Imposible no verla y trazar analogías con lo que pasó en nuestro país más o menos en el mismo período: la perversión del Plan Cóndor y el intento sistemático de desmantelamiento de la Patria Grande.
La trama mecha escenas de crudeza estremecedora en contraposición con elementos de extrema ternura logrando un equilibrio que la torna adictiva.
Me sentí profundamente afectado por ciertos aspectos de aquella época que encuentro alarmantemente similares a la realidad actual de nuestro país: la represión, la persecución, el blindaje mediático y, de pronto, la muerte.