Ética en La Hipermodernidad
Ética en La Hipermodernidad
Ética en La Hipermodernidad
HIPERMODERNIDAD.
Danna Rojas
Mayra Rivero
¿Qué es el hipermodernismo?
La postura de Lipovetsky es la de una defensa, en la actualidad, de una segunda modernidad que ha terminado
por asimilar los «complejos» que la propia postmodernidad no conseguía deshacerse, una segunda modernidad
que pivota en torno a tres ejes fundamentales:
El mercado ( el liberalismo ha globalizado posturas y ha ampliado el papel del consumo hasta todos los límites
imaginados, esta sociedad mercantil, donde lo hiper se ha convertido en lo cotidiano )
Fe ciega ( una fe ciega en la eficacia técnica que ha alcanzado un ritmo vertiginoso a la vez que ha logrado que
su inserción en el mundo actual sea prácticamente inmediata )
Individualismo ( se han abandonado todas las ideologías que tendían a la búsqueda de una unificación en torno a
la masa para procurar que la singularidad sea la estandarte de la contemporaneidad )
Individualismo y ética empresarial en la
hipermodenidad
Desde hace más de una década, las grandes empresas empiezan a ser conscientes de los beneficios que les
aporta insertar planes de responsabilidad social en sus organizaciones. Beneficios que no se traducen
exclusivamente en términos económicos sino sobre todo morales, tanto a nivel interno como, y sobre todo, a
nivel externo.
Pero existe una lejanía muy grande entre el empeño que ponen las empresas en tener y hacer cumplir esta
ética empresarial y el consumidor o el ciudadano que desconoce la existencia de éstos. De ahí que en los
últimos años la proliferación de campañas de publicidad de los valores morales empresariales esté en auge.
Publicidad donde se destaca los beneficios para la sociedad que tiene la implantación real de lo que se viene
llamando Responsabilidad Social Empresarial (RSC).
La economía, la filosofía y la sociología tienen una tarea pendiente muy importante: la de dilucidar, lo mejor
posible, el esquema social e individual que rodea a este ser que denominaremos hipermoderno y ofrecer una
propuesta de acción al mundo empresarial de cara a poder realizar su labor del modo más eficaz posible.
Si queremos que los empresarios sean conscientes de la importancia real que tiene una efectiva política
empresarial cimentada en la responsabilidad social hay que buscar la forma de que el consumidor valores
realmente este esfuerzo empresarial en su justa medida.
La estricta relación de la idea de individualidad con la del consumo de masas es uno de los ejes en lo que pivota
la hipermodernidad. La masificación del consumo focalizada en su marketing hacia una individualización del
consumidor ha generado una percepción de la singularidad individual de la que se discute su rango de
autenticidad.
Para ir concluyendo y repasar sólo basta decir que la sociedad ha asumido con total naturalidad la perdida de
objetivos ideales hacia los que dirigir su vida. La caída de los grandes metarrelatos no ha supuesto crisis alguna
a ninguno de los niveles. Si existe algún síntoma característico de la llegada de la sociedad posmoderna-
hipermoderna es, precisamente, la idolatría al individualismo y sus necesidades sin previo juicio de valor acerca
de ellas.
Existe una pasión por la personalidad, el abandono de los sistemas generales de pensamiento, de la disciplina
social desde las grandes instituciones, ha dado paso a una egolatría del personalismo que nunca se había dado en
la sociedad contemporánea.