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LAS INTERVENCIONES EXTRANJERAS EN MÉXICO
DURANTE AL SIGLO XIX
HISTORIA DE MÉXICO
CAPÍTULO QUINTO: LA SEGUNDA
INTERVENCIÓN FRANCESA SEGUNDA PARTE
TERCER DEPARTAMENTAL LA OCUPACIÓN DE MÉXICO
Con el sitio de Puebla finalizado a mediados de mayo de
1863, la entrada francesa en la capital no se hizo esperar, y el día 10 de junio el ejército de Forey marchaba por las calles de Ciudad de México. No obstante, la guerra estaba muy lejos de ganarse. Los políticos conservadores que habían sido expulsados en la Guerra de Reforma vieron sus deseos rápidamente frustrados: el general Forey dio órdenes de respetar las leyes juaristas en relación con la nacionalización de bienes de la Iglesia y la libertad de culto. La administración francesa también ordenó la creación de una Junta Provisional de Gobierno, que concluyó la idoneidad de una monarquía moderada y hereditaria para México. LOS TRATADOS DE MIRAMAR La Junta Provisional de Gobierno pensó entonces en ofrecerle el trono a Fernando Maximiliano de Habsburgo. La comitiva mexicana encargada de llevarle la noticia al duque austriaco, conformada por un nutrido grupo de conservadores y eclesiásticos, llegó a su lugar de residencia en Trieste (Italia) en octubre de este año, mediante los tratados de “Miramar” se acordó que en febrero del año siguiente, Maximiliano de Habsburgo se convertiría en emperador de México. EL SEGUNDO IMPERIO De esta forma quedó constituido el, a la postre efímero, Segundo Imperio mexicano, un ente subordinado al Segundo Imperio francés. El flamante emperador no llegó a su nuevo país hasta el día 28 de mayo y, para sorpresa de los conservadores, desde el principio llevó una política dirigida a granjearse el apoyo de los liberales. LOS EJÉRCITOS DEL IMPERIO Las fuerzas del Gobierno republicano continuaban resistiendo a los franceses en ciertos puntos y territorios de todo el país. La guerra de guerrillas que iniciaron los republicanos desgastó a las unidades galas, aunque nunca hasta el punto de obligarlas a abandonara la lucha. El naciente Segundo Imperio intentó organizar unas fuerzas armadas, aunque sin demasiado éxito. En una fecha tardía como 1866, tan solo contaba con 7650 soldados regulares, 9400 soldados auxiliares, 12 200 guardias rurales y policías, en total cerca de 30 000 hombres, EL EJÉRCITO FRANCÉS Y REPUBLICANO mientras que las fuerzas francesas alcanzaban los 38 000 efectivos. Por su parte, el ejército republicano mexicano había aumentado considerablemente sus efectivos hasta alcanzar unos números de aproximadamente 50 000 efectivos ESTADOS UNIDOS EN LA OCUPACIÓN FRANCESA
Sin embargo, el contexto internacional
comenzó a jugar en contra de Maximiliano. En el país vecino, en abril de 1865 la Unión logró imponerse finalmente a los estados confederados. Estados Unidos estaba de nuevo reunificado y no tardaría en tomar cartas en el asunto de lo que estaba ocurriendo en México. Un año después, en 1866, los problemas comenzaron a acumularse para Francia. LA OCUPACIÓN FRANCESA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL
En Europa, el Reino de Prusia, gobernado
por Guillermo Iy su canciller Otto von Bismarck, puso en marcha una serie de conflictos armados cuyo objetivo final sería la unificación de Alemania. Ante el inicio de las tensiones, Napoleón III decidió replegar la mayoría de sus fuerzas de México, abandonando a Maximiliano de Habsburgo a su suerte. Con la retirada francesa y el renovado avance republicano, en 1867 el nuevo emperador cayó junto con todo su gobierno. LA CAÍDA DEL SEGUNDO IMPERIO
La descomposición del Segundo Imperio
mexicano se sucedió rápidamente. Tras la pérdida del control en los territorios que dominaba el imperio, Maximiliano y su séquito más cercano se refugiaron en la ciudad de Querétaro. Allí, las últimas fuerzas imperiales, agotadas sus raciones y municiones, capitularon tras 72 días de asedio. Maximiliano fue capturado después de negarse a huir. EL FUSILAMIENTO DE MAXIMILIANO DE HABSBURGO
Entre los días 13 y 15 de junio de 1867, Maximiliano de
México y sus colaboradores Miguel Miramón (quién había sido un destacado líder conservador en la Guerra de Reforma) y Tomás Mejía fueron condenados a muerte en un juicio celebrado en el teatro Iturbide de Querétaro. El día 19 de junio, en el cerro de las Campanas, los tres hombres fueron fusilados por un pelotón de siete soldados. Antes de morir, el depuesto emperador llegó a decir: “Voy a morir por una causa justa, la de la Independencia y la libertad de México. Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria. ¡Viva México!” LA RESTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA
Los restos de Maximiliano fueron embalsamados y
trasladados a la capital mexicana, donde fueron exhibidos en el convento de San Andrés. Tiempo más tarde, el cuerpo fue trasladado de nuevo a su patria de origen, Austria, misión que se encargó al almirante Wilhem von Tegetthoff y se realizó en la fragata La Novara, la misma que había traído a Maximiliano a México en 1864. Con su muerte y la desaparición del Segundo Imperio se cerraba en la República mexicana un largo periodo de conflictos civiles y de intervenciones extranjeras. Sin embargo, México aún tendría muchos problemas que solucionar a lo largo de las siguientes décadas y que llegarían hasta el mismo siglo XX.