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E
n este texto discuto la construcción conflictiva de les, sus fines y procesos no son fácilmente medibles y a
cuestiones sexo-políticas como técnicas, en par- veces son ambivalentes y opacos, al tiempo que hablar de
ticular en el área de la salud. A largo plazo esta una sexualidad racional es un oxímoron, si no una contra-
construcción termina por despolitizar y desexualizar. Por dicción. Su ámbito típico es el íntimo. La legitimidad en el
despolitización entiendo la sustracción de un conflicto ámbito de la sexualidad reposa menos en la equidad o la
social de su inserción en el marco de condiciones es- regla de la mayoría, por decir algo, que en una “justicia
tructurales de vulnerabilidad y desigualdad y en proce- erótica” que todavía necesita definirse. Como consecuen-
sos históricos, reduciéndolo a una cuestión individual y cia analítica, podemos decir que las políticas y las sexuali-
resoluble técnicamente. Es así que cuestiones, por ejem- dades siguen lógicas contradictorias.
plo, relativas a las relaciones desiguales de género, tales En América Latina, los movimientos sociales lograron
como el aborto, son tematizadas y reducidas a proble- instalar una agenda sexual progresista. Políticas sexuales
mas de salud. Eso lleva a impasses políticos que termi- han existido por décadas y no sólo para reprimir o contro-
nan por no resolver políticamente las cuestiones y lar las experiencias de la gente. La construcción de la
reproducir el statu quo. agenda de política sexual se basó en el presupuesto de la
Presento aquí dos lógicas sociales contradictorias: la existencia de víctimas sexuales, más que de sujetos se-
de las políticas y la de las sexualidades. Por un lado, las po- xuales. En el área de salud reproductiva y sexual, así como
líticas presuponen límites definidos, un campo de inter- durante la primera ola de derechos sexuales en los años
vención, objetivos claros, procesos y metas medibles, ochenta y noventa, los sujetos son construidos como víc-
evaluaciones de costo-efectividad y sujetos racionales ca- timas: víctimas de un virus, de embarazos no buscados, de
paces de actuar. Su ámbito típico es la esfera pública. Ade- violencia, de desigualdades sociales y de género. Poco es-
más, en un sistema político democrático, las políticas pacio quedó para la agencia (capacidad de actuar), los pro-
deben ser legítimas, es decir, públicamente justificadas en yectos colectivos y el pensamiento estructural e histórico.
términos de (alguna) justicia. Por otro lado, la sexualidad, Actualmente, el cambio desde la salud sexual a los dere-
en tanto práctica subjetiva, sigue una lógica diferente: sus chos sexuales abrió la puerta para repolitizar la sexuali-
límites son borrosos, invade casi todos los ámbitos socia- dad, pero la construcción (framing) original (tanto en salud
JUAN MARTÍN PETRUCCI
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DOSSIER DOSSIER
políticas públicas, que definen tanto la distribución de LA ANTICONCEPCIóN, EL ABORTO instrumental, teleológica, estratégica, optimizadora.
bienes como los sujetos incluidos o excluidos. Las políti- Además, si las políticas públicas son una forma de insti-
cas públicas contribuyen a la definición de contenidos de
Y EL VIH/SIDA SON CUESTIONES
tucionalización de la división del trabajo gubernamen-
la ciudadanía. En su sentido más estricto, el administra- POLÍTICAS DE SALUD, QUE CRUZAN tal, cada política necesita compartimentar lo real y, al
tivo, el modelo de política pública limitado al Estado y los A LOS DERECHOS HUMANOS, hacerlo, compartimenta la naturaleza de los problemas
actores políticos, ha estallado: los ámbitos de acción son a y poblaciones con los que trata.
la vez más globales y locales. La política pública es hoy
EL GÉNERO Y LA SEXUALIDAD.
En suma, las políticas son inherentemente instrumen-
concebida más como “gubernamentalidad” (Foucault) SU REDUCCIóN AL ÁREA DE LA SALUD, tales y usualmente fragmentarias. Estas características
que como un conjunto de programas o medidas aisladas AISLADA DE OTRAS DIMENSIONES ejercen violencia sobre prácticas sociales que siguen otras
(Lascoumes y Le Galès, 2007). lógicas, como las prácticas relativas a las sexualidades.
Una política es, pues, una acción conducida por una
QUE HACEN DE ELLAS FENóMENOS
Cuando hablamos de sexualidad y políticas públicas,
autoridad pública, sola o en colaboración, con el fin de re- SOCIALES Y POLÍTICOS, ES UNA los problemas surgen no sólo al interior de los sectores
solver una situación considerada como problemática; una OPERACIóN IDEOLóGICA QUE LAS conservadores o anti-sexuales, sino también al interior
acción colectiva que contribuye a la producción de un de quienes defienden la salud pública y los derechos hu-
orden social y político, a la regulación de tensiones, a la in-
SUSTRAE DE LA ESTRUCTURA SOCIAL
manos. Esto se relaciona con la naturaleza instrumental
tegración de grupos sociales y a la resolución de conflictos. DE DESIGUALDAD (DE CLASE, GÉNERO, de las políticas en tanto contradictoria con la lógica de
sexual como en derechos sexuales) instaló la idea de que Las políticas públicas son, junto con el uso de la fuerza ETCÉTERA) Y DE LA HISTORICIDAD las prácticas relativas a las sexualidades, cuyas dimen-
los sujetos poderosos, que hablan y actúan públicamente, física, manifestaciones de los aspectos instrumentales de siones instrumentales y normativas se subordinan a sus
es decir los sujetos políticos, son sospechosos. lo político. Sin embargo, éstas también se componen de
QUE LAS EXPLICA Y EN LAS QUE ES
dimensiones expresivas y comunicativas.
Un fenómeno paradójico ilustra la resistencia con- dimensiones expresivas y comunicativas. En este sentido, PERTINENTE ACTUAR SI SE PIENSA Reducir las prácticas relativas a las sexualidades a un
temporánea a lidiar con el conflicto y el antagonismo. las políticas públicas pueden ser vistas como un conjunto EN POLÍTICAS PúBLICAS aspecto particular o a otro tipo de prácticas o relaciones;
Cuanto más sexual parece ser una cuestión o un sujeto, de posiciones políticas sucesivas del Estado acerca de con- aislar la sexualidad de sus relaciones y estructuras socia-
más políticos son en un sentido específico: como parti- troversias o cuestiones sociales, como señalaran Oszlak y
MÁS ALLÁ DE LA “INGENIERÍA
les constitutivas, es decir el género y el poder; y no reco-
culares, interesados, conflictivos. Inversamente, cuanto O’Donnell. La ausencia de políticas, es decir, el no actuar, SOCIAL FRAGMENTARIA”. nocer la sexualidad como un medio y un fin del poder
más des-sexualizados parece ser una cuestión o un su- también es una manera de tomar partido. (conservador), son peligros recurrentes, al decir de Rosa-
jeto, son considerados aún más como universales, libres Cuando las políticas aparecen bajo la forma de men- lind Petchesky. La objetivación, reducción y clasificación
de valores o intereses y armónicos con el orden social. El sajes hacia la sociedad siguen una lógica expresiva, típi- de las prácticas relativas a las sexualidades son ineficaces
desafío es cómo sexualizar y politizar las cuestiones y cas de las políticas identitarias. No es sorprendente pues, (si no violentas) cuando pensamos, por ejemplo, en políti-
los sujetos en una dirección democrática, y por qué no que las políticas expresivas sean el tipo más habitual de cas en materia de embarazo adolescente o de VIH/sida.
en una dirección de justicia erótica. las políticas sexuales. Inversamente, cuando pensamos en Desde la ciencia política hay un creciente interés en
políticas sobre campos de acciones inherentemente ins- las tecnologías de gobierno, en los instrumentos de las
LóGICAS SUBJETIVAS trumentales (tales como el trabajo, los impuestos, el trans- políticas públicas. Cuando digo que las políticas siguen
Las políticas y las sexualidades son acciones subjeti- porte o la salud), las políticas públicas puramente una lógica instrumental, me refiero a que ideológica-
vas, con lógicas específicas. Por lógicas subjetivas o so- expresivas son consideradas como vacías de sentido si no mente aparecen como instrumentales, técnicas, como
ciales, me refiero a lógicas de acciones individuales y implican intervenciones concretas, con metas medibles e por fuera de los conflictos sociales y del ámbito político.
colectivas que tienen lugar en el ámbito social (sociedad impactos “concretos” en la población. Los instrumentos son portadores de ideología, de inter-
civil, relaciones sociales) y en el vínculo sociedad-Estado. Dicho esto, si una política constituye un instrumento pretaciones de lo social y de los modos de regulación
Las conceptualizaciones, ya sea sobre políticas públi- o recurso de gobierno utilizado para un conjunto espe- que se ensayan. Se necesita una consideración crítica de
cas como de sexualidades, dependen de las tradiciones cífico de propósitos, la lógica inherente de las políticas los instrumentos para ir más allá de la artificial separa-
disciplinarias, teóricas y metodológicas. Típicamente, la públicas es instrumental: la legitimidad de las políticas ción de la política (politics) y las políticas (policies).
ciencia política considera a las políticas públicas como ac- se construye en términos de eficacia, de racionalidad La instrumentación de políticas públicas incluye el
ciones colectivas que siguen lógicas instrumentales y nor- conjunto de decisiones y usos de herramientas (técni-
mativas y, subsidiariamente, lógicas expresivas y cas, procedimientos, estructuras) en los que la acción gu-
comunicativas. Mientras que las ciencias sociales conside- bernamental se materializa y operacionaliza. Diferentes
ran a las prácticas relativas a las sexualidades (que incluyen instrumentos corresponden a diferentes tipos de rela-
pero no se reducen al sexo) como acciones intersubjetivas EL DESAFíO ES CóMO SEXUALIZAR ciones políticas, papeles del Estado (como tutor, produc-
que siguen lógicas menos definidas: principalmente expre- tor, actor movilizador, espacio público, e interlocutor de
sivas o comunicativas, en tensión con sus dimensiones ins- Y POLITIZAR LAS CUESTIONES la sociedad civil) y tipos de legitimidad. En el amplio ám-
trumentales y normativas. Y LOS SUJETOS EN UNA DIRECCIóN bito de lo político, las políticas públicas, herramientas e
La pregunta “¿quién recibe qué, cuándo y cómo?” fijó DEMOCRÁTICA, Y POR QUÉ NO instrumentos, se refieren a su dimensión institucional y
las coordenadas de la política institucional y el análisis po- reguladora. En términos de Hannah Arendt, las políticas
lítico. Respuestas a esta vieja pregunta (atribuida a Henry EN UNA DIRECCIóN pertenecen a los ámbitos del trabajo o labor, mientras
Laswell en 1936) se materializan en la implementación de DE JUSTICIA ERóTICA. que la política pertenece al ámbito de la acción.
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cesos de objetivación de las prácticas relativas a las se- tanto como el lenguaje de los derechos formales, positi-
xualidades y de los sujetos, así como diversos daños (dis- vos y garantizados por el Estado. Estos lenguajes libera-
criminación, violencia). les suponen sujetos identificables y estables, y la
Los debates políticos sobre políticas públicas fre- posibilidad de disponer (la “propiedad”) del propio
cuentemente apuntan a los instrumentos, por ejemplo cuerpo, en contradicción con prácticas alternativas que
en términos de su costo-efectividad, y al hacer esto con- son más sustantivas, fluidas y borrosas.
tribuyen a un proceso más amplio de des-politización. En toda la región latinoamericana, ha habido indu-
Un foco exclusivo en los instrumentos contribuye a alie- dables avances en término de reconocimiento de dere-
nar las intervenciones sociales de su relación constitu- chos e implementación de políticas sobre sexualidades.
tiva con la política y los conflictos sociales. Sin embargo, esta agenda presupone desde su matriz la
Temas como la procreación, aborto, VIH/sida, género, noción de víctimas en lugar de sujetos sexuales. Los mo-
educación sexual, derechos de gays y lesbianas, identi- vimientos sociales a menudo refuerzan esta idea y cris-
dad trans, identidad de género, sexo comercial, etcétera, talizan las consecuencias en términos de interacción
Una política organiza relaciones específicas entre el habitualmente son construidos como asuntos o políticas social que se derivan de ella: interacción basada en la
poder público y sus beneficiarios/as en función de sus de salud pública, derechos humanos y/o población, en competencia entre miembros al interior de un movi-
representaciones y significados. Implica una concepción lugar de como temas sexuales. El carácter sexual de una clase, género, etcétera) y de la historicidad que las explica miento social y competencia entre movimientos socia-
de la relación entre política y sociedad, y una concep- cuestión (práctica, problema) es a menudo silenciado y en las que es pertinente actuar si se piensa en políticas les. Esta hegemónica construcción “victimista” hace que
ción de regulación. Los instrumentos (instituciones so- por quienes toman o implementan decisiones, y también públicas más allá de la “ingeniería social fragmentaria”. los sujetos con poder, que hablan públicamente y actúan
ciales como los censos o los impuestos), técnicas por militantes y movimientos sociales. La des-politiza- Luego de los años setenta y la hegemonía del discurso políticamente, sean menos merecedores de derechos
(procedimientos y recursos operacionalizados, como las ción se aparea así con la des-sexualización. de la liberación, desde la transición democrática pueden que de reparaciones o privilegios. Otro formato de la
nomenclaturas estadísticas, los tipos de normas) y las Este fenómeno no es inesperado, si consideramos identificarse tres momentos en la historia reciente de la despolitización, que tuvo su momento de auge en el de-
herramientas (micro-instrumentos, categorías estadísti- que las cuestiones y las políticas se consideran legítimas Argentina y América Latina con relación a la politización bate previo al matrimonio igualitario en la Argentina, es
cas) son formas de objetivación y definición de la reali- preferentemente en el caso de que se presenten como de la sexualidad, la salud y la reproducción. Primero, el am- la utopía despolitizada del amor romántico.
dad social, es decir, de reducción de la realidad a impersonales. Como sugieren Lascoumes y Le Galès plio uso del discurso de la salud como vehículo para la pro- Por despolitización entiendo a la erradicación ideo-
categorías fijas y funcionales, coherentes con la lógica (2007: 10): “las políticas públicas han sido uno de los ele- moción de derechos sexuales. Segundo, el reconocimiento lógica de los conflictos estructurales. Luego de largos
legal-racional y burocrática tal como la describió Weber mentos centrales del mito modernista de la ingeniería del discurso de la salud como un obstáculo para la evolu- períodos de dictadura y luchas violentas, los conflictos
(Lascoumes y Le Galès 2004: 14-15). social, de la racionalización que debe organizar la socie- ción de los derechos sexuales. Tercero, el cuestionamiento, políticos se conciben hoy como susceptibles de resol-
La objetivación y reducción de las prácticas y sujetos dad según los principios de eficacia”. En su diseño e im- tanto del lenguaje de la salud como de derechos, en tanto verse pacíficamente. Los nuevos regímenes democráti-
sociales son requisitos de toda intervención social, in- plementación, la objetivación ligada a las políticas formas de des-politización de las prácticas relativas a las cos construyeron al conflicto político como choques
dependientemente de las intenciones y contenidos de tal implica tanto la homogenización como la exclusión de sexualidades, paralelo al reconocimiento de éstas como in- entre opiniones, más que como los resultados de con-
intervención. Cuando las políticas apuntan al ámbito se- los sujetos sociales y las experiencias subjetivas. herentemente conflictivas, y como imposibles de reducir a tradicciones sociales que pueden no admitir el consenso
xual, no sólo los implementadores con valores religiosos lo racional, lo público y lo normativo. o siquiera el compromiso. La política institucional, por
conservadores ejercen violencia sobre la (in-objetivable) VíCTIMAS O SUJETOS: LAS DESPOLITIzACIóN Los derechos sexuales avanzaron gracias a la incor- definición, institucionaliza los conflictos sociales, sepa-
sexualidad, sino también las/los implementadores con DE LAS CUESTIONES SExUALES poración de cuestiones de salud, particularmente de salud rando las interacciones sociales “civilizadas” de las “bár-
perspectivas de salud pública y derechos humanos. In- La anticoncepción, el aborto y el VIH/sida son cuestio- reproductiva y VIH/sida, en la agenda pública. Sin em- baras” u hobbesianas (Benasayag y del Rey, 2007). En
cluso nosotros, en la investigación, necesitamos volver a nes políticas de salud, que cruzan a los derechos huma- bargo, tanto conceptualmente como en la práctica, estos las democracias institucionales se toleran a los actores
nuestros sujetos sexuales “objetos” para poder predicar nos, el género y la sexualidad. Su reducción al área de la avances revelan crecientemente sus limitaciones, tensio- conflictivos en la medida en que sean capaces de enca-
sobre quiénes investigamos. salud, aislada de otras dimensiones que hacen de ellas fe- nes y contradicciones. En claro: el lenguaje de la salud jar dentro de normas del régimen político.
Mi argumento aquí es que, en relación con la sexua- nómenos sociales y políticos, es una operación ideológica oblitera el avance, diversificación y profundización de los ¿Cómo pueden las sociedades coexistir con sus inad-
lidad, las limitaciones de las políticas no se explican so- que las sustrae de la estructura social de desigualdad (de derechos sexuales. Incluso podemos preguntarnos hasta misibles conflictos oprimidos? En teoría política, el caso
lamente o principalmente por las intenciones de quienes qué punto el lenguaje del género (en sus desexualizadas paradigmático es la problemática coexistencia de capita-
deciden o implementan políticas, sino por la forma in- versiones que identifican género con mujeres o con sub- lismo y democracia; pero las relaciones de género y en
trínseca de toda política pública. jetividades fijas y a priori) y el propio lenguaje de los de- particular las relaciones sexualizadas o las prácticas rela-
La construcción de la sexualidad como objeto de po- rechos han perdido potencial crítico para la tivas a las sexualidades, también están en la raíz de con-
lítica pública es uno entre múltiples procesos de objeti- transformación social. flictos difíciles de institucionalizar a través de la política
vación de las prácticas relativas a las sexualidades. Las En el ámbito de las políticas, las cuestiones sexuales normal. La misma implica la construcción de los conflictos
políticas son promulgadas, implementadas, y respalda- se volvieron manejables para la toma de decisiones y la como cuestiones decidibles dentro de una agenda política
das con la fuerza del Estado o con su apoyo y/o regula-
TRADUCIR PRINCIPIOS DE JUSTICIA y como objetos potenciales de política pública. Los con-
intervención. En el ámbito de los derechos, procesos si-
ción. Las políticas incluyen relevar las necesidades y ERóTICA EN LEYES Y POLÍTICAS milares de construcción (en parte, su reducción a leyes flictos construidos como choques de opiniones se basan
problemas; desarrollar intervenciones diseñadas para ES MÁS DIFÍCIL QUE HACERLO y reglamentaciones) también condujeron a formas de en el presupuesto liberal de que cada individuo tiene un
encarar las cuestiones prioritarias; asegurar programas des-politización. Como resultado, la sexualidad perma- punto de vista igualmente valorable. La idea de que las opi-
para implementar las metas estratégicas, y monitorear y
EN LOS CASOS DE LA JUSTICIA niones están orgánicamente ligadas a conflictos estructu-
nece escondida detrás de lenguajes que inherentemente
evaluar todo el proceso. En cada paso pueden darse pro- SOCIAL O DE GÉNERO. violentan su lógica: los lenguajes de las políticas de salud rales y radicales contradice la visión de un orden en última
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género. ¿Cuál debería ser el papel del Estado en respe- tura de relaciones sociales desiguales e injustas en un mo- proyectos de felicidad, incluyendo aquellos relativos al
tar, cumplir y promover la justicia erótica (García y Par- mento histórico particular. sexo, erotismo y relaciones amorosas. Pensando en la
ker 2006)? ¿Qué medidas y políticas pueden reclamar En contraste, el proceso de des-politización implica historia reciente de la política sexual en América Latina,
los movimientos sociales? ¿Quiénes deben dar respues- el ocultamiento o secuestro del carácter político, es- es tiempo de analizar críticamente los límites que las po-
tas (ser “accountable”), y respecto de qué? ¿Cuál es la tructural e histórico de relaciones y prácticas específi- líticas tienen cuando se ocupan de la sexualidad, y re-
conexión entre justicia social y justicia erótica? cas, que puede tomar diversas formas. La victimización considerar el valor de la política como inherentemente
Como proceso dinámico, la democratización política (o victimismo) presupone que los individuos y grupos conflictiva y agonística. •
implica reflexionar sobre la politización de relaciones y merecen ser escuchados en sus reclamos sólo como víc-
materias que aparecen como necesarios, naturales y/o timas de injusticias, y no como plenos sujetos de dere-
privados. Ideológicamente, relaciones sociales estructu- chos. La medicalización supone que los problemas
rales han sido construidas como si fueran necesarias, sociales se construyen y resuelven objetivamente por la
esenciales o inevitables (es decir, que no pueden ser de intervención de los médicos y el sistema médico. Algo si- Bibliografía
Amuchástegui Herrera, A. y Rivas Zivy, M. (2004). “Los
otra manera), como privadas (es decir, en oposición a los milar sucede con la psicologización. La judicialización re-
procesos de apropiación subjetiva de los derechos sexuales: notas
ámbitos político y público), y como naturales (es decir, fiere a que los reclamos deben ser llevados ante los para la discusión”. En Estudios Demográficos y Urbanos. Vol. 19,
no sociales y culturales). Un proceso de politización im- jueces como casos individuales, y que las injusticias se Nº 3 (57), pp. 543-597.
plica iluminar el hecho de que las relaciones sociales son resuelven en términos de reparaciones individuales. Ayres, J. R. (2002). “Conceptos y prácticas en salud pública:
algunas reflexiones”. En Revista Facultad Nacional de Salud
contingentes (es decir, que no son inevitables), que no Analizar estos procesos ha sido objeto de otros trabajos,
Pública (Colombia), Vol. 20 (2), pp. 67-82.
son (puramente) privadas y que no derivan de un orden y por falta de espacio no lo hago aquí. Benasayag, M. y del Rey, A. (2007). Éloge du conflit. París, La
natural. Este modo de construcción (framing) alterna- Découverte.
tivo autoriza a los actores sociales a actuar política- CERRANDO Cole, A. M. (2007). The Cult of True Victimhood: From the War on
Welfare to the War on Terror. Stanford, Stanford University Press.
mente en una dirección transformadora. La historia reciente de América Latina muestra una Correa, S., Petchesky, R. y Parker R. (2008). Sexuality, Health
¿Hasta qué punto los avances sexuales se obtuvieron evolución política en asuntos sexuales. Sin embargo, la po- and Human Rights. Londres y Nueva York, Routledge.
instancia armónico, que yace en la base de la democra- al precio de su despolitización? La politización, que implica litización y despolitización de la sexualidad a través de los Cole, A. M. (2007). The Cult of True Victimhood: From the War
cia formal. El orden político solamente institucionaliza procesos de victimización, medicalización y judicialización on Welfare to the War on Terror. Stanford, Stanford University Press.
tanto a la elaboración de una argumentación, como a las
García, J. y Parker, R. (2006). “From Global Discourse to Local
conflictos que no cuestionan sus propios fundamentos. luchas políticas, es un proceso a través del cual las rela- nos invitan a volver a pensar el vínculo entre sexualidad y Action: The Making of a Sexual Rights Movement?” En Horizontes
Por otra parte, los gobiernos implementan políticas ciones sociales son re-significadas como contingentes, po- política. Estos fenómenos son parte de un proceso más Antropológicos. Vol. 12 (26), pp. 13-41.
sobre cuestiones legítimas. De acuerdo con su propia líticas y públicas. De esta forma, son construidas social, amplio de des-politización y objetivación de las prácticas Kapur, R. (2005). “The Tragedy of Victimisation Rhetoric:
pretensión de validez, la legitimidad democrática de- Resurrecting the ‘Native’ Subject in International/Postcolonial
cultural e históricamente. Este proceso presupone el re- sociales. Las prácticas y reivindicaciones son legítimas
Feminist Legal Politics”. En Erotic Justice: Law and the New
pende de procedimientos formales tales como la regla conocimiento de los conflictos inherentes a un particular sólo cuando aparecen como impersonales o neutrales. Politics of Postcolonialism. Londres, Routledge.
de la mayoría, en un contexto de equidad o ecuanimi- momento histórico y estructura social. Además, la politi- Las sociedades contemporáneas en América Latina Lascoumes, P. y Le Galès, P. (eds.) (2004). Gouverner par les
dad/transparencia (fairness). Incluso en el marco de este zación es un proceso por el cual las experiencias aisladas tienden a reprimir tanto los conflictos históricos y es- instruments. París, Sciences Po.
Lascoumes, P. y Le Galès, P. (2007). Sociologie de l’action
Estado idealizado, el alcance de las tareas gubernamen- e individuales se inscriben en el marco de una experiencia tructurales de clase como los relativos al género y la se-
publique. París, Armand Colin.
tales significa que no hay argumento racional para acep- colectiva más amplia, en el sentido de “no soy el único o la xualidad. Si la política es un medio de transformar Paiva, V. (2006). “Analisando cenas e sexualidades: a
tar la regla de mayoría si esto lleva a decisiones sobre única”. Tómese, por ejemplo, la experiencia de asumir la relaciones sociales desiguales e injustas, los procesos de promoção da saúde na perspectiva dos direitos humanos”. En
tópicos que deben permanecer por fuera de la interfe- propia seropositividad al VIH. Por muchos años, la mayo- des-politización deberían ser analizados críticamente. Cáceres, C., Careaga G., Frasca, T. y Pecheny, M. (eds.). Sexualidad,
estigma y derechos humanos: desafíos para el acceso a la salud
rencia del gobierno y/o más allá de la política. Las prác- ría de los individuos que recibían un diagnóstico positivo al Estos procesos esconden la naturaleza política de las en América Latina. Lima, FASPA/UPCH.
ticas relativas a las sexualidades constituyen una de esas VIH, experimentaban este momento en soledad, aislados prácticas relativas a las sexualidades, en paralelo con los Pecheny, M. (2003). “Sexual Orientation, AIDS and Human
áreas en las que la intervención del gobierno o el Estado de los demás. La politización de una experiencia como la procesos ideológicos que ocultan las dimensiones políti- Rights in Argentina”. En Eckstein S. y Wickham-Crowley T. (eds.).
es problemática. Es esta auto-imagen de la legitimidad de la seropositividad ocurre cuando los individuos son ca- cas sexualizadas de las relaciones sociales. Tanto la po- Struggles for Social Rights in Latin America. Nueva York y
Londres, Routledge.
democrática que alimenta la mencionada paradoja: paces de dar sentido a sus experiencias personales en el litización como la sexualización vuelven visibles a los Petracci, M. y Pecheny, M. (2007). Argentina: Derechos
cuanto más sexual parece ser una cuestión o un sujeto, marco de una comunidad de pares o congéneres. Otros su- conflictos y movilizan pasiones. Por el contrario, la des- humanos y sexualidad. Buenos Aires, CEDES-CLAM.
más es considerado como personal, conflictivo −en jetos enfrentan situaciones similares de aislamiento: un/a politización y la des-sexualización objetivan la sexuali- Polletta, F. (2006). “Ways of Knowing Stories Worth Telling:
otras palabras, más allá de la legitimidad democrática y dad y otras prácticas sociales. Vuelven a las prácticas Why Casting Oneself as a Victim Sometimes Hurts the Cause”. En
joven que se da cuenta de que siente deseos por alguien
It was like a fever. Storytelling in protest and politics. Chicago y
la interferencia gubernamental legítima. de su mismo sexo; una víctima de violación; una chica o sociales impersonales, de modo consistente con la legi- Londres, University of Chicago Press.
En este contexto, ¿cómo tomar en cuenta la natura- una mujer que vislumbra la posibilidad de un aborto; o una timidad racional-burocrática de las políticas de salud. Raupp Rios, R. (2004). “Apuntes para un derecho
leza sexual de algunas cuestiones y algunos sujetos, en víctima de violencia. En todos estos casos, la politización Pero si la objetivación tiene lugar a través del len- democrático de la sexualidad”. En Cáceres C., Frasca T., Pecheny,
la persecución de una justicia erótica? M. y Terto V. (eds.). Ciudadanía sexual en América Latina:
implica inscribir las experiencias individuales en un con- guaje de la salud pública, también lo hace a través del
Abriendo el debate. Lima, Universidad Peruana Cayetano Heredia.
La noción de justicia erótica provee de un discurso junto más amplio. Algo que “no me sucede a mí como lenguaje del género (en su versión no relacional del gé- Rubin, G. (1984). “Thinking sex: Notes for a radical theory of
político potente a actores que plantean reivindicaciones mujer”, sino que nos pasa a “nosotras las mujeres”, provee nero como equivalente a mujeres) y a través del lenguaje the politics of sexuality”. En Vance C. (ed.). Pleasure and danger:
en la esfera pública, pero es menos útil como guía para un modo de politizar una experiencia individual. Un pro- de los derechos (que presupone sujetos sexuados y ge- Exploring female sexuality. Londres, Routledge y Kegan Paul.
Shklar, J. (1990). The Faces of Injustice. New Haven, Yale
la política institucional y las políticas públicas. Traducir ceso semejante permite reconocer a las cuestiones se- néricos coherentemente identificables). Todos estos pro-
University Press.
principios de justicia erótica en leyes y políticas es más xuales no (solamente) como destinos individuales, sino cesos y lenguajes relativos a la legitimidad y factibilidad Vianna, A. y Lacerda, P. (2004). Direitos e políticas sexuais no
difícil que hacerlo en los casos de la justicia social o de como construidas por conflictos intrínsecos a una estruc- de las políticas reifican y homogenizan la diversidad de Brasil - o panorama atual. Río de Janeiro, CEPESC.
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