerte le termen.
Su mutismo; su plegarse indifcrentes a un destino
duro, sórdido e inclemente; su tremendo estoicismo:
¿no evidencian una psiquis amargada y la tormenta
que les camina por dentro y se hace desdén por fuera?

Vuela la música autóctona sobre las alas del son,


y el espíritu vibrante de Tecún llora en la voz
. .
de la marimba que evoca viejas cosas, viejos tiempos.
¡Oh, el heroísmo abatido y el triste sojuzgamiento!

Pueblo de indios que escondida lleva en la espina dorsal,


una tragedia de siglos que no termina jamás.

121
<br>

Deja que el áurea copa sc desborde,


que salte a borbollones la cmoción
y rompa de los cauces la cstrechez.
Fueron hasta por Cristo escarnccidas
las almas de leproso de los tibios.

Que te cubra y fecunde la vibrante


ola de la inquictud.
No temas al torrente que trae alma de cumbre.
Apártate del fango que se estanca
y es traicionero como el llamazar.

¡No evites que la copa se desborde!


Encara a la embriaguez ilímite
que en el sendero angosto
aparece, al conjuro de la audacia,
frente al vértigo de los horizontes.

Tiende las alas y el espacio


a poseer arrójate.
Todo habrá de ser tuyo
si lo sabes tomar sin timideces.

123
<br>

Bebe de la cascada
que se desborda de la cöpa lena,
y bajo la onda bruja sueña piérdete.
..
Oculto entre su azul entraña
ríe el secreto de la dulce vida.

Deja al pequeñoy al medroso


que arrastren por el suelo su impotencia.
Tú, levántate, vive, vuela, ROSA DE FUEGO
¡bebe la euforia de la inmensidad!

Por lo inútil de toda pureza,


por lo estéril de todo dolor,
con desdén encrespé mi entereza,
destrocé con mis manos mni amor..

Porque es todo egoísmo en la vida,


porque nada en la tierra perdura,
ahora burlas aplico a una herida,
y
admiro a la piedra, por dura.. .

¡Sonreir de lo que antes sufriera,


de lo absurdo de todo avatar,
de la leña que arde en la hoguera,
de la espuma que cuaja en el mar!

¡Encogerse de hombros por todo


y burlarse del necio destino,
que el diamante es posible entre el lodo
y la somnbra en soleado camino!

Por lo inútil de toda amargura,


por lo estéril de toda virtud,
¡cómo es fútil tu origen,
dulzura,
si erés luz, emoción, juventud!
124
125
<br>

SUB JE TIVA
Nervo, Nervo, armonioso y suave espíritu,
el de las hondas subjetividades:
leyéndote hallé fuerza en mis flaquezas,
y en mis melancolías, claridades.

Tú me dijiste que la vida paga,


que con nada de nadie ella se queda;
y tu filosofía milagrosa,
las ortigas cambió en flores de seda.

Fue así como aquella hora desgraciada


en que el lanto anegó tierras benditas
culminóen una floración sagrada.
Azucenas simbólicas se abrieron
en mi huerto interior, y mis angustias
en su aroma sutil se diluyeron.

127
<br>

LÀ GITARRA DE MANGORE

Vuelan los dedos ágiles


sobre las cuerdas
que despiden reflejos
de plata nueva.

Sobre el silencio
de la sal devota,
como alas que engendrasen trinos
Vuelan las notas.

Aislada de la carne, flota el alma


con inconmensurable suavidad.
Y en la euforia del éxtasis divino,
¡la paz no tiene igual!

Ensueños de morfina o de opio


mecen.
que en la red del prodigio así nos
¡Genio del guaraní
en mieles!
que en su guitarra Se deslíe

129
<br>

KAR MATICA
Fantasma sombrío de la incomprensión:
de nuevo has violado las torres del alma,
burlando cariños y sinceridades.
¡Temido fantasma!

Tú eres la sombra del mal que proyecta


dolor en mi vida. Tú eres el brazo
que ataca y se ensaña en las represalias
de un karma inclemente... Verdugo sagrado:
si en otra existencia yo fui incomprensiva,
es sensible,
iqué duro lo pago! Mi pecho
es noble mi espíritu y tengo interiores
destellos de un sol que redime.

¡Fantasma sombrío de la incomprensión,


absurdo pecado de una hora inferior!

131
<br>

D
O L O
R

Rasgó cl puñal la cntraña vchemente,


y se qucdó cn la carnc duramente.

La bella boca en que bebi ambrosía,


puso amargura en la dulzura mía.

¡Y se quebr el hechizo! La tortura


trazó en el aire signos de pavura...

No tuve desahogos en el llanto.


Quise cantar y se ahogó mi canto.

Fue como un cataclismo para mi alma,


y hubo pavor en mi terrible calma.

Tan gran dolor tornóme altiva y fuerte,


con fuerza inconmovible hasta la muerte.

Quemó el dolor la entraña vehemente,


y fue en mi carne como lava ardiente.

133
<br>

CORAZA
Yo s quc ya cstás llorando
el llanto que me arrancaste,
y también s quc hoy me quieres
aún más de lo que me ámaste.

Mas ya tu amor no le imnporta


a mi extinguida ternura,
y sólo me queda un vago
recuerdo de mi amargura.

Mi entusiasmo de otros días,


tan juvenil, tan divino,
se ha esfumado de la copa
Como espíritu de un vino
que se quedó destapado.
Y ahora soy, en la vida,
sólo una pobre sonámbula
en sus angustias dormida.

135
<br>

EN EL CRISOL..

Le dijo el viejecito
a la hija venturosa,
fresca flor
que contemplaba el mundo
tras un prisma de espiritualidad:
–El día en que tu hermana
realice su destino,
y amparada por otro
brazo fuerte y amante,
no me inspire temores ni ansiedad,
¡ cuán dichoso
verá este pobre viejo
que puede al fin morir tranquilo!
Y ella, la afortunada,
incrédula sonrió
diciéndose: Tan sólo es una pose
del viejecito que se sabe amado..
¿Quién puede ansiar la muerte?
¡La vida es dulce y bella!"
en tierra extraña,
Pocos meses después,
el anciano murió. Su muerte física
fue precedida por esa otra murte
aún más cruel: la del que muerto, vive.
137
<br>

La hija aquélla, otro tiempo tan dichosa,


ya entonces no creía,
con la misma firmeza,
de su dolor le trajo
-en loco
que vivir fuese algo tan dulce y bello..
. remolino–
ilusiones marchitas,
fragmentos pisoteados de alma
Pasaron años. Las desilusiones y aquella idea miope
ensombrecieron sus mejores días, que le inspiró la frase
y uno entre muchos que loraban sangre,
profunda de su padre:
como el anciano de los setenta años
; La vida es dulce y bella!
diose a creer -aún fresca
¿Quién puede ansiar la muerte?""
y pura como una flor
Y al responderse ahora:
que morir era descansar cn paz.
"; Yo misma, yo!", pudo entender,
aunque muy tarde ya,
En la inarmónica y absurda casa aquel dolor --que acaso acrecentándose
donde el valor para luchar perdió, pasó rozando su alma nada más.
-
oh, cosa extraña, contrastante y bella!
sube hasta el techo, esplendorosamente,
un fastuoso rosal
de flores amarillas.
Oh, la tremenda ley que nadie evade,
Había de ellas centenares, cuando
crisol supremo de los seres vivos:
la misma que antes, cruel en su inconsciencia,
¡La ley del sufrimiento!
"pose" Ilamara al infinito anhelo
con que el anciano
dijo ansiar la muerte,
al cielo alzando la mirada triste
clamó a su vez, en esa horå
ingrata
de su cansada vida:
; Señor: que muchas de esas rosas
aún puedan en mi tumba marchitarse!"

Y en la medida en que
sus cálices las rosas iban
doblando,
iba en crescendo el
clamoroso ruego,
sincero, hondo.
La vorágine

138

139
<br>

MI MALLA DE ORO

La rompí con mis manos. La estrujé...


Destruí la delicada malla de oro
que yO misma -ioh, ingenua auto-verdugo!
con estos dedos míos,
a menudo dolidos y sangrantes,
tejiera en mi apacible
ofuscación de fascinada.

Coloqué en el extremmo de la rueca,


copos de juventud,
de esfuerzo y de ilusión,
de angustia y sacrificio.
Y la malla -magnífica y radiante
fue surgiendo. Mas jay! muy luego
ostentó manchas escarlata,
cual dispersos rubíes que dijeran
las prodigalidades
amargas y fastuosas
de mi sangre. Por lo mullida y suave,
era COmo una maravilla.
imas no para la triste tejedora!
A mí nunca me pudo dar abrigo
ni fue amable cojín para mis sienes.

141
<br>

Tal vez bajo el influjo


de un mago caprichoso, Hoy toda regresión
sería vana:
áspera y dura se me hacía. si intentara otra vez
¡Más dura cada vez rehacer la malla traicionera,
y cada vez más áspera! los ímpetus abstrusos no
podrían
Intenté suavizarla con mi lanto cristalizar e nuevo entortura.
y fue otro vano esfuerzo: ¡La rueca destrocé conmisabio
inclementes y rudas, en mi carne ¡Destruida está la malla para impulso!
siempre!
las hebras de oro se incrustaban.

Y un día, llena de esa fuerza ingente


que surge a veces de los grandes duelos,
con ímpetu salvaje
en contra de la malla me volví.
:Y fue la malla de oro como un haz
de rayos luminosos
que en la sombra se hundía en un minuto!

Después... con lágrimas de fuego


lloré por mi paciente labor de tantos años,
mas ya no se incrustaban en
mi carne
las hebras traicioneras...

Por el suelo, fragmentos centellantes


rodaban, de la malla, y fascinaban
mis ojos al mirarlos...
La rueca estaba intacta... Ya mis
dedos
temblorosos tendíanse hacia
ella.
y se acercaban. se acercaban
fatalmente a la rueca.
Tuve otro extraño
ímpetu,
y el instrumento
fascinante
itambién aniquilé!

142
143
<br>

SCHEHERAZADA CUENTA...

Y dijo Schcherazada.
-He llegado a saber,
¡oh, rey afortunado!,
quc aquclla prodigiosa
percgrina
su historia rclató
de csta mnancra:

Yo amaba de mi hogar
la augusta paz, solemne
de severas consignas
y placeres hermosos y sencillos.
Amaba yo la música,
las flores y los versos
y los santos afectos familiares.
Pero quise una vez cambiar de nido
y el fuego de otro
hogar fuime a encender.
Ahí no había música,
ni flores, ni poesía,
aunque sobrasen versos.
Ahí no había paz,
ni severas consignas, ni placeres
hermosOs y sencillos.
Al paso de los días,
Se extinguieron los santos
afectos familiares.

145

10
<br>

Rodeada de asperezas,
tuve sólo el consuelo de tres niños la que. derriba casas y palacios
y lena el vientre de las tumbas:
que eran, por pequeños, 3
la más desconcertante y la más dulce
la intrusa, la fatal Dislocadora
corona de mis penas.
de toda intimidad,
Muchas veces soñé que era ese hogar
la Inevitable...
-cscogido por mí en horas de ensueño
la prisión de un ser antes fuerte y libre.
Y un día despertó mi pobre espíritu
Como un león acosado
que hacindose pedazos a sí mismo,
en absurda contienda con los hierros
de la jaula, logró al fin destrozarla;
y la vara candente desafiando
-sin miedo a nada por temor a todo
hundió las zarpas crueles,
con enorme fiercza insospechada,
en el pecho del bienamado
domador. La prisión...
ya no cxistía, mas cnferma
quedé y aniquilada;
y aunque he vuelto a encontrarme con la múica,
las flores, la poesía,
ya no pude encontrar,
ni la sombra benéfica
de mis viejos austeros tan queridos!
ni la grata frescura de mi espíritu...

-Y todo hace creer,


¡Oh, rey afortunado!
-terminó la discreta Scheherazada
que así continuará hasta que llegue
a congelar su corazón

146 147
<br>

A BR A
CA DABRA
Doy en esta canción mi alma desnuda:
confusas emociones que atraviesan,
-por entre un deprimente claro-obscuro
hacia un triste escenario en que dominan
las sombras a la luz: mi corazón.

Mas si el pájaro azul de los anhelos infinitos


presintiendo el fracaso inenarrable, joh, Némesis!
libó toda la miel de mi gran flor;
de aquella humana flor en cuyo seno
un día se insinuara un corazón:
aún me queda un claro recodo en la conciencia,
y vale mucho más
la llama leve, la creadora Ilama
de nuestro pensamiento,
que el pasional incendio que asfixia al corazón.

Qué importa que los otros. conozcan que he lorado;


qué importa que ellos sepan que he amado y que he reido
y que tormentas rudas
-vorágines tremendas
rompieron los cristales de mi ilusión ingenua.
A mí me da lo mismo si de mi angustia ríen,

149
<br>

siindiferentes pasan junto a las dichas mías es cual


o sienten que se abre fruta prohibida del Edén primitivo.
El que ose saborearla,
la rosa de la envidia, en medio de su pecho caerá en las cavernas de
que encierra aunque mezquino lobreguez
también un corazón.
-tan misteriosas, tan conturbadoras perpetua
donde el suicida oye
En cambio yo he gozado cantando a horas benditas, estertores tremendos que simulan
y ante el recuerdo de dolientes horas,
-como minas de angustias a
una lágrima pura humedeció mis ojos. los ritmos poderosos estallar
¿Qué importa el sufrimiento?
de enorme corazón.
¿Qué más vale el placer?
Si son, como emociones, iguales en esencia, Se agotaron los días desbordantes de luz.
y amalgamaron juntas la vida que ha cansado, Triste es hoy el paisaje de mi tierra,
al fin, mi corazón.. como si de mis
nieblas también participase;
como si ella, mi dulce
No he muerto todavía. "Ciudad de las Colinas".
Confirma esta verdad, cierto dolor padeciera a su vez la dictadura
que a veces gime en la región izquierda del torcedor eterno: el corazón.
donde todos tenemos esa entraña, Cerrado el abertal por el que atisbé a los cielos,
incómoda y absurda, y cerrado, quizá, por
que llaman corazón. la ceguera
de un sórdido avatar,
Amado es de los dioses, voy con los ojos tristes
mirando en el vacío...
quien aún joven traspone las aguas de la Estigia. Mirando como miran los ciegos, ¡ sin ver
con un intenso frío nada!;
La muerte en plenitud dentro del alma ardiente
de la existencia es una dádiva;
y obscuridad intensa dentro
del claro espíritu.
es flor de selección que no Cuando he sufrido tnto,
ha podido cuando llorara tempestuosamente,
crecer en toda tierra,
ni abre a todos los soles su corola. aquel dolor agudo, tantas veces sentido,
Galardón para almas escogidas, me confirm que llevo
tan parca en prodigarse es esta Parca, aún vivo el corazón.
cual si a su vez tuviese
esa rémora que es Cuando yo di cariños
el corazón. -jdulzuras ablastémicas!
Mas el intento trágico
y en cambio malquerencias me brindaron;
de huir hacia el enigma,
cuando embrujé mi vida con la emoción celeste

150 151
<br>

de hacer el bien a otros, La sed del Cristo resecó mi boca


y hallé, sacrificando mis propias alegrías, y al Padre alcé, desesperado,
el ruego;
la dicha de saberlos felices por mi mano: ningún piadoso Arimatea pudo
algo bello y terrible, la desnudez de mi dolor cubrir,
ora luces muy suaves, porque entre las ingentes
ora sordos arpegios de ingratitud y de odio,
complejidades de mi desazón,
hicieron que de nuevo ¡
ni un solo espíritu ahondó en su origen
me hablara el corazón.
con esa sutileza divina quc es la esencia
de los grandes quereres!
Al saber que llevaba
Mas ya la tempestad cedió...
dentro mi cuerpo joven, el germen de la muerte; Segura y fuerte ahora,
cuando vi a mis tres niños, tan bellos, tan lozanos, por nuevos rumbos voy
e imaginé que acaso no los vería hombres;
con mi destino a cucstas; y me basto
cuando ya fui impotente para ablegar mi angustia;
sin los consuclos que buscar desdeño.
cuando se dispersaron todos
los pétalos divinos de mi rosa de ensueños; Ninguna pobre vanidad me ofusca;
al comprender que estaba desquiciada la vida humilde soy, pero las almas
y pronto a destrozarse el prisma mágico quc el dolor ha tallado,
tras el que vi la ruta; se acorazan en el aislamicnto
Y,por último oh, supremo cáliz!: iy ya no saben de la charla frívola
cuando los mismos que debieron darne que el mundo premia con aplausos locos!
consuelos, protección, carifño, Si ese mundo adivinar pudiera,
por su egoísmo dominados, fueron
qué oculta el gesto de una boca mustia;
fraguando sombras en mni vida pura, la visión inclemnente que se esconde
¡
la contorsión suprema de una agria maravilla, tras la mirada de dos ojos tristes
hizo que palpitaras,
-que acaso pueden parecer
atropelladamente, corazón! altivos
y la tormenta que nos barre el alma
Desde entonces, la vida, en mi horizonte, mientras apenas, silenciosamente,
no ha tenido ya más una lágrima rueda
destellos suaves. por nuestra faz que marchitó el quebranto:
Siempre encontré la incomprensión
al paso,
y pocos fueron los
afectos puros oh... jes seguro que por insensible
en que mi pecho
o veleidoso que pudiese ser,
mitigó su pena.
callar haría su jocunda risa,
152
153
<br>

por nuestra angustia sin igual mordido,


a pesar suyo, en pleno corazón!

De tanta bruma en medio,


burlonamente se alzan,
el ayer luminoso,
las dichas esfumadas RISA .?
en el azul turquesa de los cielos,
la fe en la humanidad, trocada en humo,
la paz del corazón. Hoy tengo esa loca risa
de que habla Juana de América.
Y fue Main, “el héroe del poema, Ese reír inquietante,
que vio, desde los círculos del día, que es una mueca angustiosa
regir el mundo una embriaguez y un llanto", prolongándose
quien hizo cintilar esta amargura. en nerviosas carcajadas,
Y he dado en el más casto desnudo y culminando en el llanto
el pecho abierto:
¡victorias y derrotas que
bailaron con histérica emoción.
sobre un tablero humano de ajedrez:
mi pequeño y dolido corazón! Hoy tengo esa risa loca,
sorpresa de quienes la oyen
porque no llevan el alma
cautiva entre la tortura
Fontana luminosa de lágrimas y de una tenaza inclemente.
sangre...
¡Corazón, corazón! Abracadabra. Esa risa aún más amarga
Mágica voz de sutilezas que los fáciles gemidos que consuelan,
tremendas y divinas. y más cruel aún que el llanto
Cábala viva. que da paz al corazón.
¡Corazón!
Hoy tengo esa risa estúpida,
que no tiene intermitencias..
La risa desorbitada
del idiota.
154
155
<br>

¡Oh, la horrible "risa roja",


que Andreiev ha sorprendido
en los rostros demacrados Y mientras mis labios ríen
por las trágicas contiendas, y mi garganta modula
a la hora en que el supremo carcajadas estruendosas,
temblor del miedo, sacude va mi lívida
alma trágica
las máscaras del coraje! -reconcentrada y tremante
¡Oh, la horrible risa roja", ¡llorando tras la careta
flotando como una sombra de mi risa de Garrick!
mefistofélica y cruenta,
por encima de los cuerpos
putrefactos,
y en el informe montón
de los cadáveres tibios,
y en las hieráticas faces
de los hombres que cayeron
en la hecatombe espantosa!
¡Oh, la horrible "risa roja",
la risa que escalofría!
De esa risa, sordos ecos
repercuten en mi espíritu,
y
veo la horrenda mueca
proyectándose en el círculo
en que danzan mis angustias.
i Ja...! jJa...! ¡Ja...!

Quienes me escuchan ¡ los más!


hacen mofa de esta risa....
De mi risa que no entienden.
De mi risa sin concierto,
innominada y febril...

156
157
<br>

PIN CEL A
DA S

Espumas rosa y nácar


y arcillas traicioneras del
corazón del mar.
Fantásticas luciérnagas
y eléctricos cocuyos que simuló el azar.

Absurdas alboradas
en que una garra negra estranguló a la luz.
Campiñas de esperanza, doradas por la espiga,
donde el destino puso por símbolo una cruz.

Las almas, extraviadas en las sombras


que fragua la maldad, para hacer presa.
Y entre la malla sórdida -a modo de una magia
blanca que se burlara de la ávida tigresa
un amor que agitando su penacho divino,
descubre los soleados mirajes del camino.

159
<br>

Q u E T u
D

Doctor Santiago Argüello:


Para usted, que me ense ñó el ca
mino de la resignación consciente,
donde el dolor es luz, este poema,
como un tributo.

El fin llegó de mi más. duro ciclo.


Ya la armonía puso frente a mi turbación un punto.
Sobre el recodo pleno de sombras, del camino,
cayó un fulgor y se elevó un escudo.

II

En mi carne mutable he percibido


el sutil aletear del microcosmo.
Pues toda línea recta forma un círculo,
¡he venido de Dios y hacia El retorno!

III

Ya mis ojos no miran hacia abajo.


Ya me fue permitido

161

11
<br>

ponerlos en lo alto,
y ver, tras lo finito, lo infinito. VII

IV No más la levadura de los odios


pondrá en mi corazón fermentos de amargura.
Sabiéndome particula del Todo,
Ya sé que la amargura es el atajo
que más pronto a la meta ha de llevarme. daré amor a los mismos que causaron mi angustia.
Que ha de romper, lo inmaterial, el lazo
que lo une a lo grosero. Que la tarde VIII
de la existencia puede ser hermosa.
Y con el ojo interno que sonríe, Y toda esa inèfable mutación
he visto el soplo arcano que fulge entre las rosas que ha llenado mi vida de quietud,
y la esencia de Dios en los reptiles. es obra tuya – crístico señor
de la palabra en luz!
porque tú me enseñaste las verdades eternas
que me arrancaron a un sopor de siglos.
Me clavó el sufrimiento aleve garra Fecundaste con ellas mis estériles glebas,
y sé que en mi mañana aún despertando a mi Dios adormecido,
quedan lágrimas,
¡
más llena estoy de una gran fúerza, ahora! y así la gracia de la luz divina
Las nuevas rasgaduras tendrán algo flameó hasta mi verdarero SER.
de esta paz resignada y armoniosa, Ardió la llama que estaba,escondida,
porque el sendero se ha tornado claro.
la siempre pura. Germinó la mies
celeste, y por el abertal lumínico
VI por el que me enseñaste a ver la eternidad
oh, clémente destino!
Sabré ya sonreir cuando padezca
y sabré mar cuando me
á
mí vinieron alegría y paz.
sienta odiada.
Veré mi propia esencia
en la garra feroz y en IX
el plumón del ala,
en la flor y en
la espina, cambiado en fuerza reguladora
en el lodo
indeseable y en la Fue como si
en la dorada nítida espuma, -en virtud de mil ciclos de purificación
espiga
y en el sol y en la luna. te hubiese sido dado dilacerar, en horas,
el viejo desconcierto de mi vida interior.

i62 163
<br>

En sesiones de estudio y maravilla,


el velo ante mis ojos descorriste.
Entonces -;qué prodigio!- percibí la armonía
gloriosa de los mundos en los planos sutiles.

XI PERLA INTIMA
Y vi en el criminal mi yo extraviado,
me vi en el Cristo enaltecida y pura,
Un lirio de ventura
diáfana y bella en un celeste halo, se ha abierto en mi
gris en la inútil vida de la oruga. interior..
De las violetas pálidas
tiene el suave color;
XII de las violetas tristes
Me vi a través del universo entero, que crecen en la sombra,
prolongada e inmortal en la unidad del Todo; junto al regazo amable
y vuelto mi egoísta sentir amor perfecto, de una dorada alfombra,
descansé en el regazo jubiloso del Cosmos.
que al caminar sobre ella
-aun siendo` leve el paso

XIII deja escapar su queja


con suavidad de raso..
Túme diste la clave de esta paz infinita,
de esta paz milagrosa.
Me legó de tus manos la dádiva Yo amo esas alfombras
divina: del bosque milagroso,
la paz. ¡La paz, principio y fin de
todas las cosas! poblado de fragancias,
XIV húmedo y rumnoroso
Y soy como la orquídea
Maestro: ¡te venero! que crece en Sus entrañas
me deslumbraste con El ojo espiritual
la eterna luz, y quiere dar su aroma
y de esa insospechada
claridad tan sólo a sus montañas,
arrancó, como pájaro de oro,
mi quietud... que he aprendido en fuerza

164 165
<br>

de intensos sinsabores,
a ser amiga íntima
¡tan sólo de las flores!

Un lirio de ventura
se ha abierto en mi interior
como una estrella mágica,
y mece su fulgor ESO ERES.
sobre la angustia muda,
que bárbaros ciclones
sembraron, provOcando Oh, lamp0 azúleo, amable vaguedad
mis estupefacciones. de diamantino albor.
Un lirio de ventura Tienes la transparencia del cristal
que llevo entre las manos, y tu miel es primicia de ilusión.
tratando de pasar
-sobre los días vanos Eres cual tímida noctuela errante
de este vivir amargo buscando almíbar en mis flores tristes,
sin ver el bajo suelo. y la hora dura se va haciendo suave
¡Con la mirada en éxtasis bajo tus alas ricas de matics.
hacia el azul del cielo!
Espuma que coronan
tonos de plata.
Felpa maravillosa de magnolias
que a lo alto miran en la tarde clara...

Dulce estrella noctívaga


de un hechizado cielo.
Magnífico cairel de esta mi vida
hecha de brumas hondas y de ensueños...

Suave palor surgido


de un prodigio estupendo.
De un natutino sol, tibieza...
Saudad de un amoroso beso...
166 167
<br>

Sonrisa apenas insinuada,


palabra vuelta luz en la sonrisa,
melódico batir de un ala
leve, leve y divina...

Alegría que surge con el nimbo


de la vagabundez.
Excelsa borrachera del destino AMOR, VERBO DIVINO...
cuando se hacía la existencia cruel...

¡Eso eres, nube azúlea Diamantino esplendor


que fugitiva pasas de la mañana de la vida,
sobre la angustia muda dulzura suave del crepúsculo,
de mis horas celestes y calladas!
brote a veces tardáo pero siempre risueño,
grato estupor que nos envuelve
en la maraña azul de una inquietud sagrada..
¿Qué eres, emoción divina?
-AMOR! dicen los hombres,
y se da a tepetirlo el universo
en la luz que deslumbra y en el agua que canta,
en el rico celaje y en todo lo que ES...

Acaso el
sufrimiento
empenachara de ateismo
las sangrantes aristas
de una pretérita emoción;
mas la onda bruja de un amor que irrumpe
de las fuentes arcanas de la vida,
arrolla a la amargura
y sojuzga al prejuicio y a la ciencia.
Y entonces la fe torna
y nos eleva sin esfuerzo

168 169
<br>

entre la mullida blancura de dos


-como alas- ¡Y una llama inconmensurable
a la ingrávida cima que se alza de nosotros hasta Dios!
de la estupefacción celeste.
En un puerto de luz ha anclado el barco!
¡ ¡Celeste pánico de ser dichosos!
Ríe la amanecida, con ebriedad de júbilos, Como saeta de escondido fuego,
y oros multicolores de un sol que se agiganta la emoción tiembla en el tisú
bañan las opulencias del paisaje de nuestras almas inmortales,
nuevo, que se hace ensueño y osadía y el instable prodigio de
por sobre los caminos, todo lo que existe
enlucerados y nerviosos -la parpadeante claridad del cielo,
el viento irónico, la flor tan grácil
bajo la danza leve de la aurora.
Parpadea una estrella
tiene una pavorosa
y una voz interior musita victoriosamente: similitud con nuestra dicha trmula...
Soy un relámpago magnífico,
soy el calor que vivifica, Dilátase la voz de los bronces, a lo lejos...
soy algo alucinante y Sus vibraciones fingen salir de nuestras
poderoso. almas
iY soy a veces risa jubilosa y con sed y hambre
de infinito se prolongan.
y soy a veces estupor! De todo nuestro ser
A los regios fulgores de esa estrella, se alzangolondrinas circuidas de misterio:
cn fiesta de venturas se torna llevan música undívaga en las alas
el universo.
¡Alocado latir del corazón, y mieles en el pico;
torbellino de pétalos fragantes, a su paso,
las nubes
fantástico temblor que pajarea, se coronan Con un fulgor azul.
celeste tempestad,
Se abre una ruta en el espacio,
maravillosa sinfonía,
nido de una inquietud deslumbrante como otra Via Láctea;
que aprieta' a vueltas reciamente las hélices sonoras del optimismo cortan
la nítida garganta del ensueño! el aire en que retoza el sol;
¡ Intensidad
de fiebre loca, repican bullangueros cascabeles,
tocada de divinos calofríos; y en' ritrmos de milagro se desdobla
ansias profundas, enervantes -al calor de un ardiente meridiano
ansias de plenitud! la canción de dos seres
por las leyes vitales sacudidos...
170
171
<br>

¡Es la canción del Cosmos que renueva su savia


en las entrañas del enigma!
¡Es el amor triunfante!
¡Es la norma inviolable, que se cumple!
Como una rúbrica, se alarga
y se/con trae en luminosa
ostentación de poderío;
y a manera de frutos que se hubiesen bañado
en sangre de pitahayas
y en fuego de ansias hondas,
VIOLETAS DE ANTIGUA
en busca de otros labios
van nuestros labios febricientes
Violetas humildes y plenas
La vida se estremece de aroma,
que estáis bajo el verde
bajo la conjunción eterna de dos fuerzas, follaje escondidas;
violetas de Antigua,
ábrese en abanicos de bengalas
que caer persiguiendo hermanas menores de lirios y rosas;
¡ violetas fragantes,
la felpa maternal de los celajes, flores peregrinas!
y en sagrada fecundidad culmina
la pujanza del fuego varonil Lloraron aquestos jardines
y de la femenina miel la pena del indio vencido;
que colma los divinos cálices. su lanto preñó la sensible
matriz de la tierra;
¡La vital maravilla del prodigio, la tierra gestó con dolor;
dilata un ojo inmenso que en ella se complace! se alzó de su
vientre el prodigio,
al beso fecundo del astro que es gloria
y entonces surgisteis, ¡ de Dios,
oh, perlas,
oh, lágrimas hechas violetas!

Oyendo la amable algazara


que dan a los vientos
las viejas campanas,
crecéis en la alegre ventana florida,
y allà entre los musgos, por sobre las
ruinas.
¡Lo mismo en las ricas mansiones
que junto a las chozas, albergues
172 de pobres!

173
<br>

Vosotras habéis contemplado las flores por Dios elegidas;


las rudas, brillantes y tristes etapas y en su áurea diadema
de aquesta ciudad de las rosas perpetuas. de reina, las perlas
Visteis, de Alvarado, el porte gallardo, -hijas del dolor
y aquella fulgente contienda de razas, y nietas preclaras del
y aquella hecatombe que aterrorizó a Ciudad Vieja! Sol...

Allá en la beodez de las locas mañanas


joyantes, por entre las hojas os busca y os ama,
de Febo el ardiente arrebol;
y al cielo atisbáis, en las tardes
calladas que arden en vivos celajes,
¡oh, mínimos cálices de suave color!

En la plenitud de la noche,
los astros de rubios fulgores
os van hechizando con besos de luz;
y entonces vosotras, amantes y lánguidas,
tomáis por madrina a la luna de plata
y os vais en fragancia hacia el piélago azul.

Violetas humildes y llenas de aroma,


que estáis bajo el verde follaje escondidas;
violetas de Antigua,
sultana de rosas;
oh, flores amadas de astros,
señoras de todos los campos
que grandes colosos custodian;
oh, tenues -corolas modestas,
¡violetas, violetas!:
sois en los fragantes parterres
de Antigua,

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175
<br>

DIAFANO AMOR,
NO VÀNIDAD OBSCURA.
(A un amigo equivocado)

Al contrario de ti, vivo cn cl clima


del dulce amor humano, y por la chusma
no siento asco sino una entraíñable
responsabilidad.

Si al cielo plugo colocar tu puesto


en más alto sitial del que a otros dio,
no los desprecies: tindeles la mano,
trata de alzarlos a tu propia altura.

¿Dónde están tu amplitud y tu sentido


social y puro de mirar la vida?
Si de la misma arcilla estamos hechos,
¿por qué esa vana, ciega egolatría?

¿Ignoras, por ventura,


que tan sólo es más grande
el que tiene en el pecho más amor
para la pobre humanidad que sufre?

177

12
<br>

No siembres en mi pueblo
-en este franciscano pueblo mío
esa obscura semilla, ese odio fiero
que ofusca al yo inmortal que nos anima.

¿En qué cifras tu orgullo, tu soberbia?


¿Acaso en escribir renglones, cortos?
¡
Más noble fuera amar a los de abajo ALMA IRONICA
en vez de pisotearlos neciamente!

Te sobran méritos que a ellos faltan? Está otra vez la herida abierta.
Pues dedica tu orgullo a redimirlos La sangre corre roja y viva.
y no a mofarte de su desventura, La herida es una flor.
con esa vanidad que te denigra.
Mentalmente la pongo
Soplan vientos de amor, y si es que hay hombres en el ojal de su solapa,
que en verdad son mejores que los otros, y río, desangrándome,
sin duda son aquéllos que botaron del hombre y de la flor.
sus costras de prejuicios ancestrales.
Río de mi amargura,
¡Precisamente aquéllos que a la chusma río de lo que él sufre,
vuelven los ojos con piedad ilímite, y así cual río del dolor,
y al lodo la hurtan y
la reincorporan río también de la alegria.
al buen vivir y a la faena honrada!
me
Prueba, no más, cómo esa miel de amor
Río... río... río,
no sé si sabia o necia,
grata resulta al paladar del alma. pero al reír estoy
Y si realmente vales, nunca ya
has de ensañarte contra el desgraciado. bebiéndome mis lágrimas.

Y un nudo me aprieta el pecho.


Nudo que es una herida
y es también una flor.

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179
<br>

RAYO DE LUZ

Señor: ¡ha renacido!


Sus labios ya sonríen,
Son dulces sus palabras,
su gesto es armonioso.

Bendito seas t
porque le devolviste todo
lo que perdido había;
porque es feliz, Dios mío,
y porque ya su boca
de maldecir no sabe.

Bendito seas tú, que le pusiste


nueva luz de bondad dentro del alma.
Porque cesó de odiar al semejante
y ha vuelto a amarte y a creer en tí:
Señor, ¡ bendito seas!

181
<br>

CANTO A LÀ MONJÀ BLANCA

(SEGUNDO PREMIO EN EL
DE LA
CONGURSO
FLOR NAGIONAL, ALTA VE
RAPAZ, 1939).

A
don Mariano Pacheco Herrarte

Monja Blanca, lumínica


señora de las flores, pleclara reina andina
que por cuna tuviste las sierras de Cobán:
excelsa soberana
que llena estás de gracia,
hechicera sagrada de la ubérrima tierra del quetzal...

Lycaste Skinneri Alba, maravilloso brote


del munífico bosque
que te mece en su propio corazón;
belleza cándida que esquivas
ruborosa, las pompas atrevidas
del astro fecundante que es
fuerza y esplendor. .
Novicia inmaculada de
albas tocas,
diamantina como una
hecha de luz, mariposa
que abre la pura
coquetería de sus alas

183
<br>

por entre la maraña por algún mago encantador,


audaz y púdica del monte azul. y te quedaste para siempre
convertida en prodigio blanco y leve.
Princesa de los trópicos, porque tu excelsitud le plugo a Dios..
de selvas milenarias y de árboles añosos
moradora gentil; De montes y cabañas
mirifico primor de Guatemala, prístina gala, ahora coronada
admirable y severo emblema de la Patria por la ciudad, emperatriz;
-toda ella en flores pródiga como un regio jardín... albo cáliz que ostentas diadema de rocío
y tienes el preclaro simbolismo
Espléndida rival de la mañana, de una flor de lis.
alma corporizada del candor, Monja Blanca
con atavíos de princesa real,
Augusta reina soberana,
que llevas cetro de dulzura
egregia Monja Blanca,
y eres más bella que otra a la que canta el bardo y exalta la nación:
alguna
pudo serlo jamás. ;que siempre seas tú la tlor de los que sueñan
con nobles heroísmos,
Magnificencia del invernadero,
la flor de los poetas,
y de los que aman mucho,
alba como el armino y bella como un beso la milagrosa flor!
de luna en la hora dulce del amor;
pájaro-flor tallado en nieve, iQue por siglos y siglos perdure tu realeza,
señora del prodigio, de'la gracia que besa,
pura y austera gracia en la que prenden
la estética triunfante y la canción... de la luz en que esplende la Ciudad Imperial!
iQue siempre seas tú, gloriosa Monja Blanca,
Copo de claridad que amas la sombra, hada la heráldica presea, la orquídea coronada,
mínima, inefable emoción de la montaña orgullo del histórico blasón de Verapaz!
que rivalizas con la luz;
regazo virginal, espíritu del verso, ¡ Dioste salve, Lycaste, soberana lumínica,
gloria del terciopelo amada reina andina
y del tisú. que por cuna tuviste las sierras de Cobán!
¡Dios te salve, preclara Monja Blanca!
Reina de alguna corte milagrosa y fantástica, ¡Dios salve a Guatemala
que a ser orquídea fuiste condenada y a su Flor Nacional!

184
185
<br>

TA R
DE.
Llegó cl triunfo cuando nada le importa a mi
corazón.
Cuando enterré ya cl cariño que me pudo hacer livianas
Ias rosas de la victoria. Cuando la dicha es un mito,
impersonal todo anhelo y toda esperanza inútil.

La ley divina me ata al poste de la existencia.


Vivo no más para aquéllos.que necesitan mi sombra
esas tres rOsas
humanas en que mi carne esplendió!
Si sola me bastaría con un hueco entre la tierra.

¡Ha legado tarde el triunfo!


Enterré ya aquel cariño que mne vestía de azul...

187
<br>

IN DIOE

Po,
NoTA INFOR MATIVA
5
A MODo DE PRÓLOGo
De rodillas
9
La dulcc mentira 13
Sensación dc primavera
15
Porque soy pccadora 17
Quisiera 19
Cansancio 21
¿Milagro? 23
De juventud 29
Petición 31
La canción primaveral 33
La ley de dolor 35
Tacdiumn vitae 37
Filosofía triste 39
Vanitas 41
Sabiduría honda 43
Insomnio 45
Silueta 47
Llama 49
La canción triunfal 51
La casa vacía 53
Venenos arnables
55
La suprema ofrenda 57
Bajo el ala
del amor 59
Sus nanos
61

189
<br>

PÁo.
PÁG.
63 Mi malla de oro
Vino divino 65 Scheherazada cuenta 141
Amor 67
Este amor
Abracadabra 145
La ciudad de las colinas (poema
laureado en los Juegos Florales ¿Risa...? 149
de Quezaltenango, 1928)
69 Pinceladas 155
73 Quietud 159
El duende que ríe
75 Perla íntima 161
La dulce nostalgia
77 Eso eres 165
La voz del río
Calles de Xelajú 79 Amor, verbo divino 167
El ruego 81 Violetas de Antigua 169

iQué importa! 83 Diáfano amor, no vanidad obscura 173

87 Alma irónica 177


Balada sentimental
La canción de la incauta 89 Ráyo de luz 179

Perlas. 91 Canto a la Monja Blanca (segundo premio en 181


el concurso de la
Locura 93 FLOR NACIONAL, Alta Verapaz, 1939)
183
SO S... 95 Tarde
187
La verdad 97
Fuegos fatuos 99
E! pequeño juez 101
Cuando esté ya muy lejos 103
Oblación al trabajo 105
Avatar 107
Oid gentiies flores 109
Rosas 111
Humo 113
Mis tres rosas 115
Desgarradura 117
Autómatas 119
Motivo criollo
121
Alas 123
Rosa de fuego
125
Subjetiva 127
La Guitarra de Mangoré
129
Karmáica 131
Dolor
133
Coraza
135
En el crisol
137

190 191
<br>

Terminóse de imprimir EL CANTO


PERDIDOo (versos), de Malin D'Eche
vers, volumen 55 de la Colección Con
iemporáneos (Sobretiro a la 1 edi
ción de 700 cjemplares en papcl vo
luminoso, cl día 19 de junio de 1962
en los talleres del Centro Editorial
José de Pincda Ibarra'" del Minis
terio de Educación Pública, de la
ciudad de Guatemala, Centroamérica.
<br>

IRARRA
UA
PIl
DE
Jost

oTORAL

MED

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