Esta pelicula te tira de lleno a la España de los 70 con motos y delincuencia, y Mario Casas la rompe como Juanito en esta trama de lealtades y dilemas durante la transición. Monzón usa un estilo visual que mme gusto mucho y personajes complejos. La película se pone intensa de vez en cuando, pero capta muy bien la onda de esa España. Casas se las juega con una actuación sólida que le pone el sabor al drama, crimen y política de la época. En resumen, una mezcla potente que vale la pena ver.

Una bella historia, los mails de Charles se roban el protagonismo, historias bellamente contadas, visualmente representadas por el material encontrado por el director. El tono y ritmo te sumergen en la historia, llegando a las sensibilidades con su amor por los perros. La fotografía y la estética particular de la handycam que tiene este material encontrado ayuda a ese sentimiento de familiaridad y el estar adentrándose a un espacio privado del cual no siempre se tiene acceso. También demuestra que el cine no depende de las mejores tecnologías sino del ojo del director. Me llevo las palabras de Charles conmigo para siempre. Excelente película.