Agua y Cambio Climático
Agua y Cambio Climático
Agua y Cambio Climático
cambio climático*
Espacio reservado
para incluir imagen Eduardo Arias Pineda
Administrador Ambiental
Secretaria de Desarrollo Rural y Gestión
Ambiental
Municipio de Pereira
2020
Impactos del
cambio
climático
Las consecuencias del cambio climático se producirán en gran parte en las zonas
tropicales, donde se halla la mayor parte de los países en vías de desarrollo
Desaparición
del nevado
Poleka Kasue
(Santa Isabel)
1959 2018
2018
2005
2014
Caimalito
¿Que significa el
cambio climático
para América
Latina?
El uso global de agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue
aumentando a un ritmo constante de un 1% cada año debido al crecimiento
demográfico, al desarrollo económico y al cambio de los patrones de consumo.
De entre los ecosistemas terrestres, los humedales son los que albergan las mayores reservas de
carbono, ya que almacenan el doble de carbono que los bosques. Si se tiene en cuenta que los
humedales brindan múltiples beneficios colaterales – como atenuación de inundaciones y de sequías,
depuración del agua y biodiversidad – su restauración y conservación son de suma importancia.
Reducción del riesgo de catástrofe
Los efectos actuales y el pronóstico de riesgos futuros asociados a los fenómenos extremos
requieren soluciones sostenibles para la adaptación al cambio climático y la reducción del
riesgo de catástrofe. El abanico de estrategias disponibles de adaptación al cambio
climático y de reducción del riesgo de catástrofe contiene enfoques duros (estructurales) y
blandos (instrumentos de políticas).
Es probable que el cambio climático ralentice o mine el progreso del acceso al agua y al saneamiento
gestionados de forma segura y genere un uso ineficaz de los recursos si el diseño y la gestión de los
sistemas no son resilientes al clima. Por ende, el cambio climático ralentizará o minará el progreso en
la eliminación y el control de las enfermedades relacionadas al agua y al saneamiento.
Energía e industria
El uso de agua requiere energía. Por consiguiente, toda reducción en el uso de agua tiene el
potencial de reducir la demanda energética del sector hídrico y por tanto, ayuda a combatir el
cambio climático.
A la inversa, la producción de energía también requiere agua. Por el hecho de necesitar muy
poca agua, las energías renovables, como la eólica o la solar fotovoltaica (PV) y determinados
tipos de producción de energía geotérmica son, con creces, las mejores alternativas
energéticas desde el punto de vista del consumo de agua.
Energía e industria
La reutilización del agua residual no tratada o parcialmente tratada puede reducir la cantidad de
energía que se consume en la extracción del agua, en el tratamiento avanzado y, en los casos en los
que se reutilice el agua residual en el propio vertedero o cerca, el transporte. El biogás producido
durante los procesos de tratamiento de las aguas residuales se puede recuperar para alimentar la
propia planta de tratamiento, de modo que su balance energético sea neutro, contribuyendo así a
ahorrar más energía.
Financiación
Los niveles actuales de financiación resultan inadecuados para alcanzar el objetivo de disponibilidad universal
y gestión sostenible del agua y del saneamiento, como establecido por la comunidad internacional. Los
desarrolladores de los proyectos hídricos podrían apuntar a incrementar la porción de fondos que recibe el
sector del agua en el marco de la financiación del clima y resaltar la relación del agua con otros sectores ligados
al clima para así conseguir más financiación para la gestión hídrica.
Dos tendencias prometedoras están creando oportunidades para que los proyectos hídricos accedan a la
financiación climática. La primera es el creciente reconocimiento del potencial valor que encierran el agua y los
servicios de saneamiento para contrarrestar el cambio climático. Esta tendencia podría ser especialmente
ventajosa, ya que la mitigación aglutinó el 93,8% de la financiación climática en 2016, pero los proyectos
hídricos tan sólo recibieron una parte del uno por ciento de dicha cantidad. La segunda tendencia es el creciente
énfasis que se hace en financiar la adaptación al cambio climático.
Perspectiva para América Latina y el Caribe
La variabilidad climática y los eventos extremos ya están afectando gravemente a la región. Se prevé
que en América Central y del Sur continuarán produciéndose los cambios observados en el flujo
fluvial y la disponibilidad de agua, los que afectarán a las regiones vulnerables.
Dada la naturaleza transversal del agua y del clima, que afectan a diferentes sectores económicos y de la
sociedad, se han de resolver conflictos de intereses a todos los niveles y prever mecanismos compensatorios
para negociar soluciones integradas y coordinadas. Esto requiere un enfoque justo, participativo y multilateral
sobre la gobernanza del agua en el marco del cambio climático.
Pese a que la evidencia que demuestra que el cambio climático está afectando al ciclo hidrológico global es
cada vez mayor, sigue habiendo mucha incertidumbre a la hora de pronosticar su impacto a una escala
geográfica y temporal menor. Sin embargo, esta incertidumbre no tiene que considerarse como una excusa
para no actuar. Al revés, debería convertirse en un estímulo para ampliar la investigación, para promover el
desarrollo de herramientas prácticas y analíticas y tecnologías innovadoras, para adoptar enfoques en los que
no haya nada que lamentar y para construir la capacidad institucional y humana necesaria para favorecer una
toma de decisiones informada y fundada en la ciencia.
El camino a seguir
Conjugar la adaptación y la mitigación del cambio climático a través del agua es una
propuesta que beneficia a todos. En primer lugar, facilita la gestión de los recursos hídricos
y mejora el suministro de agua y la prestación de servicios sanitarios. En segundo lugar,
contribuye directamente a combatir tanto las causas como las consecuencias del cambio
climático, incluida la reducción del riesgo. En tercer lugar, contribuye directa o
indirectamente a cumplir varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (hambre,
pobreza, salud, energía, industria, acción por el clima y por supuesto, el ODS 6 del agua),
además de otros objetivos globales.
El Plan de Fortalecimiento
de los Acueductos Rurales
Teniendo en cuenta los componentes del sistema de acueducto se revisan y evalúan en
relación con los impactos del cambio climático:
1. Amenazas al sistema
2. Fuente de abastecimiento
3. Captación
4. Aducción /conducción
5. Tratamiento (incluye resultados de calidad del agua)
6. Almacenamiento
7. Distribución en red - incluye micromedición y continuidad)
8. Distribución por pila pública
9. Gestión organizacional