TEMA 21
TEMA 21
TEMA 21
MEDIOS DE EJECUCIÓN
FORZOSA. LA INVALIDEZ DEL ACTO ADMINISTRATIVO: SUPUESTOS DE NULIDAD DE PLENO
DERECHO Y ANULABILIDAD. EL PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO. LA
REVISIÓN DE OFICIO. LA REVOCACIÓN. LA RECTIFICACIÓN DE ERRORES.
La base jurídica sobre la que se va a desarrollar este tema se centra en la Ley 39/2015, de 1 de octubre, de
procedimiento administrativo común de las administraciones públicas, en adelante LPACAP. Para el análisis
del tema se hará una división en tres bloques cuya regulación en dicho texto legal se recoge como sigue:
Empezando por la EFICACIA y EJECUTIVIDAD de los actos, la LPACAP establece que los actos
administrativos serán ejecutivos con arreglo a lo dispuesto en la misma, se presumirán válidos y producirán
sus efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa.
Así mismo, la LPACAP también recoge aquellos casos en los que se puede dotar al acto de una eficacia
demorada:
Excepcionalmente, se podrá otorgar eficacia retroactiva a los actos cuando se dicten en sustitución de actos
anulados y cuando produzcan efectos desfavorables para el interesados. Siempre que los supuestos de
hecho necesarios existieran ya en la fecha a que se retrotaiga la eficacia del acto y no lesionen derechos o
intereses legítimos de otras personas.
La eficacia del acto puede cesar temporal o definitivamente, la primera tiene lugar con motivo de la
suspensión del acto en materia de revisión de oficio y de presentación de recursos administrativos. En
cuanto a la segunda, se puede producir por cualquiera de las siguientes causas:
-El total cumplimiento del propio acto.
-El transcurso del plazo en el mismo señalado, si estaba limitado en el tiempo.
-El cumplimiento de la condición resolutoria a que estuviere sujeto.
-La desaparición de los presupuestos de hecho que motivaron que se dictase.
-La anulación o revocación del propio acto.
En conclusión, la regla general en cuanto a la eficacia de los actos administrativos parte de la presunción de
validez de todo acto y le otorga plenos derechos.
Como regla general los actos administrativos son inmediatamente ejecutivos pero la LPACAP recoge una
serie de salvedades, en las que esta ejecutividad se puede ver demorada o incluso no llegar a realizarse:
-Cuando se produzca la suspensión de la ejecución del acto
-Cuando se trate de una resolución de un procedimiento de naturaleza sancionadora contra el que quepa
algún recurso en vía administrativa
-Cuando una disposición establezca lo contrario
-Cuando se necesite aprobación o autorización superior.
En este punto de la exposición cabe hacer una distinción entre la ejecutividad del acto y la ejecutoriedad:
-En virtud de la ejecutividad cuando el acto se dicte puede y debe ser llevado a la práctica
-La ejecutividad se complementará con la ejecutoriedad cuando el particular obligado al cumplimento del
acto no lo hace voluntariamente y es la administración la que le obliga a ejecutarlo por medio de los
procedimientos de ejecución forzosa.
Por ello la LPACAP cuando el interesado no ejecute los actos administrativos otorga a la administración los
siguientes medios de ejecución forzosa: apremio sobre el patrimonio, multa coercitiva, ejecución subsidiaria
y compulsión sobre las personas. A continuación se hará una breve reseña de las características más
importantes de cada una de ellas:
1. Apremio sobre el patrimonio: es el medio utilizado para el cobro de cantidades líquidas que
voluntariamente no hayan sido abonadas por los obligados. Todo ello teniendo en cuenta que no podrá
imponerse una obligación pecuniaria que no estuviese establecida con arreglo a una norma con rango legal.
2. Ejecución subsidiaria: habrá lugar a este medio de ejecución forzosa cuando se trate de actos que por
NO ser personalísimos puedan ser realizados por un sujeto distinto del obligado. En este caso, las
administraciones realizaran el acto por sí o a través de las personas que determinen a costa del obligado.
3. Multa coercitiva: cuando así lo autoricen las leyes y en la forma y cuantía que estás determinen, las
administraciones pueden para la ejecución de determinados actos, imponer multas coercitivas, reiteradas
por lapsos de tiempo que sean suficientes para cumplir lo ordenado, en los siguientes supuestos:
a) Actos personalísimos en que NO proceda la compulsión directa sobre las personas
b) Actos en que, procediendo la compulsión, la administración NO la estimara conveniente
c) Actos cuya ejecución pueda el obligado encargar a otra persona
La multa coercitiva es independiente de las sanciones que se puedan imponer y compatible con ella.
4. Compulsión sobre las personas: los actos administrativos que impongan una obligación personalísima de
NO hacer o soportar podrán ser ejecutados por compulsión directa sobre las personas en los casos en los
que una Ley expresamente lo autorice, y dentro siempre de su respecto a la dignidad y a los derechos
reconocidos en la Constitución Española. Si, tratándose de obligaciones personalísimas de hacer, no se
realizase la prestación, el obligado deberá resarcir los daños y perjuicios a cuya liquidación y cobro
procederá en vía administrativa.
Si fueran varios los medios de ejecución forzosa admisibles se elegirá el menos restrictivo de la libertad
individual.
Una vez vistos la eficacia y la ejecutividad de los actos administrativos pasamos a la exposición de lo
relativo a la nulidad y la anulabilidad, regulada en la LPACAP en los artículos 47 a 52. Como indicamos en
líneas anteriores los actos de las administraciones se presumen válidos y producen sus efectos desde la
fecha en que se dicten, esta presunción de validez y legitimación es iurus tantum, es decir, se admite prueba
en contrario. En este contexto, no es infrecuente que el acto administrativo adolezca de vicio o no se ajuste
exactamente a lo que el ordenamiento jurídico determine en cada caso pudiendo encontrarnos ante
supuestos de:
a) Nulidad absoluta o de pleno derecho
b) Nulidad relativa o anulabilidad
c) Irregularidad del acto
En cuando a la NULIDAD ABSOLUTA, la ley 39/2015 en su artículo 47.1 señala expresamente los actos
concretos que se verían afectos por este tipo de vicio:
1. Los que lesiones derechos o libertades susceptibles de amparo constitucional
2. Los dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la materia y del territorio
3. Los que tengan un contenido imposible
4. Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta.
5. Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido
6. Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieran facultades o
derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición
7. Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición de rango de Ley
A mayores el artículo 47.2 de la LPACAP establece que también serán nulas las disposiciones
administrativas que:
1. Vulneren la Constitución, las Leyes u otras disposiciones administrativas de rango superior
2. Las que regulen materias reservadas a la Ley
3. Las que establezcan la retroactividad de disposiciones sancionadores no favorables o restrictivas de
derechos individuales
Para cerrar esta parte relativa a la validez de los actos administrativos y como consecuencia de la nulidad y
la anulabilidad la Ley 39/2015 desarrolla una serie de principios:
El principio de conversión se regula en el artículo 50 LPACAP, este principio es de aplicación a los actos
nulos y anulables y en él se establece que “los actos nulos o anulables que sin embargo contengan
elementos constitutivos de otro distinto producirán los efectos de éste”.
El principio de conservación regulado en el artículo 51 LPACAP, establece que “el órgano que declare la
nulidad o anule las actuaciones dispondrá siempre la conversión de aquellos actos y trámites cuyo
contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la infracción”.
La convalidación de los actos anulables, regulada en el artículo 52 LPACAP, establece que “la
administración podrá convalidar los actos anulables, subsanando los vicios de que adolezcan”.
Siguiendo el contenido del tema y entrando en el último bloque, LA REVISIÓN DE OFICIO, se regula en los
artículos 106 a 111 de la LPACAP. A estos efectos, la Ley permite a la administración que por sí misma, sin
ser impelida por los interesados, pueda revisar sus actos administrativos. De este modo se impide una
conducta arbitraria de la administración que podría generar una absoluta inseguridad jurídica o la nulidad de
pleno derecho del acto objeto de la revisión. La revisión de oficio se puede llevar a cabo me diantes la
revisión de disposiciones nulas o la declaración de la lesividad de actos anulables.
Comenzando por la revisión de los actos nulos de pleno derecho, regulada en el artículo 106 de la LPACAP,
las administraciones en cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud de los interesados, y previo
dictamen favorable del Consejo de Estado u Órgano Consultivo equivalente, declararán de oficio la nulidad
de los actos administrativos que hayan puesto fin a la vía administrativa o que no hayan sido recurridos en
plazo, en los supuestos previstos en el artículo 47.1.
Así mismo, en cualquier momento, las administraciones públicas de oficio y previo dictamen favorable del
Consejo de Estado u Órganos Consultivo equivalente, podrán declarar la nulidad de las disposiciones
administrativas, en los supuestos previstos en el artículo 47.2.
El órgano competente para la revisión de oficio podrá acordar de forma motivada la inadmisión a trámite sin
recabar el dictamen del Consejo de Estado u Órganos Consultivo de la Comunidad Autónoma, cuando:
-No se basen en las causas de nulidad del artículo 47.1
-Carezcan manifiestamente de fundamento
-Se hubiera desestimando en cuanto al fondo otras solicitudes sustancialmente iguales
Cuando el procedimiento se hubiera iniciado de oficio una vez transcurrido el plazo de 6 meses sin haberse
dictado y notificado la resolución se producirá la caducidad del mismo. En el caso de que el procedimiento
se haya iniciado a solicitud del interesado se podrá entender la misma desestimada por silencio
administrativo.
En lo que respecta a la declaración de lesividad de los actos anulables, regulada en el artículo 107 de la
LPACAP, las Administraciones Públicas podrán impugnar ante el orden jurisdiccional contecioso
administrativo los actos favorables para los interesados que sea anulables, conforme a lo dispuesto en el
artículo 48 de la LPACAP, previa declaración de lesividad para el interés pública. La lesividad no se podrá
adoptar una vez transcurridos 4 años desde que se dictó el acto administrativo y exigirá la previa audiencia
de cuantos comparezcan como interesados en el mismo. La delcaración de lesividad no es susceptible de
recurso, si bien podrá notificarse a los interesados a los meros efectos informativos. Transcurrido el plazo de
6 meses desde la iniciación del procedimiento sin que se hubiera delcarado la lesividad se producirá la
caducidad del mismo. En las entidades locales la delcaración de lesividad se adoptará por el Pleno de la
Corporación u órgano colegiado superior de la entidad.
Por último y ya para finalizar el tema, la revocación de actos y la rectificación de errores se regula en el
artículo 109 de LPACAP, el cual distingue:
-Las administraciones públicas podrán revocar, mientras no haya transcurrido el plazo de prescripción, sus
actos de gravamen o desfavorables, siempre que tal revocación no constituya dispensa o exención no
permitida por las leyes, ni sea contraria al principio de igualdad, al interés público o al ordenamiento jurídico.
-Las administraciones públicas, así mismo, podrán rectificar en cualquier momento, de oficio o a instancia
de los interesados, los errores materiales, de hecho o aritméticos existentes en sus actos.