Ejemplos ?
Y algunos minutos después descendían de la colina José y los que le acompañaban; el sol seguía bañándolo todo con sus raudales de luz esplendorosa; una brisa cálida impregnada de montesinos aromas agitaban mansamente las ramas de los árboles; el campo todo aparecía como vestido de flores; algunas cogujadas asustadizas levantaban azoradas el vuelo, y cerniéndose sobre los riscos, una alondra piaba dulce y querellosamente, como llamando con quejumbrosos halagos de amor a la amada compañera.
Los mismos criados que se agitaban en torno de él como esclavos de frac, conocían su desgracia y comentaban sus apuros vergonzosos; pero ni el más leve reflejo de insolencia turbaba el agua incolora de sus ojos, petrificada por la servidumbre.
Así pensaban todas, y entretanto, cada una procedía a su modo y encaraba a su manera la solución de los problemas que agitaban perpetuamente la realidad de una democracia en formación.
255 De ellas parte, de cubierta cúspide, agitaban tirsos, parte de un despedazado novillo lanzaban los miembros, parte con tortuosas serpientes a sí propias se ceñían, parte oscuras orgias concurrían con cóncavas cestas, orgias que en vano desean oír los profanos; 260 plañían otras con eminentes palmas los tímpanos, o del torneado bronce su tenue tintineo sacaban; para muchas roncos bombos exhalaban los cuernos y la bárbara tibia chirriaba con un horrible canto.
Al unísono de los estampidos, oíanse gritos de muerte, alaridos de hombre y de mujer unidos por la misma cólera, sordas ronqueras de caballos espantados, furioso ladrar de perros; y cuando la radiación eléctrica esparcía su intensa claridad sobre el cuadro, tiñiéndolo de un vivo color amarillento, mostraba el ojo del atacante, en medio de nutrido boscaje, dos picachos negros de los que brotaba el plomo, y deformes bultos que se agitaban sin cesar como en una lucha cuerpo a cuerpo.
Tal resplandor despedían la cabeza y los hombros del héroe cuando Atenea le llevó al centro de la batalla, allí donde era mayor el número de guerreros que tumultuosamente se agitaban.
Atravesó el héroe las primeras filas, y parecido por su bravura al jabalí que en el monte dispersa fácilmente, dando vueltas por los matorrales, a los perros y a los florecientes mancebos; de la misma manera el esclarecido Ayante, hijo del ilustre Telamón, acometió y dispersó las falanges de troyanos que se agitaban en torno de Patroclo con el decidido propósito de llevarlo a la ciudad y alcanzar gloria.
Y las calles agitaban, y Bolívar en la Sociedad Patriótica, con Miranda, Coto Paúl, José Félix Ribas, lanzó ese discurso para terminar diciendo eso, que los grandes proyectos deben terminarse o deben realizarse con calma, y él se preguntaba y le preguntaba a sus compañeros y al pueblo: ¿300 años de calma, no bastan?
Aquel ojo resplandeciente parecía querer arrojarse sobre don Juan, pensaba, acusaba, condenaba, amenazaba, juzgaba, hablaba, gritaba, mordía. Todas las pasiones humanas se agitaban en él.
Felicidades amorosas enlucían sus ojos y plegaban sus labios, las coplas eran mordidas suavemente por sus, dientecillos; el pelo se descolgaba en rizos por sus sienes y por su nuca; temblamientos gozadores agitaban su pecho; sus caderas oscilaban en poderío bravucón y sus pies iban escribiendo sobre el suelo un poema de sensualidad.
Patroclo fue el primero que tiró la reluciente lanza allí donde más hombres se agitaban en confuso montón, junto a la nave del magnánimo Protesilao; e hirió a Pirecmes, que había conducido desde Amidón, sita en la ribera del Axio, de ancha corriente, a los peonios que combatían en carros: la lanza se clavó en el hombro derecho; el guerrero, dando un gemido, cayó de espaldas en el polvo, y los demás peonios huyeron, porque Patroclo les infundió pavor al matar a su jefe, que tanto sobresalía en el combate.
No era tanto porque había envejecido mucho, aunque siempre iba vestido con la misma pulcritud escrupulosa; tampoco era por el cutis arrebatado, que daba idea de no muy buena salud, ni tampoco porque sus manos se agitaban con un movimiento nervioso.