Tabaquismo
Tabaquismo
Tabaquismo
1°”2” #47
La adicción a la nicotina se produce cuando se necesita la nicotina y no
se puede dejar de usarla. La nicotina es la sustancia química del tabaco
que hace difícil dejar de fumar. La nicotina produce efectos placenteros
en el cerebro, pero estos efectos son temporales. Así que tomas otro
cigarrillo.
Cuanto más fumas, más nicotina necesitas para sentirte bien. Cuando
tratas de detenerte, experimentas cambios mentales y físicos
desagradables. Estos son los síntomas de la abstinencia de nicotina.
1. No puedes dejar de fumar. Has hecho uno o más intentos serios, pero infructuosos, de detenerte.
2. Tienes síntomas de abstinencia cuando tratas de dejar de fumar. Tus intentos por detenerte han
causado síntomas físicos y relacionados con el estado de ánimo, como fuertes antojos, ansiedad,
irritabilidad, agitación, dificultad para concentrarse, estado de ánimo deprimido, frustración, ira,
aumento del hambre, insomnio, estreñimiento o diarrea.
3. Sigues fumando a pesar de los problemas de salud. Aunque hayas desarrollado problemas de salud
con tus pulmones o tu corazón, no has sido capaz de parar.
4. Abandonas las actividades sociales. Puedes dejar de ir a restaurantes libres de humo o dejar de
socializar con la familia o los amigos porque no puedes fumar en estas situaciones.
No estás solo si has tratado de dejar de fumar, pero no has podido abandonar el
hábito para siempre. La mayoría de los fumadores hacen muchos intentos para dejar
de fumar antes de lograr una abstinencia estable y a largo plazo.
Edad. La mayoría de las personas empiezan a fumar durante la infancia o la adolescencia. Cuanto más joven seas cuando
empieces a fumar, mayores serán las posibilidades de que te vuelvas adicto.
Genética. La probabilidad de que empieces a fumar y sigas fumando puede ser parcialmente heredado. Los factores
genéticos pueden influir en la forma en que los receptores de la superficie de las células nerviosas del cerebro responden a
las altas dosis de nicotina que suministran los cigarrillos.
Padres y compañeros. Los niños que crecen con padres que fuman tienen más probabilidades de convertirse en fumadores.
Los niños con amigos que fuman también son más propensos a intentarlo.
Depresión u otra enfermedad mental. Muchos estudios muestran una asociación entre la depresión y el tabaquismo. Las
personas que tienen depresión, esquizofrenia, trastorno de estrés postraumático u otras formas de enfermedad mental
tienen más probabilidades de ser fumadores.
Uso de sustancias. Las personas que abusan del alcohol y de las drogas ilegales tienen más probabilidades de ser fumadores.