Fragilidad y Sarcopenia en El Adulto Mayor

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Dr. Heyne Espinoza Nuñez.

La fragilidad es un síndrome geriátrico caracterizado por pérdida de


peso cansancio, debilidad, marcha lenta y disminución de la
actividad física. Es más común en mujeres, obesos y diabéticos. Es
secundaria a disregulación endócrina y a un estado proinflamatorio
y protrombótico. La sarcopenia, pérdida de la masa muscular, es
característica de la fragilidad. El tratamiento está encaminado a
incrementar la masa y fuerza muscular mediante un mejor aporte
calórico-protéico y un programa de ejercicios.
Envejecimiento Sarcopenia
Músculo joven
 Epidemiología de la sarcopenia:

Existen pocos estudios epidemiológicos que hayan valorado la prevalencia


de la sarcopenia en el anciano, dada la dificultad para definir esta entidad.
Pero según algunos de ellos, la proporción de individuos que sufren
sarcopenia se incrementa del 13% al 24% entre los 65 y los 70 años, y
supera el 50% en personas mayores de 80 años. Afecta algo más a
hombres que a mujeres, de tal modo que a partir de los 75 años afecta a un
55-60% de los varones y a un 45% de las mujeres.
 Consecuencias de la
sarcopenia:

Existe una clara relación entre la pérdida de masa y potencia muscular que produce
la sarcopenia y la pérdida de independencia funcional para realizar las actividades de
la vida diaria, que contribuye a las caídas, fracturas, y necesidad de ingreso en centros
especializados como las residencias para mayores.
 Discapacidad y dependencia: Los ancianos afectados por esta entidad
son más débiles que las personas con una masa muscular normal.
Cuando a pesar de su edad las personas mayores mantienen una
buena forma física y llevan una vida activa, son más independientes
para realizar las actividades del día a día, consiguiendo además
sobrellevar mejor, en caso de padecerlas, las enfermedades crónicas.
Por su parte, los ancianos con mala forma física, a medida que se van
debilitando requieren cada vez más esfuerzo para realizar actividades
rutinarias.
 Caídas y fracturas: a los ancianos con sarcopenia y debilidad en las extremidades
inferiores les resulta difícil realizar actividades como la marcha, levantarse de una
silla, subir escaleras, o caminar a un paso ligero y, por lo tanto, tienen un mayor riesgo
de caídas y fracturas.
 Aumento de la mortalidad y de la necesidad de ingresar en centros especializados:
está demostrada la relación entre la menor masa muscular, la dependencia, la
institucionalización en centros de mayores y la mortalidad. Por tanto, la sarcopenia es
uno de los principales factores de riesgo de discapacidad, calidad de vida deficiente,
morbilidad y mortalidad en la población anciana.
•Mayor posibilidad de desarrollar otras enfermedades:
La sarcopenia puede tener repercusiones no solo sobre el músculo, sino también
sobre otros muchos órganos y sistemas. Al perder masa muscular los pacientes
con sarcopenia consumen más proteínas para producir energía. Si a esto le
sumamos la baja ingesta de alimentos, que es frecuente en personas mayores, se
entiende por qué la enfermedad afecta mucho más a los ancianos que a los adultos
más jóvenes. Y se ha visto que la sarcopenia puede contribuir a incrementar el
riesgo de padecer enfermedades crónicas como la osteoporosis y la diabetes.
 Alteración para regular la temperatura corporal: la pérdida de masa muscular
puede influir significativamente sobre la capacidad del organismo para regular la
temperatura corporal en ambientes fríos y calurosos. 
 Causas y Consecuencias de la sarcopenia
Diagnóstico de la sarcopenia

• El dinamómetro permite calcular la fuerza que realiza el paciente con


sarcopenia apretando con las manos.
El diagnóstico de la sarcopenia es difícil de realizar porque no existe
ningún método de referencia aceptado para medir la masa muscular, y
tampoco se dispone de unos valores normales de referencia en la
población sana.
Para diagnosticar la sarcopenia se utilizan tres criterios que son:

1.Masa muscular baja


2.Menor fuerza muscular
3.Menor rendimiento físico.

El diagnóstico de esta entidad se basa en la confirmación del criterio 1


más el criterio 2 o 3.
 Métodos para medir la masa muscular

 Medidas antropométricas: este método consiste en medir algunos parámetros en el paciente


como la circunferencia del brazo o la circunferencia del muslo y compararlo después con los
valores de referencia para personas de igual edad y sexo.

 DXA: es un método complejo que consiste en la medición de la masa muscular mediante


absorciometría por energía dual de rayos X.

 Índice de masa muscular esquelética reactiva: es el resultado de una operación matemática


que consiste en dividir la masa muscular esquelética entre la estatura del paciente.
 Medida de la calidad muscular: definida como la relación entre la fuerza muscular y la
masa muscular.

 Técnicas de imagen (tomografía computarizada y resonancia magnética): pueden valorar


el área muscular del muslo.

 Potasio corporal total: la medición de los valores de potasio en sangre permite estimar,
de forma indirecta, la masa muscular.

 Eliminación de creatinina en orina (es una proteína utilizada para ver la función del riñón)
 Métodos de medición de la fuerza muscular:

 Medida de la fuerza de prensión: este método calcula la fuerza que realiza el paciente
apretando con las manos gracias a un aparato denominado dinamómetro.

 Time up to go: evalúa la fuerza muscular de las piernas, registrando el mejor tiempo de tres
intentos de levantarse de una silla sin usar los brazos.

 Medida de la velocidad de la marcha: se registra el tiempo que necesita el paciente para


recorrer una distancia concreta de la forma más rápida y segura posible.
 Tratamiento y prevención de la
sarcopenia

El entrenamiento físico con ejercicios de resistencia mejora la masa muscular, la fuerza muscular, el


equilibrio y la resistencia de las personas mayores.
No existe un tratamiento concreto para la sarcopenia, pero se han
ensayado varias estrategias para intentar corregirla en la medida de lo
posible, aunque lo más importante es evitar o retrasar su aparición
adoptando medidas que ayuden a prevenirla. Los tratamientos que se
están estudiando para la sarcopenia son:
o Tratamiento con testosterona u otros anabolizantes

 Testosterona: la presencia en sangre de niveles bajos de testosterona, que es una hormona sexual, se
ha relacionado con la presencia de menor masa muscular y menor fuerza en los músculos de las
piernas. Por ello, se ha utilizado la testosterona como tratamiento de la sarcopenia en varones con
niveles bajos de esta hormona en sangre.
•Dehidroepiandrosterona (DHEA): la administración de suplementos de esta hormona se
está investigando como tratamiento de la sarcopenia, ya que se ha visto que las
concentraciones de esta sustancia disminuyen progresivamente con la edad, pudiendo
jugar un papel en la aparición de la sarcopenia.
•Tratamiento con hormona de crecimiento humana (HGH): aunque en adultos jóvenes con
hipopituitarismo (disminución de las hormonas secretadas por la glándula hipófisis) el tratamiento con
HGH sí aumenta la masa y fuerza muscular, no está del todo clara su utilidad en ancianos. Además, la
administración de esta hormona puede tener efectos secundarios como síndrome del túnel
carpiano, ginecomastia(crecimiento de las mamas en el varón), retención de líquidos, dolor de las
articulaciones, y bajadas de tensión.
• Ejercicio físico de resistencia: el entrenamiento físico con ejercicios de resistencia en
ancianos mejora la masa muscular, la fuerza muscular, el equilibrio y la resistencia. El
tiempo de tratamiento necesario para observar efectos beneficiosos es de unas 10-12
semanas de media. Además, es importante recalcar que la realización de ejercicio físico
en la tercera edad debe ir acompañada de una ingesta adecuada de proteínas con la dieta,
ya que es frecuente que la población anciana consuma menos proteínas que la ingesta
diaria recomendada para los adultos.
• Tratamiento nutricional: hay pocos estudios sobre el efecto de la intervención
nutricional en la sarcopenia. Lo que se está haciendo actualmente en los últimos
trabajos es suministrar dietas ricas en proteínas, o aportar de forma extra algunos
nutrientes concretos, como determinados aminoácidos, para ver si se disminuye el
riesgo de que la sarcopenia aparezca o progrese.
•Intervenciones sobre citocinas y el sistema inmune: se han utilizado algunas
sustancias (como la pentoxifilina, la talidomida o el acetato de megestrol) con la
intención de controlar la producción de citocinas, que son unas sustancias que
producen la pérdida de masa muscular en la sarcopenia.
Prevención de la sarcopenia
Lo mejor para prevenir la sarcopenia es mantener una actividad física adecuada, y
sobre todo realizar ejercicios para potenciar la musculatura. Se ha podido
comprobar que este tipo de ejercicios generan un incremento de la masa y la
potencia muscular en los ancianos, lo que contribuye a evitar que aparezca la
sarcopenia.

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