DEPRESION

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La depresión es una grave enfermedad que cursa con una pérdida del ánimo, llanto

incontrolado, ideación de ruina, pérdida de interés y en alguna ocasión pensamientos


suicidas.

Estos son una parte de los síntomas variados que acompañan a los estados
depresivos. La depresión es a la psicopatología lo que el catarro a la medicina; nos
afecta a todos, pero en mayor medida a las mujeres (la proporción es de 3 mujeres
por cada hombre) aunque la mayor incidencia de suicidios consumados corresponde
a los varones.
La prevalencia es mayor en mujeres casadas que en solteras. Se ha demostrado que
las mujeres reaccionan de forma más ansiosa que los hombres frente a las situaciones
conflictivas de la vida.
Cuando sufrimos depresión, tenemos sentimos tristes; cualquier
pequeño esfuerzo nos cansa; perdemos el sentido del humor y las ganas
de hacer hasta aquello que normalmente más nos entusiasma.

Pero dichos estados de ánimo suelen ser transitorios y al poco tiempo


han remitido.

Sin embargo, cuando hablamos de depresión con la gravedad que


impone dicha etiqueta este estado se instaura permanentemente en
nosotras como si poco a poco fuéramos sumergiéndonos en un pozo sin
fondo del cual nos es imposible salir.
La persona deprimida percibe a menudo fuertes sentimientos de aversión hacia sí
misma; se siente inútil y culpable de sus insuficiencias.

Pueden comenzar a producirse ataques de llanto, pérdida de peso e insomnio. La


comida no sabe bien, el sexo no resulta excitante y se pierde todo el interés por la gente
afectivamente ligada a ella.

La persona deprimida puede empezar a tener deseos suicidas. A medida que sus
intenciones se hacen más serias, las ideas esporádicas se convierten en deseos;
preparará incluso un plan y lo pondrá en práctica. Hay pocos trastornos psicológicos
que sean tan debilitadores y ninguno que produzca tanto sufrimiento como la depresión
grave
TIPOS DE DEPRESION
Consideraremos varios tipos de depresión agrupadas bajo la categoría
de trastornos afectivos.

• Depresión reactiva o neurótica


• Depresión endógena
• Depresión orgánica
• Depresión psicótica
SINTOMAS DE LA DEPRESION
• Las tres tienen en común los siguientes • Despersonalización (en casos más graves
factores: pueden llegar a sentirse apartados de la
• Humor depresivo realidad, como si simplemente fueran
observadores sin participar
• Pérdida de placer e interés emocionalmente)
• Inutilidad y culpabilidad • Pérdida de energía
• Baja autoestima • Lentitud y agitación
• Incapacidad • Trastornos del apetito y el peso
• Pensamientos suicidas • Problemas de sueño
• Ansiedad • Reducción de la líbido (falta de deseo en
• Dificultades para pensar las mujeres)
• Obsesiones y paranoia • Síntomas corporales (jaquecas, náuseas,
• Perturbación del sentido del tiempo dolores varios, calambres etc…)
DEPRESION REACTIVA
• Las depresiones reactivas son las más comunes y del tipo que a todos nos es
familiar. No presentan ciclos temporales regulares, por lo general no responden a las
terapias físicas (fármacos) no se hallan genéticamente predispuestas y si responden a
la terapia cognitivo-conductual.
• Este tipo de depresión normalmente parece coincidir con un acontecimiento adverso
de la vida, tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias
conyugales, los problemas económicos o los problemas de desempleo. 

• El inicio de la depresión no tiene porqué ocurrir inmediatamente después del


acontecimiento, sino, a veces al cabo de unas semanas o meses. La primera aparición
se produce, normalmente en la vida adulta temprana y está caracterizada por
sintomatología física y psicológica variada. Es un estado más benigno y no psicótico,
aunque, hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por factores de personalidad.
DEPRESION ENDOGENA
• Este tipo de depresiones son una respuesta a algún proceso endógeno o interno
desconocido. Estas depresiones no son desencadenadas por ningún acontecimiento
externo; simplemente, se abalanzan sobre la persona afectada. Por lo general, presentan
ciclos temporales regulares y pueden ser bipolares o unipolares. La bipolar recibe el
nombre de maníaco-depresiva (el individuo pasa repetidamente de la desesperación a un
estado de ánimo neutro, de aquí a un estado maníaco hiperactivo y superficialmente
eufórico, para volver a la desesperación, pasando por el estado neutro). La unipolar
consiste en una alternancia regular de desesperación y neutralidad, sin aparición de manía.

• Las depresiones endógenas responden a menudo al tratamiento con fármacos y pueden


tener un origen hormonal. También pueden hallarse geneticamente predispuestas (ej. si la
madre es depresiva y el padre alcohólico es posible que el descendiente llegue a ser
depresivo. Se ha dicho que en los hombres el alcoholismo es el equivalente de la
depresión en las mujeres) y sus síntomas suelen ser más graves que los de las depresiones
reactivas.
DEPRESION ORGANICA
Cuando se hace un diagnóstico de depresión es importante descartar las
bases orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva están
asociadas muchas veces a una lesión cerebral o a la acción de ciertos
fármacos.
DEPRESION Y EL SUICIDIO

La enfermedad psiquiátrica con más riesgo de suicidio es la


depresión (entre un 10 y un 15%). Los momentos de la enfermedad
con más riesgo son cuando disminuye la inhibición y la melancolía
(empiezan a mejorar) o cuando se inicia la depresión.
Los tres síntomas de la depresión relacionados con el suicidio son:

• Incremento del insomnio
• Mayor abandono del cuidado personal
• Aumento del deterioro cognitivo
• Existen varias opiniones sobre la significación de los síntomas
psiquiátricos en el paciente suicida, aunque la mayoría de las revisiones
nos indican que en una proporción del 70%, los intentos de
suicidio presentan una condición depresiva que es fácil de reconocer.
• Los depresivos endógenos corren mayor riesgo que los depresivos
reactivos, los intentos de suicidio son impulsivos, pueden decidirse
una hora antes.

• Los intentos de suicidio son especialmente comunes entre las mujeres


menores de 35 años (más entre 15 y 24 años), los hombres lo hacen en
edad más avanzada. Por clases sociales es más común en las más bajas,
pero más efectivo entre las clases altas y grupos profesionales de alto
estatus económico.
Factores asociados al riesgo de suicidio
• Mujeres menores de 35 años, hombres mayores de 40
• Separación, divorcio o muerte del cónyuge
• Pérdida inminente de un ser querido
• La soledad y el aislamiento social
• Problemas económicos, paro reciente o jubilación
• Mala salud
• Ocupación de alto estatus
• Depresión (sobre todo endógena)
• Enfermedad terminal
• Problemas con alcohol y/o drogas
• Anteriores intentos de suicidio
• Historia previa de trastornos afectivos
• Historia familiar de trastornos afectivos, suicidio, alcoholismo
• Indicios suicidas (avisos o conversaciones suicidas)
• Preparativos (hacer testamento, seguros, nota suicida)
En general los pacientes suicidas están dispuestos a hablar de sus
intenciones y para algunos la necesidad de desahogarse con alguien que
les toma en serio es terapéuticamente positivo.

Cuando existe la posibilidad de suicidio se le debe animar a que hable de ello


y procurar emplear tiempo en el futuro para seguir hablando del tema con lo
cual se puede facilitar el ingreso temporal en una unidad psiquiátrica y/o
proporcionar la ayuda necesaria para atenuar la circunstancias que provocan el
intento suicida.

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