Manejo de Heridas
Manejo de Heridas
Manejo de Heridas
HERIDA TIPO I:
Alteración observable en la piel integra, sin pérdida de
continuidad, relacionada con la presión, que se manifiesta
por un eritema cutáneo que no palidece al presionar; en
pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o
morados.
OBJETIVOS
DUCHOTERAPIA:
Se utiliza en heridas tipo 4, quemaduras extensas y heridas traumáticas.
Permite lavar la herida a una presión adecuada para no destruir las células
en reproducción.
HIDROTERAPIA:
Se utiliza en heridas tipo 4 de gran extensión, en grandes quemados y
politraumatizado. Su uso no está suficientemente extendido por su alto
costo y la necesidad de infraestructura adecuada.
DEBRIDAMIENTO
Técnica que consiste en la eliminación del tejido esfacelado o necrótico de una
herida o úlcera por medios quirúrgicos o médicos.
Este tejido actúa como una barrera mecánica que impide la aproximación de los
bordes de la herida y favorece el ambiente propicio para el desarrollo de
microorganismos e infección por lo que amerita su remoción en la gran mayoría de
los casos y promover el adecuado proceso de reparación cutánea.
DEBRIDAMIENTO QUIRÚRGICO:
Procedimiento de elección en heridas infectadas o con alto riesgo de infección, en
preparación para injerto, úlceras tipo 3 y 4, quemaduras tipo B y pié diabético grado
II a IV.
Técnica: El esfacelo o tejido necrótico se elimina con bisturí o tijeras. Este
procedimiento se puede realizar en Pabellón quirúrgico o en la sala.
Ventaja:
Método rápido y efectivo que se puede realizar aunque la herida esté infectada.
APÓSITOS O COBERTURA
Los apósitos o coberturas permiten aislar, proteger y optimizar el proceso de
cicatrización si la adecuada elección de este es capaz de brindar un
ambiente óptimo necesario que preserve los principios fisiológicos básicos
de humedad, calor, oxigenación y circulación sanguínea.
CRITERIOS PARA ELEGIR UN APÓSITO
Debe mantener un microambiente fisiológico húmedo que favorezca la
granulación.
Debe ser capaz de mantener una barrera que aisle la lesión del medio
ambiente y la proteja de contaminación y traumatismos.
Debe mantener un ambiente térmico fisiológico.
Debe permitir el intercambio gaseoso de la herida con su entorno.
Debe permitir una adecuada circulación sanguínea.
Debe facilitar la eliminación de secreciones y ser capaz de absorberlas.
Debe ser adaptable, flexible y de fácil manipulación.
Debe estar libre de contaminantes tóxicos o partículas.
Debe poseer un adhesivo que no dañe la piel circundante ni el tejido de
granulación.
Debe permitir ser retirado sin trauma ni dolor para el paciente.
Debe favorecer la remoción de tejidos necrótico y/o esfacelado sin dañar el
tejido granulatorio.
ANTISÉPTICOS Y DESINFECTANTES
Desde mediados del siglo pasado, se han utilizado sustancias químicas
aplicadas en la piel, con el fin de evitar las infecciones. Semmelweis (1847),
introdujo la práctica del lavado de las manos con compuestos clorinados.
Lister, años después, amplió el uso de soluciones fenólicas tanto en las
manos como en la piel de los pacientes y en la ropa del instrumental usado.
Estos conceptos basados inicialmente en la observación y posteriormente
en los conceptos microbiológicos, lograron un impacto importante en la
prevención de infecciones intrahospitalarias.
A pesar del amplio uso en la actualidad de los antimicrobianos, no se ha
eliminado la práctica del uso de los antisépticos; al contrario se han
perfeccionado las fórmulas de aquellas sustancias químicas como el Yodo y
otras más recientes como la Clorhexidina.