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1 Vida Cotidiana en Atenas

Este documento resume la vida cotidiana de las mujeres en la antigua Atenas. Las mujeres de familias ricas se quedaban en casa y se ocupaban del hogar, mientras que las mujeres pobres ayudaban a la economía familiar vendiendo productos. Las mujeres libres se preocupaban por su apariencia física y peinado. En general, las mujeres atenienses tenían un papel secundario definido por su relación con los hombres como esposas, hijas o madres.
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1 Vida Cotidiana en Atenas

Este documento resume la vida cotidiana de las mujeres en la antigua Atenas. Las mujeres de familias ricas se quedaban en casa y se ocupaban del hogar, mientras que las mujeres pobres ayudaban a la economía familiar vendiendo productos. Las mujeres libres se preocupaban por su apariencia física y peinado. En general, las mujeres atenienses tenían un papel secundario definido por su relación con los hombres como esposas, hijas o madres.
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La Vida Cotidiana en Atenas

Ha­cía la segunda mitad del siglo V empezó a


transformarse la ciu­dad de Atenas, que hasta
entonces había tenido el aspecto de una gran
aldea, con calles tortuosas y estrechas, casas
bajas y de fachadas irregulares. Un arquitecto
venido de Joniá, Hipodamos, inició en el
barrio del Pireo la construcción de anchas
avenidas que se cortaban en ángulos rectos.

Ilustración que recrea una jornada de mercado en el


Ágora de Atenas en la antigua Grecia
Las Casas en Atenas

Las casas eran, general­mente, de dos pisos y de paredes delgadas; la muralla que daba a la calle tenía una sola
abertura, la puerta, recibiendo las pie­zas, la luz y el aire de un patio interior rodeado de columnas (peristilo).
La habitación, por ser el país de clima seco y de tempera­tura suave, era sencilla y pequeña.
El departamento de las mujeres o gineceó ocupaba el segundo piso y el de los hombres el primero.
En esta época aún no se preocupaban los atenienses del lujo. Para ellos era más importante protegerse del calor, y
para esto se proporcionaba a las habitaciones la sombra necesaria por medio de árboles. 
Seguimos conociendo sus costumbres cotidianas

El mobiliario, muy sencillo: sillas bajas y sin respaldo, camas con varias frazadas; ánforas y cráteras para guar­
dar, respectivamente, el vino, el agua y la mezcla de ambos líquidos; lámparas de terracotta o de metal, etc. Las
comodidades del hogar eran algo secundario. Su vida transcurría el mayor tiempo al aire libre, sea discutiendo
en la colina de Pnix, donde se celebraban las asambleas populares; comerciando en el agora o mercado,
cultivando la tierra o navegando a través del Egeo. 
El vestuario, igualmente simple. Consistía en una túnica (chiten), recubierta por un manto (himácion). Para
viajar y para ir a la guerra se cubrían con la clámide, manto corto y do­tante que sujetaban al cuello por medio
de un gancho. El sombrero, de anchas alas, no se usaba sino para viajar. El calzado se reducía a las sandalias,
aunque muchos acostumbraban an­dar descalzos.
La alimentación era, ordinariamente, muy frugal, como en Esparta: pan, aceitunas, higos, queso, miel y pescado
frito. Se comía tendido y descalzo, conversando o escuchando música y recitación. Se despreciaba a los
macedonios porque bebían demasiado y se embriagaban con frecuencia. Entre los atenienses más ricos solía
haber grandes gastrónomos. 
Bajo la mesa de sus banquetes eran amarrados varios perros que consumían los desperdicios que arrojaban sus
amos. Los comensales comían con las manos y se limpiaban los dedos con migas de pan.
Ocio y esparcimiento

Además de las numerosas ceremonias y fiestas públicas en honor de dioses y


dio­sas, a los ciudadanos enriquecidos les estaba reservada la participación en
banquetes. Estas reuniones privadas, que fueron inmortalizadas por los textos
de Platón y Jenofonte, se encontraban animadas no sólo por los manjares y
vinos que el anfitrión ofrecía, sino por la participación de bellas hetairas (mujeres
que brindan su compañía, mujeres dedicadas a la prostitución) que entretenían
con poemas y cantos, de aulétrides que suministraban la música de sus flautas y
de efebos que atendían las particulares inclinaciones de algunos comensales.
Información de las mujeres en esta época
•  
La principal fuente de información de las mujeres en esta época es homérica: la Ilíada y sobre todo
la Odisea describen numerosas escenas de la vida cotidiana, donde las mujeres tienen un papel importante.
Los deberes de la mujer giran alrededor de la casa. La señora de la casa es la que se ocupaba de la familia y del
hogar. En las casas de los personajes importantes había muchas esclavas. Todos los alimentos eran preparados en la
casa por esclavas y servidos por ellas.
Las ropas se hacían en la casa, y en esta tarea estaban implicadas las mujeres de la realeza, e incluso las inmortales
(semidiosas, diosas, deidades, diosas con forma humana), así como las esclavas.
Las mujeres solían sentarse junto al fuego a hilar y tejer, en el centro de la habitación principal de la casa.
Las tablillas procedentes de Pilos, escritas en lineal B, mencionan como tareas de las mujeres el buscar agua y
preparar los baños, hilar, tejer, moler grano y recogerlo. Las mujeres de la realeza tienen un triple papel, como
esposas, reinas y amas de casa.
La mujer se instala en la casa de su esposo. La unión es monógama, tanto en el mundo de los héroes griegos como
los troyanos. Sin embargo, las prácticas matrimoniales permanecen aún poco formalizadas.
EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LAS OBRAS
HOMERICAS
* Moliner, Esther (2020). España
La Antigua Grecia era una sociedad misógina al igual que una sociedad patriarcal, el varón estaba por
encima de la mujer. La palabra misoginia proviene del griego μισογυνία y significa «odio o aversión a las
mujeres». Este rasgo es tan evidente que podemos apreciarlo en las mismas divinidades, por ejemplo en el
trato que tiene Zeus hacía su esposa Hera, a la que le humilla en multitud de ocasiones con una nueva
amante. La misoginia u odio hacia las mujeres en la antigüedad clásica es una realidad bastante acusada
que no solo se limita al mundo literario o mitológico aunque es más evidente en esos dos ámbitos. La
mujer es considerada un ser inferior al varón, que solo dedica su tiempo a fastidiar al hombre trayendo
consigo dolores de la cabeza. Como podemos apreciar en la Ilíada, la mayoría de los personajes femeninos
aparecen en el bando de los troyanos, en resumidas cuentas, en el bando perdedor de la contienda. Además
hay que decir, que la guerra está generada por culpa de una mujer, Helena. Con todo esto podemos decir,
que en el mundo clásico las mujeres eran consideradas como las provocadoras o causantes de todos los
problemas que giraban en torno al varón (Santamaría Canales, 2014: 52- 54).

Moliner, Esther (2020). El papel de las mujeres en las obras homéricas. p. 27


¿Qué representación general tienen las mujeres libres en los poemas de Homero?
La mujer noble se define únicamente por los hombres con los que le ha tocado compartir
su vida, es decir, su identidad es a través y exclusivamente del varón. Esto lo podemos ver
muy bien cuando Odiseo en el canto XI de la Odisea se encuentra en el Hades y empiezan
a acercarse mujeres «eran hijas y esposas de insignes varones» (Homero, 2006: 177),
como se puede apreciar a las mujeres se les condiciona su función de “esposa de”, “hija
de” o “madre de” un héroe ilustre. En la Ilíada también ocurre exactamente lo mismo, a
las troyanas se les llama esposas e hijas de troyanos (Álvarez Rodríguez, 2017: 7).

Moliner, Esther (2020). El papel de las mujeres en las obras homéricas. p. 28


Si para los hombres la ciudadanía implicaba responsabilidades políticas y militares, para la
mujer griega había solo dos opciones; el matrimonio y la maternidad. Demóstenes, en el
discurso LIX, contra Neera (Reboreda, 2010: 161) nos habla de una clasificación de
mujeres según su relación con los hombres que son, en primer lugar, las esposas,
encargadas de dar hijos legítimos; en segundo lugar, las concubinas, encargadas del
cuidado del cuerpo masculino; y finalmente, las hetairai, o prostitutas encargadas del
placer sexual.

REBOREDA MORILLO, SUSANA (2010): El papel educativo de la mujer en la antigua Grecia y su importancia en el mantenimiento de la
Polis, Saldvie nº10, 159-179 en Moliner, Esther (2020). El papel de las mujeres en las obras homéricas. p. 28
El papel de hija en la sociedad patriarcal viene marcado por la necesidad de convertirse
más pronto que tarde, en esposa o madre. Cuando una hija entra en la edad de casarse, es
un fenómeno de importancia para la familia ya que está abandona el oîkos familiar.
Además la nueva esposa debe afrontar su nuevo papel como mujer casada. Si una mujer
que no se preocupase por su matrimonio y es dejada, está provocaría la vergüenza de la
familia. En cambio, una mujer que se preocupe por sus asuntos casaderos provocaría la
admiración de la gente del pueblo. Y lo más importante, no puede verse acompañada de
otro hombre que no sea su esposo o de su entorno familiar.

Moliner, Esther (2020). El papel de las mujeres en las obras homéricas. p. 28


La mujer ateniense en la ciudad  
Las mujeres de buena familia tenían como principal papel mantener el oikos. Eran confinadas en el gineceo, literalmente la «habitación de las
mujeres», rodeadas de sus sirvientes. No se arriesgaban fuera del dominio familiar más que para cumplir funciones religiosas. 

La mujer del pueblo


En cambio, las mujeres del pueblo aportaban a la economía familiar un complemento de recursos vendiendo su superproducción agrícola o
artesanal: aceitunas, frutos y hortalizas, hierbas, tejidos, etc. 
Los autores cómicos como los oradores atestiguan a mujeres vendedoras al detalle de aceites perfumados, de peines, de pequeñas alhajas o incluso
de cintas y manejaban dinero.

Las mujeres libres


Las mujeres libres eran cuidadosas con su aspecto físico, al menos en cuanto a peinado y maquillaje se refiere:
1. Llevaban largas cabelleras (a diferencia de las esclavas, las cuales llevaban el cabello corto), a las que les solían dedicar diversos cuidados
durante diversas horas del día.
2.  Solían teñirse el pelo, preferentemente de rubio.
3. También podía requerir varias horas el embellecimiento con cosméticos y perfumes. Las mujeres libres se maquillaban para diferenciarse de las
esclavas; solían prestarle especial atención a sus uñas y se rasuraban el vello corporal.  No practicaban, en cambio, ejercicio físico alguno.

Las mujeres esclavas


Las esclavas, sin lugar a dudas  las menos favorecidas, se encargaban de las tareas domésticas o de las labores agrarias.
Nacidas como esclavas sólo podían aspirar a ser liberadas por orden de su amo y quedaban supeditadas al control de éstos.
Carecían de derechos legales pero disponían de cierta protección en la medida en que no estaba bien visto el maltrato o el asesinato de un esclavo.
De todos modos, tampoco las mujeres libres tenían derechos legales y en la mayoría de los hogares  disfrutaban de un trato familiar.
• En este apartado hablaré de las cuatro diosas más importantes que a mi parecer juegan un papel interesante en los poemas
homéricos... Las diosas que veremos a continuación se declinaron por cierto bando debido a ciertos episodios acaecidos
antes de la guerra de Troya. Este hecho fue llamado el juicio de Paris, fue un episodio según el cual, Eris, la diosa de la
discordia, estaba molesta por no haber sido invitada, se presenta en la boda de Peleo, y deja una manzana dorada que ponía
para la más bella.
• Las tres diosas presentes, Hera, Atenea y Afrodita se pelearon por la manzana, por que el dios poderoso Zeus, escogió como
juez al joven príncipe pastor de Troya, Paris. Hermes, el dios mensajero de los dioses, acompañado de las tres diosas –
Atenea, Afrodita y Hera – fue el encargado de entregarle la manzana de oro, así lo relata el autor del libro: «Paris, puesto que
eres tan bello como sabio en los asuntos del corazón, Zeus te ordena que juzgues cuál de estas diosas es la más bella»
(Graves, 2011b: 400).
• Las tres diosas presentes trataron de sobornarlo ofreciéndole distintos dones. Cuando llegó el turno de Hera le ofreció: «si
me declaras la más bella te haré señor de toda Asia y el hombre más rico del mundo» (Graves, 2011b: 401). Una vez
rechazado el soborno de Hera, le toco el turno a Atenea está le ofrecía: «si tienes el sentido común suficiente para
concederme el premio, haré que salgas victorioso en todas tus batallas, y que seas el hombre más bello y sabio del mundo»
(Graves, 2011b:401). Llego el turno de Afrodita y está, le ofreció el amor de la mujer más hermosa del mundo, Helena de
Esparta. París enseguida acepto la preposición de la diosa y esté, sin dudarlo dos veces le entrego la manzana de oro. El
único inconveniente que había es que la joven Helena ya estaba casada con el rey Menelao, soberano de Esparta.
• A raíz de ese juicio que fue sometido Paris, se decidió el destino de Troya, ya que en un viaje de diplomacia entre los
príncipes de Troya, – Héctor y Paris –, y los soberanos de los griegos, – Menelao y Agamenón –; Helena se enamora de Paris
y este, cegado por el amor de esta bella mujer decide raptarla y llevársela a Troya, lo que provocara la furia del rey Menelao
y que a raíz de ese hecho se desencadeno la guerra entre estos estados.

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