La verdad que esperaba mucho más. Todos las escenas en las que no aparece Edward Norton se sienten de relleno. El reparto hace un gran trabajo, pero los diálogos entre los personajes secundarios me parecieron aburridos y tediosos, por eso creo que la duración no se justifica, pudo haber durado 30 minutos menos tranquilamente.
Le hubiese dado menos calificación de no ser por dos grandes momentos: el monólogo lleno de ira del protagonista mirándose al espejo y ese gran final relatado por su padre, en donde nos devuelve la esperanza de una segunda oportunidad.