Resumen 1
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Resumen 1
Grupo:001 Hora: N1
¿Cuáles son las 4 fases del proceso de la visión?
Aunque explicado de esta manera pueda parecer simple, lo cierto es que el proceso
que produce la visión en el ser humano es sumamente complejo. Los estímulos
visuales recogidos por el ojo tienen que llegar en perfectas condiciones al cerebro,
donde acaban transformándose en imágenes. En otras palabras: el ojo ve y el
cerebro interpreta lo visto.
Todo este proceso se lleva a cabo en forma de 4 fases diferenciadas.
1. Percepción
La primera fase que explica cómo se produce la visión es la percepción. En la
primera etapa del proceso de la visión, la luz entra en el ojo atravesando una serie
de órganos transparentes: córnea, cristalino, humor acuoso y humor vítreo.
2. Transformación
La segunda fase del proceso de la visión es la transformación de la luz en impulsos
nerviosos. La imagen llega a la retina, que actúa como una pantalla, y allí se activan
las células sensoriales, que son fundamentales para el proceso de la visión, ya que
son las que transforman la luz en impulsos nerviosos (impulsos eléctricos).
Estas células, sensibles a la luz, son los bastones y los conos: los bastones se
ocupan de la visión periférica y de la visión nocturna; mientras que los conos
permiten al ojo humano tener agudeza visual y diferenciar los colores.
3. Transmisión
La tercera fase que explica cómo se produce la visión es la transmisión. Es decir, el
proceso de enviar la información desde el ojo hasta el cerebro. Los impulsos
nerviosos creados en la retina inician su camino desde el ojo, atravesando el nervio
óptico, hasta llegar al cerebro, que es el órgano encargado de la interpretación de
la información visual que le llega en forma de impulsos nerviosos.
4. Interpretación
La última fase que explica cómo se produce la visión es la de la interpretación, y es
la que tiene lugar en el cerebro. El cerebro se encarga de reconocer, procesar e
interpretar los impulsos conducidos por el nervio óptico, convirtiéndolos en
imágenes con sentido para nosotros.
En concreto, este fenómeno se produce en una zona del cerebro llamada cuerpo
geniculado lateral, que está ubicado en el lóbulo occipital. Cabe destacar que, como
ocurre en las cámaras fotográficas tradicionales, la imagen que se forma en la retina
se encuentra invertida, pero nosotros no nos damos cuenta gracias a la labor
interpretativa del cerebro, el cual se encarga de “darle la vuelta” para que la veamos
correctamente.
2. El cristalino
El cristalino es la lente biconvexa que se encuentra detrás de la pupila. Su función
principal es ajustar el enfoque de la luz para permitir la visión clara a diferentes
distancias, un proceso conocido como acomodación.
3. La retina
La retina es la capa sensible a la luz que recubre la parte interna del ojo. Contiene
células fotorreceptoras, como los conos y los bastones, que son fundamentales para
convertir la luz en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio
óptico, permitiéndonos percibir las imágenes.
Estructura del ojo humano
¡Bienvenidos al fascinante mundo de la anatomía del ojo humano! En este post,
vamos a adentrarnos en la compleja estructura de uno de los órganos más
asombrosos del cuerpo humano. El ojo es un sistema sensorial increíblemente
sofisticado que nos permite percibir el mundo que nos rodea a través de la visión.
Vamos a explorar cada una de sus partes y entender cómo trabajan juntas para
permitirnos ver con claridad.
1. Córnea
La córnea es la capa transparente que cubre la parte frontal del ojo. Su función
principal es refractar, o doblar, la luz que entra en el ojo, ayudando a enfocar con
precisión las imágenes en la retina.
2. Iris y Pupila
El iris, la parte coloreada del ojo, controla el tamaño de la pupila, la abertura en el
centro del ojo. Esta regulación permite ajustar la cantidad de luz que entra en el ojo,
protegiendo la retina de la sobreexposición a la luz brillante y permitiendo ver con
claridad en entornos oscuros o con poca luz.
3. Lente
La lente, ubicada detrás del iris, tiene la capacidad de cambiar de forma para
enfocar objetos cercanos y lejanos en la retina. Este proceso, conocido como
acomodación, nos permite ver claramente objetos a diferentes distancias.
4. Retina
La retina es la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo, donde se
encuentran millones de células fotorreceptoras. Estas células convierten la luz en
señales eléctricas que son transmitidas al cerebro a través del nervio óptico,
permitiéndonos percibir imágenes y colores.
Así que, como ves, cada parte del ojo desempeña un papel crucial en nuestro
proceso visual, trabajando en armonía para permitirnos ver el mundo que nos rodea
de manera clara y precisa.
La brillantez
La percepción de brillantez se relaciona con el tiempo de exposición a la luz y el
área de retina estimulada.
Los conos y bastones tienen un nivel determinado de sensibilidad, si la cantidad de
luz que llega es baja, necesitan más tiempo para que se alcance el nivel de energía
necesario para que se estimulen los foto-receptores, de la misma forma que cuando
tomamos una foto por la noche, el obturador permanece más tiempo abierto, esto
se conoce como ley de Bunsen-Roscoe. La relación matemática de tiempo de
exposición e intensidad de la luz necesaria para que se activen los foto-receptores,
se conoce como ley de Bloch.
Intensidad y magnitud del estímulo lumínico
Otra relación importante está entre intensidad y magnitud del estímulo.
Para estímulos pequeños se cumple la ley de Ricco, al incrementar la intensidad
podemos disminuir la magnitud del estímulo. Cuando la magnitud del estímulo es
grande, mayor a 10´de ángulo visual, el aumento del área tiene un efecto mínimo,
es decir, ante una disminución de la intensidad, un estímulo más grande, necesita
de un mayor incremento del área para obtener la misma compensación, es lo que
se conoce como ley de Piper.
Más allá de 24º de ángulo visual, no se obtiene beneficio al aumentar la magnitud
del estímulo y la posible percepción depende sólo de la intensidad.
Sensibilidad de la retina a la luz
Sabemos que la máxima sensibilidad de la retina, en condiciones ideales de
adaptación a la oscuridad y con luz adecuada, es de 6 quantum de luz, este es el
umbral mínimo para percibir sensación de brillantez, y corresponde a la estimulación
de 6 bastones, uno por cada fotón.
Fotometría ocular
En la fotometría ocular se describen tres procesos básicos:
1. Reflexión
2. Absorción
3. Dispersión
Reflexión
De forma general sabemos que, ante un cambio brusco de índice de refracción,
además de que se desvía la dirección del rayo de luz, se producirá un fenómeno de
reflexión.
En la interfase aire-cornea es donde mayor es el cambio en índices de refracción,
por ello en esta superficie es donde mayor será la reflexión de la luz y con ello,
mayor la pérdida de luz que llega a la retina. En mucha menor medida, se produce
reflexión en la cara posterior de la córnea, en el cristalino y en la retina.
El ángulo de incidencia de la luz sobre las superficies es el otro factor que define el
grado de reflexión, así cuanto mayor es el ángulo de incidencia, mayor será la
reflexión. Esto explica porque los objetos que se sitúan en la periferia del campo
visual, además de verse peor por estimular áreas periféricas de la retina, y los
efectos aberrométricos que supone entrar en zonas paracentrales de los dioptrios
oculares, se sumará el efecto de reflexión en las superficies de la córnea y el
cristalino.
Absorción
La transmisión o absorción de las radiaciones por los diferentes medios oculares,
determina las longitudes de onda que alcanzan la retina.
La notación puede ser 6/6 (inglesa), en la que se ven la letras más pequeñas a 6 m,
así 6/9, quiere decir que ese individuo ve a 6 metros, como máximo las letras que
un individuo normal vería a 9 m. En la notación anglosajona, como 1 m equivale a
20 pies, la visión normal es de 20/20 y la de 6/9, equivale a 20/30.
Sensibilidad a la luz
Para medir la sensibilidad a la luz tomaremos en cuenta dos valores:
Umbral absoluto: La menor cantidad de luz, en términos radiométricos (energía) o
fotométricos (lunmináncia), para que un estímulo sea detectado y constituiría la
sensibilidad máxima de visión, que depende a su vez, del diámetro de los foto-
receptores en la retina.
Mínimum separable: Ésta es la capacidad de distinguir entre dos puntos, dos
estímulos. El área de mayor concentración es la mácula y para que se perciban dos
estímulos separados, se deben estimular dos conos, separados por un tercero entre
ellos, inactivo. Esta unidad biológica mínima, supone un área que equivale a una
resolución de 30 ciclos, aunque sabemos que el ojo humano es capaz de detectar
variaciones de inclinación que corresponden a ángulos de visión de 5 segundos, 25
veces más pequeños que el diámetro de un cono, es lo que se conoce como
hiperagudeza.
La zona estimulada de la retina también tiene implicaciones en la agudeza visual, la
mayor agudeza se da con los conos y estos se distribuyen con mayor densidad en
la fóvea y a medida que nos alejamos, su concentración irá disminuyendo, por ello
la agudeza visual a partir de los 20º periféricos a la fóvea es muy inferior (curvas de
Peichl y Wasle, 1979).
Los estudios demuestran que la visión en el ser humano es más sensible en el punto
de 6 ciclos por segundo, disminuyendo a partir de este nivel. Esto quiere decir que
en este punto podemos ver los estímulos incluso con un grado de contraste mínimo,
mientras que estímulos de frecuencia mayor, necesitan más contraste para ser
percibidos.
También ocurre lo mismo hacia el otro lado, con estímulos menores de 6 ciclos, la
resolución va disminuyendo. Este tipo de análisis de la visión es lo que se conoce
como curvas de sensibilidad al contraste o CSF, Función de la Sensibilidad al
Contraste, cuando se evalúan diferentes niveles de frecuencia (ver más adelante).
Sensibilidad al contraste
Hemos visto que una medida de lo que vemos era la toma de la agudeza visual
pero, este dato es muy parcial sobre el concepto ver.
Después de analizar los procesos que siguen los mecanismos de percepción visual,
aparece la “función de sensibilidad al contraste” (CSF), como un test que permite
complementar a la agudeza visual para conocer mejor la visión de un individuo, su
capacidad para la detección de detalles.
Los primeros estudios de la función de sensibilidad al contraste se deben a Schade
en 1956 aunque no se popularizo hasta que aparecieron los sistemas de análisis
basados en las técnicas de Fourier (descomposición de un objeto en frecuencias
espaciales).
Calidad del sistema óptico
Sabemos que para conocer las características de un sistema óptico debemos
comparar la imagen generada respecto a la imagen proyectada. Si la imagen que
se genera tras proyectarla a través del sistema óptico, es idéntica, decimos que ese
sistema óptico es perfecto pero, en la mayoría de casos, siempre existe algún tipo
de distorsión o aberraciones que determinas diferencias entre ambas imágenes, esa
diferencia, su estudio, generalmente referido a la “atenuación” de contraste, es lo
que se denomina función de trasferencia de modulación espacial o función
trasferencia de modulación.
Por otro lado, el radio de curvatura de la retina hace que el ojo sea un sistema
aproximadamente homocéntrico, por lo que las aberraciones de curvatura de campo
están muy bien compensadas y cabe prever un buen comportamiento de las
aberraciones en la periferia del campo visual.
La radiación electromagnética que llega a un objeto puede ser reflejada, absorbida
o transmitida. Si la proporción del flujo radiante que es reflejado, absorbido o
transmitido es muy diferente para los distintos rasgos de la superficie terrestre,
entonces es posible identificar objetos de acuerdo a sus propiedades espectrales.
La cantidad de energía que refleja transmite o absorbe cada objeto es diferente para
cada longitud de onda. Este es el sustento teórico básico para la percepción remota.
Graficas de distribución espectral La distribución espectral de la potencia (SPD), en
el contexto de la industria de la iluminación, es la medición y representación de la
potencia o intensidad de la luz en cada longitud de onda en el espectro visible.
Proporciona información crucial sobre las propiedades del color y la composición
espectral global de una fuente luminosa. La curva SPD, que es un gráfico que ilustra
la distribución de la potencia a través de las diferentes longitudes de onda de la luz,
se utiliza para analizar y comprender las características de una fuente de luz. Al
examinar la curva SPD, se puede evaluar la capacidad de reproducción cromática,
la temperatura de color y la calidad general de la luz emitida por una lámpara o un
sistema de iluminación.
Eficiencia Luminosa
La Eficiencia luminosa muestra cuánta energía una fuente de luz necesita para un
específico flujo luminoso. La unidad es lúmenes por vatio (lm / W). Se aplica lo
siguiente: cuanto mayor sea este valor, más eficiente será la lámpara.
• Eficiencia luminosa (lm/w) es el cociente entre el flujo luminoso producido y la
potencia eléctrica consumida.
• Eficiencia(lm/w)=Flujo luminoso(lm)/Potencia
consumida(w)
• La energía que se pierde al transformar el
electricidad en luz, se transforma en calor. Por lo tanto,
a mayor eficiencia luminosa, menos energía se pierde
en forma de calor y más luminosidad se gana.
• La unidad utilizada para medir el flujo luminoso es el
lumen (lm), y como la potencia eléctrica se mide
enWatios (W), podemos concluir que la eficacia
luminosa se mide en lumenes/W.