Documento de Trabajo by Milena Umaña
RIMISP - SEI, 2017
Este documento de posición da cuenta de los avances en los procesos de implementación de la Agend... more Este documento de posición da cuenta de los avances en los procesos de implementación de la Agenda 2030 en 13 países de la América Latina, poniendo su foco principalmente en los nudos críticos, buenas prácticas y aprendizajes de este proceso. Se organiza en torno a tres ejes temáticos claves para la implementación de la agenda: el proceso de armonización de la Agenda 2030 y los ODS con las prioridades y políticas nacionales; la operacionalización e implementación de los ODS; y la apropiación de la Agenda 2030 por los diferentes actores sociales al interior de los países.
El proceso de implementación de la agenda 2030 en la región presenta una alta diversidad, tanto en los grados de avance como en las estrategias desarrolladas. Mientras algunos países se encuentran aún en la fase de instalación entre los actores públicos directamente involucrados en la puesta en práctica de la agenda, otros han avanzado en definir sus metas, indicadores y construir una línea base, o ya planean estrategias dirigidas a avanzar en la consecución de dichos objetivos. Sin duda, esta diversidad es consistente con lo expresado en el seno de los ODS, donde se plantean los 17 objetivos como una aspiración común que cada país debe apropiar tomando en cuenta sus diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo, y respetando las políticas y prioridades nacionales.
En lo que respecta a la armonización de la agenda 2030 con las prioridades nacionales, para todos los países fue un proceso relativamente sencillo puesto que las prioridades acordadas globalmente coinciden con los énfasis de las políticas nacionales. Las principales diferencias versan sobre las estrategias sobre las cuales se armoniza la agenda, siendo en algunos casos con programas de gobierno, y en otros casos con estrategias de desarrollo estratégico nacional de más largo plazo.
La implementación y operacionalización da cuenta de diversas estrategias y niveles de avance entre los países, donde el principal desafío ha sido la coordinación intersectorial, el diseño institucional para llevar a cabo acciones integradas y la obtención de datos e información para el seguimiento y monitoreo.
Respecto de la apropiación de la Agenda 2030 por los diversos actores, todos los países han realizado acciones con distinto alcance y en diferentes formatos, avanzando principalmente en la difusión de los ODS y en algunos casos se ha mejorado también el involucramiento activo de la sociedad civil y el sector privado. En este punto se identifican una serie de iniciativas novedosas en las cuales se ha involucrado la sociedad civil y el sector privado, dando cuenta del interés de ambos sectores de ser parte de esta agenda global.
Al mismo tiempo se plantean algunos desafíos para los países de la región, como son: garantizar un presupuesto para la Agenda 2030; garantizar la participación con incidencia de los diferentes actores; completar la debida articulación de la Agenda 2030 con el sistema de planificación y presupuesto nacional; y el desarrollo de capacidades institucionales para la implementación de una agenda integrada e instalar los ODS como un compromiso de Estado.
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Documento de Trabajo by Milena Umaña
El proceso de implementación de la agenda 2030 en la región presenta una alta diversidad, tanto en los grados de avance como en las estrategias desarrolladas. Mientras algunos países se encuentran aún en la fase de instalación entre los actores públicos directamente involucrados en la puesta en práctica de la agenda, otros han avanzado en definir sus metas, indicadores y construir una línea base, o ya planean estrategias dirigidas a avanzar en la consecución de dichos objetivos. Sin duda, esta diversidad es consistente con lo expresado en el seno de los ODS, donde se plantean los 17 objetivos como una aspiración común que cada país debe apropiar tomando en cuenta sus diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo, y respetando las políticas y prioridades nacionales.
En lo que respecta a la armonización de la agenda 2030 con las prioridades nacionales, para todos los países fue un proceso relativamente sencillo puesto que las prioridades acordadas globalmente coinciden con los énfasis de las políticas nacionales. Las principales diferencias versan sobre las estrategias sobre las cuales se armoniza la agenda, siendo en algunos casos con programas de gobierno, y en otros casos con estrategias de desarrollo estratégico nacional de más largo plazo.
La implementación y operacionalización da cuenta de diversas estrategias y niveles de avance entre los países, donde el principal desafío ha sido la coordinación intersectorial, el diseño institucional para llevar a cabo acciones integradas y la obtención de datos e información para el seguimiento y monitoreo.
Respecto de la apropiación de la Agenda 2030 por los diversos actores, todos los países han realizado acciones con distinto alcance y en diferentes formatos, avanzando principalmente en la difusión de los ODS y en algunos casos se ha mejorado también el involucramiento activo de la sociedad civil y el sector privado. En este punto se identifican una serie de iniciativas novedosas en las cuales se ha involucrado la sociedad civil y el sector privado, dando cuenta del interés de ambos sectores de ser parte de esta agenda global.
Al mismo tiempo se plantean algunos desafíos para los países de la región, como son: garantizar un presupuesto para la Agenda 2030; garantizar la participación con incidencia de los diferentes actores; completar la debida articulación de la Agenda 2030 con el sistema de planificación y presupuesto nacional; y el desarrollo de capacidades institucionales para la implementación de una agenda integrada e instalar los ODS como un compromiso de Estado.
El proceso de implementación de la agenda 2030 en la región presenta una alta diversidad, tanto en los grados de avance como en las estrategias desarrolladas. Mientras algunos países se encuentran aún en la fase de instalación entre los actores públicos directamente involucrados en la puesta en práctica de la agenda, otros han avanzado en definir sus metas, indicadores y construir una línea base, o ya planean estrategias dirigidas a avanzar en la consecución de dichos objetivos. Sin duda, esta diversidad es consistente con lo expresado en el seno de los ODS, donde se plantean los 17 objetivos como una aspiración común que cada país debe apropiar tomando en cuenta sus diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo, y respetando las políticas y prioridades nacionales.
En lo que respecta a la armonización de la agenda 2030 con las prioridades nacionales, para todos los países fue un proceso relativamente sencillo puesto que las prioridades acordadas globalmente coinciden con los énfasis de las políticas nacionales. Las principales diferencias versan sobre las estrategias sobre las cuales se armoniza la agenda, siendo en algunos casos con programas de gobierno, y en otros casos con estrategias de desarrollo estratégico nacional de más largo plazo.
La implementación y operacionalización da cuenta de diversas estrategias y niveles de avance entre los países, donde el principal desafío ha sido la coordinación intersectorial, el diseño institucional para llevar a cabo acciones integradas y la obtención de datos e información para el seguimiento y monitoreo.
Respecto de la apropiación de la Agenda 2030 por los diversos actores, todos los países han realizado acciones con distinto alcance y en diferentes formatos, avanzando principalmente en la difusión de los ODS y en algunos casos se ha mejorado también el involucramiento activo de la sociedad civil y el sector privado. En este punto se identifican una serie de iniciativas novedosas en las cuales se ha involucrado la sociedad civil y el sector privado, dando cuenta del interés de ambos sectores de ser parte de esta agenda global.
Al mismo tiempo se plantean algunos desafíos para los países de la región, como son: garantizar un presupuesto para la Agenda 2030; garantizar la participación con incidencia de los diferentes actores; completar la debida articulación de la Agenda 2030 con el sistema de planificación y presupuesto nacional; y el desarrollo de capacidades institucionales para la implementación de una agenda integrada e instalar los ODS como un compromiso de Estado.