Esta película es extremadamente decepcionante en todos y cada uno de los sentidos en los que puede serlo.
Si fuese una película aislada de romanos no sería una buena peli, pero su mediocridad quedaría disimulada por su irrelevancia. Pero es supuestamente una secuela de Gladiator, una de las mayores películas de romanos de todos los tiempos y que ha marcado al género entero. Veinte años después Ridley Scott nos entrega un refrito medio crudo que repite las mismas fórmulas que…