Defensa-Caso Clinico Adisson
Defensa-Caso Clinico Adisson
Defensa-Caso Clinico Adisson
INTREGRANTES:
ALBIS MIRANDA ALEJANDRA BELEN
SILVA ALCOBA SAHARA EVELIN
DOCENTE: ELIZABETH HUMEREZ
SISTEMA INMUNE
• Introducción
• Factores que alteran el sistema inmune
• Tratamientos para mejorar el sistema inmunológico
• Caso Clínico
INTRODUCCIÓN
El sistema inmunitario es el conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de un organismo que le
permiten mantener el equilibrio interno frente a agresiones externas, ya sean de naturaleza biológica (agentes
patógenos) o físico-química (como contaminantes o radiaciones), e internas (por ejemplo, células cancerosas).
Existen dos tipos de sistemas inmunitarios:
El sistema inmunitario innato (natural o inespecífico): está presente prácticamente en todos los seres vivos. Puede
detectar en las células una variedad de señales de “peligro”, identificando de esta forma una amplia variedad de
células dañadas, ya sea por quemaduras, radiación, virus, bacterias, parásitos y muchos otros agentes,
distinguiéndolas de las células y tejidos sanos del organismo para funcionar correctamente.
El sistema inmunitario adquirido: permite que los vertebrados, como los humanos, tengan mecanismos de defensa
más sofisticados, interconectados con los mecanismos del sistema inmunitario innato en forma dinámica y de más
largo plazo. La unidad anatómica funcional de este sistema es el linfocito. El sistema inmunitario se adapta con el
tiempo para reconocer patógenos específicos de manera más eficaz, generando una memoria inmunitaria, que
proporciona una respuesta mejorada a encuentros secundarios con ese mismo patógeno específico. Este proceso
de inmunidad adquirida es la base de la vacunación.
Los trastornos en el sistema inmunitario pueden ocasionar muchas enfermedades. La inmunodeficiencia ocurre cuando
el sistema inmunitario es menos activo que lo habitual, lo que favorece la aparición de infecciones. Puede ser el
resultado de una enfermedad genética, ser producida por fármacos o una infección. En cambio, las enfermedades
autoinmunes son consecuencia de un sistema inmunitario hiperactivo que ataca tejidos normales como si fueran
organismos extraños. Entre las enfermedades autoinmunes comunes figuran la tiroiditis de Hashimoto, la artritis
reumatoide, la diabetes mellitus tipo 1 y el lupus eritematoso.
FACTORES QUE ALTERAN EL SISTEMA INMUNE
Edad: en las personas mayores se observa una reducción de la función inmunitaria, que
afecta a su funcionamiento y desarrollo, y que se denomina inmunosenescencia. Estos
cambios pueden manifestarse desde la linfopoyesis hasta la respuesta que promueve el
sistema inmune frente a determinada enfermedad o agente infeccioso. Esto genera un
impacto negativo en la respuesta inmune de los ancianos y los predispone a padecer
enfermedades infecciosas, cáncer, autoinmunidad y a desarrollar respuestas pobres tras la
administración de vacunas.
Alimentación: Tener una alimentación variada y equilibrada es una ventaja para conseguir
un sistema inmunitario a pleno rendimiento. Los déficits nutricionales alteran la
inmunocompetencia y aumentan el riesgo de infección. En el caso de los
individuos desnutridos, se evidencia una mayor susceptibilidad a las infecciones. Esto puede
ser debido a una insuficiente ingesta proteica. Efectivamente, las proteínas son importantes
para la producción de las células inmunitarias y su poder de destrucción de los patógenos.
Paradójicamente, la sobrealimentación y la obesidad conducen igualmente a una alteración
de la respuesta inmunitaria.
Incluso déficits moderados en micronutrientes también predisponen al desarrollo de
infecciones. Entre ellos, se encuentran las vitaminas A, D, E, C, B6, B9, B12, y entre los
minerales, el hierro, el cobre, el zinc, el selenio. Un déficit en vitamina A y cinc puede
asociarse con una peor integridad del efecto barrera. Un déficit en hierro o en vitaminas del
grupo B disminuye la capacidad de proliferación de los linfocitos. Un déficit en vitaminas C y
D o Zinc disminuye la actividad destructiva de ciertas células inmunitarias.
Los ácidos grasos, generalmente de naturaleza insaturada, participan en la modulación de
una gran cantidad de parámetros que forman parte de la respuesta inmune, a través de la
linfoproliferación, la producción de citoquinas, la actividad de las células Natural Killer (NK),
la actividad fagocítica de macrófagos/monocitos y células polimorfonucleares.
FACTORES QUE ALTERAN EL SISTEMA INMUNE
Contaminación ambiental: la contaminación ambiental y la exposición al humo del tabaco
también afecta a la modulación de la respuesta inmunológica de los individuos,
contribuyendo al establecimiento de infecciones bacterianas, víricas y de parásitos. Según
las últimas investigaciones, se ha visto que los daños de los contaminantes afectan al
material genético de las células. Estos daños en el ADN que se producen en los individuos,
pueden tener consecuencias diferentes y dependerán del tipo de células afectadas y la etapa
de la vida de la persona.
Estrés crónico: las hormonas del estrés modulan el funcionamiento del sistema
inmunológico. En condiciones de estrés, con altos niveles circulantes de glucocorticoides y
catecolaminas se presenta generalmente reducción significativa o supresión del
funcionamiento del sistema inmune; por otro lado, se ha descrito que organismos con niveles
reducidos de glucocorticoides, adrenalina y noradrenalina de manera crónica, presentan
mayor propensión para el desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Los posibles efectos beneficiosos para la salud humana de los probióticos incluyen:
• La reducción de la incidencia o gravedad de las infecciones gastrointestinales.
• La mejora de las defensas del organismo.
• La mejora de las funciones intestinales.
TRATAMIENTOS PARA MEJORAR EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Probióticos
Las bacterias probióticas ejercen su influencia beneficiosa de varias maneras. Algunas producen sustancias antimicrobianas, otras compiten con las bacterias
patógenas por los nutrientes o por los puntos de unión en la pared intestinal, y otras modulan el sistema inmunitario del huésped. Sea cual sea el mecanismo,
para que los efectos favorables se aprecien y duren, es necesario consumir bacterias probióticas de manera regular, ya que tan solo pasan por el tracto
intestinal, sin pasar a formar parte de la microflora intestinal del huésped.
Ciertos probióticos, en este caso algunas cepas específicas de Lactococcus y Lactobacillus, podrían contribuir a prevenir y tratar la inflamación del intestino.
Se cree que el origen de estas enfermedades radica en una reacción exagerada del sistema inmunitario ante ciertas bacterias presentes en el tracto
gastrointestinal, provocando la inflamación del intestino.
Algunos estudios en humanos indican que cepas específicas de Lactobacillus logran reducir la cantidad de Helicobacter pylori y Salmonella typhimurium.
Todo ello podría confirmar un nuevo método de prevención y tratamiento de la gastritis y la diarrea infecciosa.
TRATAMIENTOS PARA MEJORAR EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Micro-inmunoterapia
Es una terapia innovadora que se dirige a diferentes enfermedades, tanto agudas como crónicas, que cursan con un desequilibrio del sistema
inmunitario. Los medicamentos de micro-inmunoterapia son utilizados como reguladores inmunitarios destinados a potenciar y armonizar las
defensas de nuestro organismo. Están compuestos por citoquinas y ácidos nucleicos (ADN, ARN, SNA) elegidos en función de la patología a tratar.
Los medicamentos de micro-inmunoterapia se presentan en forma de tratamiento secuencial, que tiene por objetivo comunicar el mensaje
adecuado al sistema inmunitario a través de una serie de respuestas fisiológicas (cascada de citoquinas).
Las citoquinas son proteínas especializadas que organizan la comunicación entre las diferentes unidades del sistema inmunitario, tales como los
linfocitos, macrófagos y otras células que intervienen en la respuesta inmunitaria frente a todas las agresiones del organismo. Las principales
citoquinas conocidas en la actualidad son las interleuquinas (clasificadas de la IL-1 a la IL-35), los interferones (IFN-α, β y γ), los factores de
crecimiento (CSF, TGF, etc.), los factores de necrosis tumoral (TFN- α y –β) y las quimioquinas.
Los ácidos nucleicos específicos son oligonucleótidos de síntesis de pequeñas dimensiones, homólogo a una secuencia de un gen particular.
Adaptados a cada fórmula de micro-inmunoterapia, éstos frenan o modulan la expresión de un gen característico del agresor responsable de la
patología.
TRATAMIENTOS PARA MEJORAR EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Fitoterapia
EQUINACEA (Echinacea purpurea y E. Angustifolia)
Tiene propiedades inmunoestimulantes, aumentando los mecanismos de defensa, tanto de la inmunidad humoral (mayor producción de
anticuerpos), como de la inmunidad celular (fagocitosis). También produce un aumento en el número de leucocitos en sangre y estimula la
producción de interferón, proteína del propio organismo que neutraliza los virus. Su efecto inmunoestimulante es controvertido, pero no así su
efecto antivírico y antibacteriano. Parece que la equinácea tendría un efecto preventivo sobre la posibilidad de contraer un catarro o una gripe.
Se utilizan dos variedades. La Echinacea angustifolia y la Echinacea purpurea, que es más efectiva.
La equinácea puede producir toxicidad hepática, por lo que no es recomendable consumirla durante mucho tiempo. No es recomendable
tampoco durante el embarazo, la lactancia y en aquellas personas con enfermedades autoinmunes. La toma como preventivo no debería
superar las 8 semanas
ACEITES ESENCIALES
En los últimos años también están aumentando los estudios sobre algunos aceites esenciales vegetales que podrían tener propiedades
inmunoestimulantes. Los aceites esenciales de mejorana (Origanum mejorana), de tomillo quimiotipo tuyanol (Thymus vulgaris QT tuyanol), orégano
(Origanum compactum), árbol del té (Melaleuca alternifolia), eucalipto real (Eucaliptus radiata), clavo (Eugenia caryophyllus), o el aceite esencial de
ravintsara (Cinnamomum camphora QT cineol), están siendo estudiados, si bien sin resultados concluyentes, por el momento.
GRACIAS POR SU ATENCION