Versalles

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Versalles (Versailles)

 
C. del N de Francia, en la región Ile de France, cap. del departamento de Yvelines, al SO de París; 91 494 h (aglomeración urbana, 150 000). Célebre palacio y jardines.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

Versalles

Versailles

Versalles

SMVersailles
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Fue raptado durante una cacería, cosa que le gustaba con locura, y a la que su padre cometía la imprudencia de dejarle ir solo. Gitón tenía trece años y fue criado en Versalles entre los pajes de la gran caballeriza.
Las fronteras de cada uno de ellos no coinciden con determinado grupo étnico o nacional, porque -después del Tratado de Versalles- se incorporaron a cada uno de los nuevos Estados: Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Yugoeslavia, diversos grupos raciales de diferentes lenguas, costumbres, historia, religión, lo que ha traído por consecuencia el que en aquellos Estados no haya existido desde un principio, ni exista, una verdadera unidad nacional; lo que acarrea las pugnas más enconadas y las perturbaciones internas e internacionales más frecuentes.
Emprendió también la fábrica, que no llegó a terminarse, del Paseo de Aguas y que, a juzgar por lo que aún se ve, habría hecho competencia a Saint Cloud y a Versalles.
Este principio, justo en teoría pero difícilmente aplicable en la práctica, especialmente en la Europa Central; ese principio que no se aplicó equitativamente en los Tratados de Versalles y Saint Germain, está dando origen a los más encontrados pareceres y conflictos exteriores entre Praga y Budapest; entre Varsovia y Praga; entre Hungría y Polonia; entre Rumania y Hungría; entre Polonia y la U.
Así que, en lugar de galanes de ropilla y zanguilón, y de damas de brial y tocas, se ve1 frecuentada y concurrida por señores de casaca, peluca, chupa, vuelos de encaje, sombrero tricorne y espadín, y por petimetras de tontillo o caderilla, bufanda, polonesa, escofieta, tacones y demás galas propias de Versalles, y que en mal hora nos trajo el duque de Anjou con sus gabachos y gabachadas.
Raros dejan de condenar la implacable saña de los vencedores ni de horrorizarse ante el resultado de una desigual partida en que el ejército de Versalles sufrió unas quinientas bajas mientras los comunistas o confederados tuvieron más de treinta mil víctimas, incluyendo en ellas un considerable número de mujeres, de ancianos y aun de niños.
Son las fatales, son las que sitiaron el palacio de Versalles después de la toma de la Bastilla; son las que hubo que barrer a tiros en San Petesburgo y en Barcelona; son las que volverán, furias sagradas cuyo gesto cierra cada época histórica y abre las esclusas del futuro.
Hizo celebrar en la explanada de Satory, cerca de Versalles, grandes revistas, en las que quería comprar a los soldados con salchichón de ajo, champán y cigarros.
Y resaltaba el hecho de que alIí no se arrancó una sola hoja de un árbol; cómo los revolucionarios y cómo el pueblo, actuando con un sentido del orden y de la disciplina que no tiene paralelo, se habían abstenido de tocar una sola hoja de toda aquella finca donde había tantos objetos valiosos, tantos árboles, tantas construcciones, cuando en todas partes del mundo —desde la Revolución Francesa, en que el palacio de Versalles fue asaltado por la multitud o La Bastilla fue destruida—, cuando en todas las revoluciones siempre el pueblo se abalanza contra aquellos objetos, aquellas residencias que significan los símbolos de la tiranía, para destruirlas, en su sed de vengar los crímenes y los oprobios que se hayan cometido.
Según dicha ley, la pertenencia a la Internacional se punía con el encarcelamiento.- 264, ley de la que luego Malou sirvió a los belgas una imitación hipócrita; cuando, en Suiza, un refugiado de la Comuna estaba en prisión preventiva, esperando la decisión del Gobierno federal sobre la demanda de extradición; cuando la caza de internacionalistas era la base ostensible de una alianza entre Beust y Bismarck, cuya cláusula dirigida contra la Internacional se apresuró a adoptar Víctor Manuel; cuando el Gobierno español, poniéndose por completo a disposición de los verdugos de Versalles...
Cuando Luis XVI reunió en Versalles la asamblea nacional, no fue con el objeto de establecer la sólida felicidad del reino, sino para que la nación buscase por sí misma los remedios que los ministros no podían encontrar para llenar el crecido déficit de aquel erario; sin embargo, apenas se vieron juntos los representantes, aunque perseguidos por los déspotas, que siempre escuchan con susto la voz de los pueblos, dieron principio a sus augustas funciones con el juramento sagrado de no separarse jamás, mientras la constitución del reino y la regeneración del orden público, no quedasen completamente establecidas y afirmadas.
Este logro ha dejado huellas; de alguna manera el reciente acuerdo tomado por los siete grandes países industrializados en la Reunión de Versalles sobre el comienzo de las negociaciones globales, es resultado del "espíritu de Cancún", así como el reciente acercamiento entre India y los Estados Unidos de Norteamérica.