La Vocación de Jacob

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LA VOCACIÓN

DE JACOB

Lectura
y comentario
de Génesis
28,10-22
Contexto inmediato:
Su “huida” tras “birlarle”
a su padre y a su hermano
la “bendición”
(Génesis 27,1-28,5)
Tras lograr Rebeca que Isaac
“envíe” a Jacob
a la casa de su hermano Labán (27,42-28,5)
–y tras prestar brevemente atención
a Esaú (28,6-9)–
el texto nos pone ante la (primer) escena
de Jacob en Betel (28,10-22)
Puede resultar esclarecedor leer

el versículo inicial de esta escena (28,10)

comparándolo con 28,5


Genesis 28,5 Genesis 28,10

Y despidió Isaac a Jacob, Jacob salió


el cual se fue de Beršeba
a Paddán Aram, y fue a Jarán
a casa de Labán,
hijo de Betuel el arameo,
hermano de Rebeca,
la madre de Jacob y de Esaú.
El narrador menciona únicamente
los puntos extremos del enorme trayecto
–duro, seguramente lleno de experiencias–
que tenía que recorrer Jacob

Y sólo una parada, en “un lugar”


que no se especifica al comienzo
Sólo “Bethel” parece ser
esencial en este viaje
El “sueño” –referido a la promesa
de Dios y la respuesta de Jacob–
se narra en 12 versículos

Sólo un versículo (28,11)


es dedicado a una brevísima
“introducción”
28,11aa
Y se encontró
~AqM'B; en el lugar

[G:p.YIw: y pasó la noche allí

~v' !l,Y"w: porque se había ido


el sol
vm,V,h; ab'-yKi
¿Por qué dice “se topó”, “encontró”

“dio con” el lugar (wayyifga’)?

Un verbo de un “perfil” más “áspero”

con un cierto grado de algo “inesperado”,

de “casual” que el simple “llegó”


Posiblemente para sugerir

que su arribo a “ese lugar”

no fue completamente fortuito


28,11ab
Y tomó
~AqM'h; ynEb.a;me de las piedras
del lugar
xQ;YIw: y puso
su cabezal
wyt'voa]r:m.
bK;v.YIw: 28,11b
Y se acostó

aWhh; en el lugar ese

~AqM'B;
Con tanta economía de detalles

¿porqué repite tres veces “el lugar”

en un solo versículo?

Además, el “anonimato” de este “lugar”

–un lugar ¡entre Beer Sheba y Harán!–

contrasta con los nombres precisos en 28,10


Tanta repetición transforma al término

en una palabra clave

¿Qué lugar es este?

¿Qué ha de ocurrir precisamente aquí?


Por ahora sólo sabemos
que era de noche y que había piedras

Y que una de esas piedras


será puesta “en su cabecera”
m:ra)ª$otâw
¿a manera de almohada quizás?
Esa misma piedra
terminará erigida,
al final de la escena
como una maccébáh

Evidentemente, las piedras


ya están empezando a hablar…
Pero empecemos por el principio

Un lugar pedregoso
no es lo más adecuado
para acostarse e intentar descansar

Mucho menos si también


se ha apoyado la cabeza en una piedra
¿Por qué se detiene a descansar
en un lugar pedregoso?

En tan largo trayecto,


¿no podía haber encontrado algo mejor?

¿Será ya esto una prefiguración


de lo que Jacob comenzará a vivir?
Ha dejado la protegida comodidad
de la “tienda” paterna (25,27)
y está huyendo solo, a campo traviesa,
a hundirse en una vida que quizás
ya percibe como “dura”,
que le hará conocer largas jornadas
de fatiga e intensa labor
Una vida
de la que no podrá disponer totalmente,
en parte incierta, “oscura”,
como la oscura noche
del sueño de Betel…
…pero que transcurrirá,
aunque todavía no lo sepa,
amparada bajo el manto
(no de su madre sino)
de las promesas de Dios,
y que el patriarca estará dispuesto
a vivir por amor (cf. 29,20)
Una vida

que le mostrará

y le hará mostrar

otro rostro
El rostro del que, para obtener lo que tanto
anhela, no procederá con engaños y fraudes
o negociaciones dudosamente legítimas
…como las de Raquel –¿o no?–
que no desaparecerán
totalmente de su horizonte
¡no le resultará tan fácil dejar de “ser Jacob”!
El rostro del que sabe de grandes sacrificios,
de duros trabajos
y, por qué no, de alguna manera también,
de bastante honestidad
…¡qué parecido
a lo que tendrá que vivir
Lía! –¿o no?–
Será engañado y explotado,
y tendrá que volver a huir

Encontrará muchas piedras en su camino,


que tendrá que aprender a remover

Piedras que abrirán y cerrarán etapas


Piedras que tendrán mucho para decir
Y verá varios rostros
¡hasta asegura haber visto
el rostro de Dios! (32,31)

Ese divino rostro que algún día, según él


mismo dice, logrará reconocer reflejado
en el rostro de su hermano Esaú (33,10)
¿Podrá empezar a descubrir

en alguno de ellos el suyo propio,

ese rostro, que tal vez

no sabía que tenía

y quizá tenga la ocasión de descubrir?


¿Qué “espejo” se lo podrá mostrar?

¿El “espejo” del rostro


de la “odiada” Lía?

¿O el del rostro de la “amada” Raquel?

¿El “espejo” del rostro de su hermano,


cuando se reencuentre con él “al volver”?
Quizá se lo estén mostrando ya

estas piedras,

aunque todavía

no haya aprendido a entender


Pero antes de empezar

esta otra etapa de su vida

esta noche, en este lugar

con una piedra en su cabecera

tendrá un sueño impresionante


Verá una escalera puesta

(muccáb) en dirección

hacia la tierra,

con su parte superior

–su “cabeza” (ró$ô)–

alcanzando hasta el cielo


Verá ángeles

de Dios

subiendo

y bajando

por ella
Y, sobre todo,
verá ¡al mismísimo Yahweh!
parado (niccáb) ahí,
encima de la escalera
–¡encima suyo! (28,13)–
dispuesto a dirigirle la palabra
a hablar con él
~l{x]Y:w: 28,12a
Y soñó

Y he aquí que
~L'su hNEhiw> una escalera

hc'r>a; bC'mu estaba puesta


hacia la tierra

Avarow> y su cabeza

alcanzaba
hm'y>m"V'h; hacia el cielo
Y he aquí
28,12b

~yhil{a/ ykea]l.m; que ángeles de


Dios
(estaban)
hNEhiw> subiendo
y bajando
en/por ella
AB ~ydIr>yOw>
Y he aquí que
28,13aa

hw"hy> Yahweh

hNEhiw> estaba parado


sobre ella/él

wyl'[' bC'nI:
La aparición del mismísimo Yahweh,
que está a punto de hablarle,
de alguna manera no fue tan “inesperada”

Había sido “pre-anunciada”


de diversas maneras
Por la escalera, cuyo extremo superior
alcanzaba el cielo y por estar muccab
¡Yahweh está niccab!

Por los “ángeles”, que son sus mensajeros:


su presencia recuerda inmediatamente a
quien los envía
Consecuentemente, cuando la “escalera”
y los “ángeles” han cumplido su misión,
ya no vuelven a aparecer

La atención ya ha sido fijada


Y del “ver” se pasa al “oír” y
–propiamente– a la “teofanía”
¿Recuerda algún
encuentro previo
de Jacob con Dios?
Esa noche, en ese sueño,

con una piedra en su cabecera

por primera vez en su vida

escuchará “la voz” de Dios


Empezará a conocer por vez primera

a un Dios que nada pide y mucho ofrece

Un Dios que quiere comprometerse

–con él y con la prole que le asegura tendrá–

con desbordante e inexplicable generosidad


Piedra-cabezal
m:ra)ª$ôt
El término m:ra)ª$ôt

–utilizado para referirse a

“su cabecera”–

se emplea muy poco en la Biblia Hebrea


El vocablo solamente aparece en cuatro
lugares más:

 Dos veces en 1 Samuel 19,11-17


–cuando Saúl envía emisarios
a casa de David con la intención
de hacerlo traer para matarlo–
 Siete veces en 1 Samuel 26,1-25
–cuando David le demuestra a Saúl
que pudo matarlo si hubiera querido–

 Una vez en 1 Reyes 19,1-8


–cuando Elías tuvo que huir de
Jezabel, que había jurado matarlo–
 Una vez en Jeremías 13,18
Quizás con un matiz algo diferente
en cuanto al sentido, en el contexto
de un terrible oráculo divino,
que anuncia con mucha crudeza
el destierro de los de Judá
y la caida de la monarquía davídica
Jeremías 13,18
“…humillaos, sentaos
porque ha caído
de vuestras cabeceras
la corona preciosa”

~k,yteAva]r>m; dr:y" yKi


~k,T.r>a;p.Ti tr<j,[]
Al leer estos pasajes salta a la vista
inmediatamente que se menciona
la “cabecera” –entiéndase como
“almohada”o no– cuando,
ante una amenaza de muerte seria y
real, la vida finalmente resulta salva
Y la “salvación” se vincula

–no en forma exclusiva

pero sí considerablemente significativa–

a algo que ocurre en la “cabecera”

(m:ra)ª$ôt) del “amenazado”


 La distracción con el “tejido” hecho
de pelos de cabra “en la cabecera”
de la cama de David le da tiempo
para huir y salvar su vida
 Se “quita” la lanza y el jarro que
estaban “en la cabecera” de Saúl
en lugar de “quitarle” su vida
 “Aparece” pan y agua “en la
cabecera” del exhausto Elías,
que se estaba dejando morir,
para que pueda recuperar fuerzas
y sobrevivir
 Hasta la corona que cae
“de la cabecera” del rey Joaquin
podría entenderse –con buena
voluntad– como algo que le
permite salvar, no la corona,
pero si la vida
Jacob está ciertamente
amenazado de muerte
Y lo que ocurre
“en su cabecera”
será determinante
en su futuro inmediato,
en la etapa que está por comenzar
a experimentar
Y en su “cabecera” ocurre

que el Dios de Abraham su padre

el Dios de Isaac,

–el Dios “Yahweh”–

le dice que

también quiere ser ser su Dios


En su “cabecera” ocurre que escucha a un

Dios que “se obliga” a darle una tierra

y una incontable descendencia

–extendida en todas direcciones–

para ser él y los suyos,

para todos, una bendición


¡A él, que está huyendo

de la (justa) furia de su hermano,

vilmente despojado de su bendición!


rm;aYOw: 28,13aa
Y dijo:
Yo soy
28,13ab

hw"hy> ynIa] Yahweh

El Dios de
^ybia' ~h'r"b.a; Abraham
tu padre

yhel{a/ y el Dios de
Isaac
La tierra
28,13b
rv,a] #r<a'h' sobre la que

h'yl,[' bkevo hT'a; tu estás acostado

hN"n<T.a, ^l. a tí la doy

^[,r>z:l.W y a tu descendencia
Y será
28,14a

^[]r>z: hy"h'w> tu descendencia


como el polvo
#r<a'h' rp;[]K; de la tierra

y te extenderás
hM'y" T"c.r:p'W hacia el mar

hm'd>qEw" y hacia oriente

y hacia el norte
hB'g>n<w y hacia el sur
Y serán
28,14b

^b. Wkr}b.nIw> bendecidos en ti

todos los clanes


hm'd"a]h' txoP.v.mi- de la tierra

lK' y en tu
descendencia

^[,r>z:b.W
• Génesis 12,3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a
quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de
la tierra».
• Génesis 18,17-18 Dijo entonces Yahveh: «¿Por ventura voy a
ocultarle a Abraham lo que hago, 18 siendo así que Abraham
ha de ser un pueblo grande y poderoso, y se bendecirán por
él los pueblos todos de la tierra?
• Génesis 22,16-18 y dijo: «Por mí mismo juro, oráculo de
Yahveh, que por haber hecho esto, por no haberme negado
tu hijo, tu único, 17 yo te colmaré de bendiciones y
acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas
del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu
descendencia de la puerta de sus enemigos. 18 Por tu
descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra,
en pago de haber obedecido tú mi voz».
• Génesis 26,2-5 Yahveh se le apareció y le dijo: «No
bajes a Egipto. Quédate en la tierra que yo te indique. 3

Reside en esta tierra, y yo te asistiré y bendeciré;


porque a ti y a tu descendencia he de dar todas estas
tierras, y mantendré el juramento que hice a tu padre
Abraham. 4 Multiplicaré tu descendencia como las
estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas
tierras. Y por tu descendencia se bendecirán todas las
naciones de la tierra, 5 en pago de que Abraham me
obedeció y guardó mis observancias, mis
mandamientos, mis preceptos y mis instrucciones».
En su “cabecera” ocurre que

un Dios le garantiza su presencia

y le promete estar con él siempre,

guardarlo en todos sus caminos

y hacerlo volver
Y he aquí que
28,15a
%M'[i ykinOa' yo (estoy) contigo

hNEhiw> Y te custodiaré

en todo lo que
^yTir>m;v.W camines

%leTe-rv,a] lkoB. y te haré volver

^ytibovih]w: hacia el suelo este


Un Dios que se compromete

a no abandonarlo

hasta haber realizado todo

lo que su Palabra anunció


Porque no
28,15b

^b.z"[/a, al{ yKi te abandonaré

ytiyfi['-~ai rv,a] d[; hasta que


(yo) haga/cumpla

%l' yTir>B:DI-rv,a] lo que dije a tí

tae
La palabra que ese Dios,
de pie, en lo alto, “en su cabecera”
le dirige, le permitirá partir
con la esperanza de volver “en paz”
–¡con vida!– no sólo a este suelo,
como Dios le promete (28,15)…
…sino también,
como él anhela
y expresará en
su “voto”,
a la casa
de su padre Isaac
(28,21)
Dios ha hablado

La historia, entonces,
se centra ahora
en la reacción Jacob…
No es de extrañar que Jacob despertara de
su sueño estremecido, atemorizado…

Sin levantarse todavía, con la piedra


en “su cabecera” –¿con su cabeza apoyada
en esa piedra quizás?– comprendió
que aunque hasta entonces no lo sabía
sin duda ¡Yahweh estaba ahí!
Y despertó
28,16a
Atn"V.mi bqo[]y: Jacob de su sueño

#q:yYIw: y dijo:

rm,aYow: “Sin duda está


Yahweh

hw"hy> vyE !kea' en el lugar este”

28,16b
y yo no
hZ<h; ~AqM'B; sabía
¿Qué era “ese lugar”?

Lo oiremos enseguida

declarar temeroso

que “ese lugar” que tanto lo asustaba

–”el lugar” con el que, en su huida,


sin quererlo “se topó”–
…era
–¿abajo, sobre la tierra?–

una “Casa de Dios”

y –¿arriba, en lo alto?–

una “Puerta del Cielo”

y así lo proclamó
Y temió
28,17a

rm;aYOw: ar"yYIw: y dijo

hZ<h; ~AqM'h; “¡Qué temible


el lugar este!

ar"AN-hm; 28,17b
No es este

sino la Casa
hz< !yae de Dios

~yhil{a/ tyBe-~ai yKi y este (lugar es)


Puerta del Cielo
Al levantarse por la mañana, inmediatamente

tomó esa misma piedra

– la que antes había puesto ¿horizontalmente?


(o, al menos, en una posición natural
para una piedra) en su “cabecera”–

y la colocó ahora
“verticalmente” como “maccébáh”
Y derramó aceite
sobre la “cabeza” de la piedra
que ahora –“verticalmente” erigida,
apoyada en la tierra–
apuntaba con uno de sus extremos
–con su “cabeza”–
hacia donde había estado Dios
Y despertó
28,18 a
rq,BoB; bqo[]y: Jacob en la mañana

~Kev.Y:w: Y tomó la piedra


que puso (en la)
!b,a,h'-ta, xQ:YIw: cabecera
y la puso (como)
wyt'voa]r:m. ~f'-rv,a] maccébáh

hb'Cem; Ht'ao Y derramó


28,18 b

aceite
~f,Y"w: sobre su cabeza
ar"q.YIw: 28,19
Y llamó

al nombre
aWhh; ~AqM'h;-~ve- del lugar ese

ta, Bet-’El

lae-tyBe pero Lûz

(era) el nombre de
zWl ~l'Waw> la ciudad
al comienzo
¿Por qué este gesto

de “erigir” la piedra

que había puesto antes

en su “cabecera”?
Jacob no reaccionó contruyendo un altar

con las muchas piedras que por ahí había,

ni las amontonó en una pila,

como le hará hacer al final del camino

a sus parientes arameos de Xarán (31,46),

sino que tomando una sola,

la que había estado en “su cabecera” toda la noche del

“sueño/teofanía”, la erigió como maccébáh


Se podría tratar de buscar alguna respuesta

apelando a la ancestral costumbre misma,

muy difundida en los más diversos ámbitos

de todos los tiempos,

específicamente religiosos o no,

de erigir “piedras” en posición vertical


Pero quizá haya que ver aquí
algo más
que un simple gesto ordinario,
extendido, común
Si prestamos atención al texto hebreo,

salta a la vista inmediatamente que, para

describir la “posición vertical” tanto de la

“escalera”, como de “Yahweh”, como de

la “piedra” erigida al final, se emplean

términos de la misma raíz: nácab


muccáb niccáb maccébáh
para indicar que para indicar que denotando
la escalera Yahweh una piedra
“estaba puesta, “estaba parado” “puesta,
colocada”, sobre ella colocada”,
que “había sido –¿o sobre “parada”,
parada” Jacob?– en posición
vertical
La conexión semántica y sonora

entre estos tres vocablos es clara

y explícita, y está definida

indudablemente por la “verticalidad”

–y una “verticalidad” abierta hacia lo alto,

que impele poderosamente hacia allí–


De hecho, lo que va a distinguir
a esta “piedra”
de las tantas que había en “el lugar”
es haber sufrido sucesivos desplazamientos
hasta terminar erigida
en “posición vertical”
(como una maccébáh)…
…“puesta” (muccáb)

a semejanza

de la escalera del sueño

por dónde estaban

subiendo y bajando

los mensajeros de Dios…


…“de pie” (niccáb),

como el mismo Yahweh

que le había hablado,

y apuntando hacia Él
De esta manera, la “verticalidad”

que lo sorprendía

y se le imponía “visiblemente”

en su “sueño teofánico”,

preñado de vívidas imágenes

de enorme poder evocador


…quedó “inmortalizada”

–tanto sonora como plásticamente–

en su “cabecera” –(m:ra)ª$ôtâw –

cuando erigió esa misma

“piedra-cabecera” como maccébáh


Pero Jacob no sólo tuvo

una experiencia “visual”

sino también “auditiva”

en este lugar
Desde lo alto Yahweh,

que, de pie, se había “dejado ver”,

le dirigía una palabra, muy clara,

en la que se comprometía

seriamente con él
Y él con una palabra, también clara y

–¿estudiadamente?– comprometida,

quiso responder con un “voto”

a Dios –¡y a la “piedra”!–


Y aquí mismo,

al Yahweh experimentado

como verdaderamente presente

en este “lugar temible”

–confesado como “Casa de Dios”

y “Puerta del Cielo–


…¡y a la “piedra”!

a la que, al despertar al día siguiente,

derramando aceite

sobre su parte superior,

erigió como maccébáh…


…en este mismo “lugar”,

antiguamente de nombre “Lûz”

y ahora, tras la impresionante

experiencia teofánica,

renombrado “Betel”,

Jacob les hizo un “voto”


rd,n< bqo[]y: Y “votó”
28,20 a

Jacob “un voto”

rD:YIw: diciendo:

rmoale
Un “voto” en el que se comprometía…
–dirigiéndose por primera vez
en la escena ¡y en su vida!
directamente,
en segunda persona,
a Yahweh–
…a que, si algún día

podía verificar

que todo esto aquí vivido

no había sido sólo un “sueño”…


…que verdaderamente

se había encontrado con Dios

y sus promesas en este lugar

Que Yahweh efectivamente

estuvo con él, guardándolo en el viaje

dándole pan y vestidos…


…y trayéndolo nuevamente

en paz a la casa paterna

Que Yahweh efectivamente

se había comportado

“como un dios” para él…


Si está
28,20b

ydIM'[i ~yhil{a/ Dios conmigo


y me guarda
hy<h.yI-~ai en el camino este
que yo (estoy)
hZ<h; %r<D<B; caminando
y da a mi
ynIr:m'v.W pan para comer
y vestido
%leAh ykinOa' rv,a] para vestir
28,21
Y vuelvo en paz
~Alv'b.
hacia la casa
yTib.v;w> de mi padre

y es Yahweh
ybia' tyBe-la, para mí

yli hw"hy> como dios


Entonces, al volver –bendito y en paz–
no sólo a este suelo, como Dios
le había asegurado, sino a la casa paterna
–donde su vida seguramente seguía
corriendo peligro (27,41)–
como en su “voto” pidió…
…esta “piedra”…
–una de las tantas que en ese lugar había,
la que al principio había puesto como
“su cabecera” y ahora estaba erigida
como maccébáh–
…habría de ser un Templo,
¡una “Casa de Dios”! (bêt ):lóhîm)
28,22a
Entonces
taZOh; !b,a,h'w> la piedra esta
que puse (como)
hb'Cem; yTim.f;- maccébáh
será
rv,a]
la Casa de Dios

~yhil{a/ tyBe
La “historia de la piedra”

alcanzaba su “climax”
Jacob “dejaba escrito”

con los movimientos de esa “piedra”

las huellas

de su paso por este “lugar”


Y, ante esta “piedra-maccébáh”,

“movido” por lo que (vió y) “oyó”

en este “lugar”
–percibido, intuido como
una “Casa de Dios”,
como un “acceso” (puerta) al “cielo”–
…se le oirá también

decir unas palabras,

¡y en forma de “voto”!

–de promesa, de compromiso,

¿de cierta experiencia de gratuidad?–


¡Él! que hasta ahora

sólo había “usado” sus palabras

“movido” por la codicia y la ambición


¡Él! que, sometido
a “la palabra de su madre”,
había “utilizado” su palabra
sólo para engañar, mentir y robar,
para apoderarse innoblemente
de lo que tan ávidamente y para sí
deseaba obtener (27,5-17.18-29)
¡Él! el “maestro del fraude y la mentira”

que llevaba escrito en su propio “nombre”

un “estilo”, una “marca personal”,

la que caracterizaba su proceder


(27,35-36 y ¡Jeremías 9,1-5.7!;
cf. Oseas 12)
–ese “nombre” (¿ese “estilo”?)

que Dios mismo intentará cambiar

una y otra vez (32,28-29; 35,10)–


…conoció en este lugar otra “Palabra”

–¿a la que se intentará

empezar a someter?–
y en respuesta a esa otra “Palabra”

con su palabra

–aunque todavía al “estilo-Jacob”–

algo de su vida futura

quiso comprometer
En su “voto”, con sus palabras,

prometía entonces

que, al volver a este lugar

–si todo resultaba como él anhelaba

y Yahweh le había asegurado–


…haría de esta “piedra-cabecera”

puesta (y ungida)

como «maccébáh»

una “Casa de Dios”


Y entregaría allí mismo,

en esa “casa”,

al Señor Yahweh,

“el diezmo” de todo

lo que el Señor Yahweh generosamente

le hubiera concedido obtener


28,22b
Y (de) todo
yli-!T,Ti rv,a] lo que me des
te entregaré
lkow> (completamente)
la décima parte
%l' WNr<F.[;a]

rFe[;
Así, al amparo de las promesas

del Dios de sus padres,

dispuesto a tomarse en serio

su existencia…
…comprometido con Él
y con este “lugar”
–¡con esta “piedra”!–
con una palabra en forma de “voto”
Jacob continuará su viaje,
pero ahora con la perspectiva cierta
de un regreso “bendito y en paz”
¡La piedra

también resultaba

ser un “mojón”!
Uno de esos “mojones”

que se encuentran frecuentemente

en las tierras –fecundas– de labor,

un “punto de referencia”

que permite conocer los propios “límites”

y los de los demás


Una de esas “piedras” que están

en las “encrucijadas”

y marcan la “división”

entre lo que legítimamente es “propio”

y lo que pertenece

en derecho a los demás


Desde ella y hacia ella

estará dispuesto a “edificar”

–“sobre piedra”–

esta nueva etapa en su vida


En torno a ella

quedarán reunidas y anudadas

estas dos etapas

tan determinantes

de su largo y complicado existir


No es poco para una piedra…
El voto de Jacob

La Promesa de El Voto de
Yahweh Jacob
Génesis 28,13-15 Génesis 28,20-22

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