Agua y Cambio Climático

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El agua y la gestión del

cambio climático*
Espacio reservado
para incluir imagen Eduardo Arias Pineda
Administrador Ambiental
Secretaria de Desarrollo Rural y Gestión
Ambiental
Municipio de Pereira
2020

*Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de


los Recursos Hídricos 2020
Sistema
climático

Fuente: NCAR, 2016


Sistema
climático
¿Qué es la variabilidad climática?
Hace referencia a las variaciones del estado medio y a otras características estadísticas del clima en
todas las escalas espaciales y temporales más amplias que las de los fenómenos meteorológicos
individuales.

El NIÑO trae en Colombia déficit de lluvias en las


regiones Caribe y Andina

LA NIÑA incrementa las lluvias en las regiones Caribe y


Andina
Fuente: IDEAM, 2011
Bucles retroaliméntativos del sistema climático
Foto tomada en la Virginia, Risaralda (2009)

Impactos del
cambio
climático

Las consecuencias del cambio climático se producirán en gran parte en las zonas
tropicales, donde se halla la mayor parte de los países en vías de desarrollo
Desaparición
del nevado
Poleka Kasue
(Santa Isabel)

1959 2018
2018

2005

2014

Perdida del glaciar (Criósfera),


sector Conejeras
Fuente: El Tiempo, 2011 La Florida

Fuente: El Tiempo, 2010

Caimalito
¿Que significa el
cambio climático
para América
Latina?

Fuente: CDKN, 2019


Reducir la
vulnerabilidad
(Adaptación)

Reducir las Gestión del Aumentar los


emisiones de GEI’s cambio sumideros
(Mitigación) climático (Mitigación)

Los retos de desarrollo, erradicación de la


pobreza y sostenibilidad están
Aumentar la intricadamente entrelazados con los de
resiliencia mitigación y adaptación al cambio climático,
sobre todo gracias al agua
(Adaptación)
La relación agua y cambio climático

El cambio climático afectará a la disponibilidad, calidad y cantidad de agua para las


necesidades humanas básicas, poniendo en peligro el disfrute efectivo de los derechos
humanos al agua y al saneamiento de potencialmente miles de millones de personas.
Los cambios hidrológicos inducidos por el cambio climático dificultarán aún más la
gestión sostenible de los recursos hídricos, que ya de por sí se encuentra bajo presión
en muchas partes del mundo.
La relación agua y cambio climático

El uso global de agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue
aumentando a un ritmo constante de un 1% cada año debido al crecimiento
demográfico, al desarrollo económico y al cambio de los patrones de consumo.

El cambio climático y un suministro más errático e incierto agravarán la situación de


las regiones en las que más escasea el agua y crearán escasez en las regiones en las que
todavía abunda el agua hoy. La escasez material de agua suele ser un fenómeno más
estacional que crónico y es probable que el cambio climático altere la disponibilidad
estacional de agua a lo largo del año en varios lugares.
Gestión de los recursos hídricos, infraestructura y
ecosistemas
El cambio climático genera más riesgos para la infraestructura hídrica, por lo que se
precisa cada vez más medidas de adaptación. Al verse exacerbados por el cambio
climático, los fenómenos extremos relacionados con el agua constituyen una amenaza
aún mayor para la infraestructura hídrica, de saneamiento e higiene (WASH), como los
daños de los sistemas de saneamiento, o el anegamiento de las estaciones de bombeo de
aguas residuales. La consiguiente expansión de las heces y de los protozoos y virus de
éstas puede constituir un grave riesgo sanitario y de contaminación cruzada.
Gestión de los recursos hídricos, infraestructura y
ecosistemas
En lo que atañe a la infraestructura de almacenamiento de agua, se ha de volver a evaluar la
seguridad y la sostenibilidad de los embalses y estudiar las posibles obras de transformación o
desmantelamiento para minimizar su impacto medioambiental y social y para optimizar sus
servicios.

En muchas regiones del mundo, los acuíferos constituyen la mayor reserva de


almacenamiento, generalmente mayores en varias órdenes de magnitud que la capacidad de
almacenamiento en superficie. Las aguas subterráneas también están más protegidas frente la
variabilidad estacional y climática a lo largo de los años y presentan menos vulnerabilidad
inmediata que el agua de superficie.
Gestión de los recursos hídricos, infraestructura y
ecosistemas
El grueso de las emisiones de gases de efecto invernadero debidos a la gestión hídrica y al
saneamiento proviene de la energía utilizada para hacer funcionar los sistemas o los procesos
bioquímicos del agua o del tratamiento de las aguas residuales. Incrementar la eficiencia del uso del
agua y reducir el consumo innecesario y las pérdidas redunda en un menor uso de energía y por
consiguiente, en menos emisiones de gases de efecto invernadero.

De entre los ecosistemas terrestres, los humedales son los que albergan las mayores reservas de
carbono, ya que almacenan el doble de carbono que los bosques. Si se tiene en cuenta que los
humedales brindan múltiples beneficios colaterales – como atenuación de inundaciones y de sequías,
depuración del agua y biodiversidad – su restauración y conservación son de suma importancia.
Reducción del riesgo de catástrofe
Los efectos actuales y el pronóstico de riesgos futuros asociados a los fenómenos extremos
requieren soluciones sostenibles para la adaptación al cambio climático y la reducción del
riesgo de catástrofe. El abanico de estrategias disponibles de adaptación al cambio
climático y de reducción del riesgo de catástrofe contiene enfoques duros (estructurales) y
blandos (instrumentos de políticas).

Las medidas duras incluyen mejorar el almacenamiento de agua, infraestructura a prueba de


clima y mejorar la resiliencia de los cultivos introduciendo variedades resistentes a las
inundaciones y a la sequía. Las medidas blandas incluyen seguros frente a las inundaciones
y la sequía, sistemas de pronóstico y de alerta temprana, planificar el uso de la tierra y la
capacitación (educación y concienciación).
Salud humana
Las consecuencias que el cambio climático puede acarrear sobre la salud humana por medio del agua
son, en primer lugar, las enfermedades transmitidas por vectores o a través de los alimentos y el agua,
muertes y lesiones debidas a eventos climáticos extremos, como las inundaciones de las costas o de
las tierras de interior, así como la desnutrición como resultado de la escasez de alimentos originada
por las sequías y las inundaciones. Los problemas de salud mental asociados a la enfermedad, las
lesiones, las pérdidas económicas y el desplazamiento también pueden ser importantes, aunque
resulten difíciles de cuantificar.

Es probable que el cambio climático ralentice o mine el progreso del acceso al agua y al saneamiento
gestionados de forma segura y genere un uso ineficaz de los recursos si el diseño y la gestión de los
sistemas no son resilientes al clima. Por ende, el cambio climático ralentizará o minará el progreso en
la eliminación y el control de las enfermedades relacionadas al agua y al saneamiento.
Energía e industria

El uso de agua requiere energía. Por consiguiente, toda reducción en el uso de agua tiene el
potencial de reducir la demanda energética del sector hídrico y por tanto, ayuda a combatir el
cambio climático.

A la inversa, la producción de energía también requiere agua. Por el hecho de necesitar muy
poca agua, las energías renovables, como la eólica o la solar fotovoltaica (PV) y determinados
tipos de producción de energía geotérmica son, con creces, las mejores alternativas
energéticas desde el punto de vista del consumo de agua.
Energía e industria

Las medidas de eficiencia hídrica en agricultura pueden incrementar la


disponibilidad de agua y reducir la energía necesaria para el bombeo, y por ende,
reducir la cantidad de agua necesaria para la producción de energía. Puesto que
el 69% del agua que se extrae a nivel global es para la agricultura, reducir la
pérdida y el desperdicio de alimentos también podría repercutir de forma
considerable en la demanda de agua y de energía y por consiguiente, reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero.
Aguas residuales
Mejorar las modalidades de tratamiento del agua, y especialmente de las aguas residuales, nos
brinda un abanico de oportunidades para luchar contra el cambio climático. El agua no tratada es
una importante fuente de gases de efecto invernadero. Puesto que más del 80% del agua residual
(global) se vierte en el medioambiente sin ser tratada, tratar su materia orgánica antes de verterla
podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La reutilización del agua residual no tratada o parcialmente tratada puede reducir la cantidad de
energía que se consume en la extracción del agua, en el tratamiento avanzado y, en los casos en los
que se reutilice el agua residual en el propio vertedero o cerca, el transporte. El biogás producido
durante los procesos de tratamiento de las aguas residuales se puede recuperar para alimentar la
propia planta de tratamiento, de modo que su balance energético sea neutro, contribuyendo así a
ahorrar más energía.
Financiación
Los niveles actuales de financiación resultan inadecuados para alcanzar el objetivo de disponibilidad universal
y gestión sostenible del agua y del saneamiento, como establecido por la comunidad internacional. Los
desarrolladores de los proyectos hídricos podrían apuntar a incrementar la porción de fondos que recibe el
sector del agua en el marco de la financiación del clima y resaltar la relación del agua con otros sectores ligados
al clima para así conseguir más financiación para la gestión hídrica.

Dos tendencias prometedoras están creando oportunidades para que los proyectos hídricos accedan a la
financiación climática. La primera es el creciente reconocimiento del potencial valor que encierran el agua y los
servicios de saneamiento para contrarrestar el cambio climático. Esta tendencia podría ser especialmente
ventajosa, ya que la mitigación aglutinó el 93,8% de la financiación climática en 2016, pero los proyectos
hídricos tan sólo recibieron una parte del uno por ciento de dicha cantidad. La segunda tendencia es el creciente
énfasis que se hace en financiar la adaptación al cambio climático.
Perspectiva para América Latina y el Caribe
La variabilidad climática y los eventos extremos ya están afectando gravemente a la región. Se prevé
que en América Central y del Sur continuarán produciéndose los cambios observados en el flujo
fluvial y la disponibilidad de agua, los que afectarán a las regiones vulnerables.

La rápida urbanización, el desarrollo económico y la desigualdad son algunas de las principales


causas socio-económicas de la presión que soportan los sistemas hídricos, a las que se suman las
repercusiones del cambio climático. La pobreza es una constante en la mayoría de los países y
acrecienta la vulnerabilidad al cambio climático. La desigualdad económica también se traduce en
desigualdad de acceso al agua y al saneamiento y viceversa. El riesgo creciente de contraer
enfermedades transmitidas por el agua afecta más a los pobres. La vulnerabilidad también es alta en
las zonas rurales, los factores climáticos limitan las opciones económicas y provocan el éxodo rural.
El camino a seguir

Dada la naturaleza transversal del agua y del clima, que afectan a diferentes sectores económicos y de la
sociedad, se han de resolver conflictos de intereses a todos los niveles y prever mecanismos compensatorios
para negociar soluciones integradas y coordinadas. Esto requiere un enfoque justo, participativo y multilateral
sobre la gobernanza del agua en el marco del cambio climático.

Pese a que la evidencia que demuestra que el cambio climático está afectando al ciclo hidrológico global es
cada vez mayor, sigue habiendo mucha incertidumbre a la hora de pronosticar su impacto a una escala
geográfica y temporal menor. Sin embargo, esta incertidumbre no tiene que considerarse como una excusa
para no actuar. Al revés, debería convertirse en un estímulo para ampliar la investigación, para promover el
desarrollo de herramientas prácticas y analíticas y tecnologías innovadoras, para adoptar enfoques en los que
no haya nada que lamentar y para construir la capacidad institucional y humana necesaria para favorecer una
toma de decisiones informada y fundada en la ciencia.
El camino a seguir

Conjugar la adaptación y la mitigación del cambio climático a través del agua es una
propuesta que beneficia a todos. En primer lugar, facilita la gestión de los recursos hídricos
y mejora el suministro de agua y la prestación de servicios sanitarios. En segundo lugar,
contribuye directamente a combatir tanto las causas como las consecuencias del cambio
climático, incluida la reducción del riesgo. En tercer lugar, contribuye directa o
indirectamente a cumplir varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (hambre,
pobreza, salud, energía, industria, acción por el clima y por supuesto, el ODS 6 del agua),
además de otros objetivos globales.
El Plan de Fortalecimiento
de los Acueductos Rurales
Teniendo en cuenta los componentes del sistema de acueducto se revisan y evalúan en
relación con los impactos del cambio climático:

1. Amenazas al sistema
2. Fuente de abastecimiento
3. Captación
4. Aducción /conducción
5. Tratamiento (incluye resultados de calidad del agua)
6. Almacenamiento
7. Distribución en red - incluye micromedición y continuidad)
8. Distribución por pila pública
9. Gestión organizacional

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