Me pasó algo muy diferente con Los Parecidos en comparación con otras películas de Isaac Ezban. El inicio no me atrapó de inmediato, me dejó confundida, pero sabía que eso solo me duraría cinco minutos antes de caer en su juego. Y vaya juego…
Cuando el fenómeno empieza, la película se transforma en una espiral de locura. La angustia, la histeria colectiva, la sensación de encierro y desesperación se sienten en la piel. La atmósfera sesentera está tan bien lograda…