Pintura Virreinal

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¿SABES QUÉ SE

PINTABA EN LOS
VIRREINATOS
AMERICANOS?
PINTAR EN LA AMÉRICA VIRREINAL
De Albina y Español nace Tornatrás.
Anónimo, 1785.
Créditos: Arca, Arte Colonial (1111).

La pintura de la derecha es una de las pocas


representaciones americanas que nos permite
imaginar cómo se llevaba a cabo el oficio de la
pintura en el siglo XVIII. Se trata del taller de
un pintor durante la sesión de un retrato. A su
lado, el aprendiz sostiene un grabado mientras
que atrás el oficial prepara las telas. Es la
tradicional tienda de un obrador virreinal: al
mismo tiempo que practica, enseña el oficio.

En términos generales, la organización interna


de los talleres fue similar a la española: estaban
compuestos por maestro, oficial y aprendiz. En
muchos lugares, los talleres de pintura
recibieron el nombre de tiendas u oficinas. Estos
eran organizados por un maestro, quien se
comprometía a acoger en su casa a un aprendiz
por un tiempo determinado para enseñarle el
oficio.
Estos procedimientos se sellaban
con un contrato notariado, que
recibía el nombre de conciertos de
aprendizaje. El maestro, de este
modo, se comprometía a mantener,
alimentar, cuidar la salud y vestir a
su aprendiz. Además debía pagar a
los padres una cantidad de dinero,
bajo la promesa de que estos la
entregarían a su hijo.

En la América virreinal, quizás


con algunas excepciones como la
Nueva España, fue difícil que una
ciudad llegara a tener el número
suficiente de pintores establecidos
para que constituyeran gremios. El
gremio reportaba ventajas de
organización, así como redes de
solidaridad y comercio, pero
también espacios de formación. En
Lima, se intentó crear uno en
Alacena del pintor. 1649, donde había 32 pintores
Antonio Pérez de Aguilar, 1769.
Créditos: Arca, Arte Colonial (872). registrados.
Taller de Nazareth.
Manuel de Samaniego, 1787-1824.
Créditos: Arca, Arte Colonial (754).

Al pintor quiteño Manuel de Samaniego (siglo


XVIII) se le conoce un breve manuscrito con
apuntes conceptuales y técnicos del oficio de la
pintura. Es, acaso, el único manual conocido de
un pintor virreinal.

Modo de hacer tinta de la china


«Poner en negro de té o de cuesco o también de concho de vino
o de pepitas de guaranga o de cualquiera de estos negros, con
una punta de azul y otra punta de carmín y tantita sombra, pero
todas estas colores ha de ser como de las cuatro partes de negro
mitad de la una, como uno de estos colores ha de ser de jabón de
Castilla y azúcar y poco de agua de ámbar. Esto se muele todo
junto para lo cual bastaría claras de huevo poniendo en esto
aguardiente de Castilla, tal cual gota, esto bien batido y
moliendo el negro con el dicho aceite de huevo, de modo que no
agüe, que esté bien espesa, tanto que para sacar ha de estar en
modo que se pegue la moleta en la piedra y sacar en una tabla y
ya que haya oreado, irás cortando con alambre o cerda de
caballo, cuadraditos, o como quisiere, que es muy bueno».

Samaniego, Manuel de. Tratado de pintura. Manuscrito, pp. 88-


89.
TEMAS DE LA PINTURA
VIRREINAL
Las ciudades de Cuzco, Lima, Potosí y Quito tuvieron importantes
La pintura era un oficio mecánico, sus materiales no eran talleres de pintura con características estilísticas y temáticas muy
fáciles de conseguir y requería de un trabajo propias, que no solo atendieron la demanda urbana y regional
“especializado”; por lo tanto, los costos para producir una inmediata. Quito, por ejemplo, desde el siglo XVII produjo objetos
obra podían ser altos y no era tan accesible a la gente visuales devocionales y seculares que circularon prácticamente por
común. Por esta razón, sus principales “consumidores” toda Iberoamérica, e incluso se exportaron a España. Cubrían las
estaban vinculados a los espacios religiosos. áreas donde la cultura visual era mucho más precaria, como la
provincia de Antioquia (en el occidente de la Nueva Granada), el
Reino de Chile y el Virreinato del Río de la Plata, en menor medida.

Plaza Mayor de Lima.


Anónimo, 1680.
Créditos: Madrid, Museo de América. Foto de Joaquín Otero Úbeda.
Fernando rey de Castilla.
Anónimo, 1750/1800.
Lima, Museo Pedro de Osma.
La denominada pintura «secular» se compone de aquellas
representaciones cuyos temas no abordan directamente las
experiencias religiosas, característica central y
preponderante para el periodo. A este tipo de pintura, en la
época de su ejecución, se le conocía con el nombre
genérico de pintura de “países”, retrato o bodegones.

Así, la pintura secular propició el adorno de los espacios de


la vida cotidiana o la conmemoración, como el retrato.
También se pintaron escenas de costumbres o de
celebración, así como espacios de la intimidad de las
Genealogía de los Incas. viviendas privadas o institucionales.
Anónimo, 1750/1800.
Lima, Museo Pedro de Osma.
La pintura y la cultura visual son la
pantalla donde se proyecta el
ordenamiento social y la realidad
americana. Así, a pesar de que hay unas
influencias generales para toda América,
la elección de los temas y la insistencia en
lo particular es propio de cada región: la
abundancia de mártires en un lugar es
escaso en otro; las pintura de castas son
propias de unos lugares y no de otros; los
indígenas, en algunos territorios, solo
aparecen en los purgatorios.

Créditos: Porcentajes de temas visuales en América.


https://losingeniosdelpincel.uniandes.edu.co/
FUENTES Y ENLACES:
PARA SABER MÁS
1. Borja, Jaime. Los ingenios del pincel. Geografía de la pintura y cultura visual en INGRESA A
América colonial. E-book: https://losingeniosdelpincel.uniandes.edu.co/#!/intro/1 NUESTRAS REDES
SOCIALES
2. Project on the Engraved Sources of Spanish Colonial Art (PESSCA).
https://colonialart.org/

3. Proyecto ARCA. Cultura visual de las Américas.


http://artecolonialamericano.az.uniandes.edu.co:8080/

4. http://museopedrodeosma.org/

5. http://estudiosindianos.org/

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