“Si te digo que fui feliz, no es cierto”.
Ya lo había dicho la Maestra Castellanos: el recuerdo embellece lo que toca.
Siempre volteamos al pasado con cariño por el gran potencial que tiene un “¿qué hubiera pasado?”, cuando esto no es más que una suposición afectada por el pensamiento mágico, la fantasía y por su puesto, la maldita expectativa.
Muchas veces lo mejor es aceptar las decisiones que hemos tomado y seguir con nuestras vidas, pero ciertamente es un proceso que duele y cuesta aceptar.
Al menos esto le pasó a Nora, quien nos da un ejemplo de tocar base antes de actuar impulsivamente.