Principio de Legitimación Registral
Principio de Legitimación Registral
Principio de Legitimación Registral
PRINCIPIO DE LEGITIMACION
REGISTRAL
2.1 ANTECEDENTES A NIVEL
MUNDIAL
El origen histórico de la legitimación
registral se encuentra en el Derecho
germánico: es una concepción especial de
la posesión o gewere; la gewere más que
señorío de hecho sobre la cosa al modo
romano es señorío plásticamente
exteriorizado; responde no a un intento de
seguridad estática, sino dinámica: el que
aparece como propietario realmente lo es,
está provisionalmente “legitimado” como
tal.
2.1 ANTECEDENTES A NIVEL MUNDIAL
• La doctrina advierte que en nuestro
Derecho este principio nada tiene que ver
con el sistema germánico que se ha
indicado; más bien, se basa en la
credibilidad naturalmente impuesta por el
Estado a sus órganos de autentificación y
registración; se ha ido configurando en los
diversos textos legales, hasta llegar a las
normas vigentes.
2.2 ANTECEDENTES EN EL PERÚ
• El principio registral de
legitimación se
encontraba consagrado
en el artículo VII del
Título Preliminar del
abrogado Reglamento
General de los
Registros Públicos de
1968, en los siguientes
términos:
2.2 ANTECEDENTES EN EL PERÚ
• El Principio Registral de Legitimación se encontraba establecido en
el artículo VI del Título Preliminar del Anteproyecto del Reglamento
General de las Inscripciones publicado el 4 de setiembre de 1994 en
los siguientes términos: “El contenido de la inscripción se presume
cierto y produce todos sus efectos, mientras no se modifique o se
declare judicialmente su invalidez. Ninguna inscripción podrá ser
rectificada o invalidada por resolución administrativa”.
2.2 ANTECEDENTES EN EL PERÚ
• Conforme a la Exposición de
Motivos del Libro de Registros
Públicos publicada el 19 de
julio de 1987, el artículo 2013
del Código Civil Peruano de
1984 tuvo como fuente de
inspiración la Ley Hipotecaria
Española de 1946.
2.3 MARCO LEGAL
• El Principio Registral de Legitimación se encuentra consagrado en el
artículo 2013 del Código Civil de 1984, que establece: “El contenido de la
inscripción se presume cierto y produce todos sus efectos, mientras no se
rectifique o se declare judicialmente su invalidez.”