Seguridad Colectiva
Seguridad Colectiva
Seguridad Colectiva
A pesar de la generalidad con que está redactado el art. 2.4, la propia Carta de las
Naciones Unidas, en otras disposiciones de la Carta se admite que, en determinadas
ocasiones, se pueda recurrir a la fuerza armada. Los casos en que expresamente se
prevé el uso de la fuerza son los siguientes:
1.El uso de la fuerza en legítima defensa (art. 51).
2.La “acción” mediante fuerzas armadas necesaria para mantener o restablecer la
paz y la seguridad internacional decidida por el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas (art. 42).
3.La acción contra Estados enemigos para reprimir el rebrote de hostilidades al fin
de la Segunda Guerra Mundial (art. 107).
A los anteriores supuestos, en virtud de la práctica de la organización, habría que
añadir los casos de “autorización” del uso de la fuerza por las Naciones Unidas.
Seguridad colectiva y Derecho Humanitario
El derecho de legítima defensa
En todos los sistemas jurídicos se admite que la defensa de la propia vida
autoriza el ejercicio de la violencia contra el agresor.
La Carta de las Naciones Unidas, al consagrar el principio de la
prohibición del uso de la fuerza, paralelamente incluye la excepción de
que los Estados pueden recurrir a ella en legítima defensa. El art. 51
establece que “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el
derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso
de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas (…)”. El
art. 51 de la Carta no pretende crear el derecho de legítima defensa, sino
reconocer expresamente su existencia y su compatibilidad con el
mecanismo de “acción” colectiva establecido en la Carta frente a los
infractores.
Seguridad colectiva y Derecho Humanitario
El derecho de legítima defensa