Librodot 5 5 PERSONAJES INÉS ESTELLE GARCIN EL CAMARERO A PUERTA CERRADA se representó por primera vez en el teatro del Vieux Colombier en mayo de 1944. Librodot A puerta cerrada Jean Paul Sartre Librodot 6 6 ESCENA 1 GARCIN -EL CAMARERO...
moreLibrodot 5 5 PERSONAJES INÉS ESTELLE GARCIN EL CAMARERO A PUERTA CERRADA se representó por primera vez en el teatro del Vieux Colombier en mayo de 1944. Librodot A puerta cerrada Jean Paul Sartre Librodot 6 6 ESCENA 1 GARCIN -EL CAMARERO del piso (Un salón estilo Segundo Imperio. Una estatua de bronce sobre la chimenea.) GARCIN (entra y mira a su alrededor). -Entonces, ya estamos. EL CAMARERO. -Ya estamos. GARCIN. -Es así... EL CAMARERO. -Es así. GARCIN. -YO... pienso que a la larga uno ha de habituarse a los muebles. EL CAMARERO. -Depende de las personas. GARCIN. -¿Todos los cuartos son iguales? EL CAMARERO. -Eso cree usted. Nos llegan chinos, hindúes. ¿Qué quiere que hagan con un sillón Segundo Imperio? GARCIN. -Y yo, ¿qué quiere que haga con él? ¿Sabe quién era? ¡Bah! No tiene ninguna importancia. Después de todo, viví siempre con muebles que no me gustaban y en situaciones falsas; me encantaba. Una situación falsa en un salón comedor Louis Philippe, ¿no le dice nada? EL CAMARERO. -Verá usted, en un salón Segundo Imperio tampoco está mal. GARCIN. -¿Eh? Bueno, bueno, bueno. (Mira a su alrededor.) Con todo, no me hubiera esperado... Seguramente no ignoran ustedes lo que se cuenta allá. EL CAMARERO. -¿Acerca de qué? GARCIN. -Bueno... (Con un ademán vago y amplio.) Acerca de todo esto. Librodot A puerta cerrada Jean Paul Sartre Librodot 7 7 EL CAMARERO. -¿Cómo puede usted creer en esas burradas? Gentes que nunca han puesto aquí los pies. Porque si hubieran venido... GARCIN. -Sí. (Ríen los dos.) GARCIN (poniéndose serio de golpe). -¿Dónde están las palas? EL CAMARERO. -¿Qué? GARCIN. -Las palas, las parrillas, los fuelles de cuero. EL CAMARERO. -¿Quiere reírse? GARCIN (mirándolo). -¿Eh? Ah, bueno. No, no quería reírme. (Una pausa. Se pasea.) Ni espejos ni ventanas, naturalmente, nada frágil. (Con una violencia súbita.) ¿Y por qué me han quitado e! cepillo de dientes? EL CAMARERO. -Y ahí está. Ahí le vuelve la dignidad humana. Es formidable. GARCIN (golpeando colérico el brazo del sillón.) -Le ruego que se ahorre sus familiaridades. No ignora nada de mi situación, pero no soportaré que usted... EL CAMARERO. -¡Vaya! Discúlpeme. Qué quiere, todos los clientes hacen la misma pregunta. Empiezan: "¿Dónde están las palas?" En ese momento le juro que no piensan en hacer-se el tocado. Y apenas se tranquilizan aparece el cepillo de dientes. Pero por el amor de Dios, ¿no pueden ustedes reflexionar? Pues dígame, ¿para qué habían de cepillarse los dientes? GARCIN (calmado). -Sí, en efecto, ¿para qué? (Mira a su alrededor.) ¿Y para qué mirarse en los espejos? En cambio la estatua, enhorabuena... Me imagino que habrá ciertos momentos en que me la comeré con los ojos. Con los ojos, ¿eh? Vamos, vamos, no hay nada que ocultar; le digo que no ignoro nada de mi situación. ¿Quiere que le cuente cómo Librodot A puerta cerrada Jean Paul Sartre Librodot 8 8 sucede? El tipo se sofoca, se hunde, se ahoga, sólo su mirada queda fuera del agua, ¿y qué es lo que ve? Una reproducción en bronce. ¡Qué pesadilla! Vamos, seguramente le han prohibido que me conteste, no insisto. Pero recuerde que no me toman desprevenido, no venga a jactarse de que me sorprendió; miro la situación de frente. (Reanuda la marcha.) Entonces, nada de cepillo de dientes. Cama, tampoco. Por-que jamás se duerme, por supuesto. EL CAMARERO. -¡Vaya! GARCIN. -Lo hubiera apostado. ¿Para qué había de dormir? El sueño lo toma a uno por detrás de las orejas. Usted siente que se le cierran los ojos, pero, ¿para qué dormir? Se estira sobre el canapé y pffft... voló el sueño. Hay que frotarse los ojos, levantarse y todo vuelve a empezar. EL CAMARERO. -¡Qué imaginación tiene usted! GARCIN. -Cállese. No gritaré, no gemiré, pero quiero mirar la situación de frente. No quiero que me salte encima por detrás, sin que pueda reconocerla. ¿Imaginación? Entonces es que ni siquiera se necesita el sueño. ¿Para qué dormir si no se tiene sueño? Perfecto. Espere. Espere: ¿por qué es penoso? ¿Por qué es forzosamente penoso? Ya lo sé: es la vida sin corte.