Hace mucho no veía una película que fuera tan dolorosamente bella, muy personal, con mucha ternura y más real de lo que me gustaría admitir. Película favorita del año sin duda.

Tremenda.
Gran corto de Wes Anderson para Netflix, me mantuvo sin pestañear ni un segundo.
La historia de Roahl Dahl es fantástica y la forma de representarla de Anderson como siempre: una exquisitez de mirar.

Te deja sin palabras y con una sensación que es casi la misma de saber algo que no puedes decir.

Le da sin duda una explicación silenciosa al inexplicable suicidio.

Un relato que conmueve cada vez más mi intención acerca de la adopción.

La niña callada es una película que dice lo que tiene que decir y no se obliga a decir más.

La actuación de Catherine Clinch es bellísima.

La fotografía me recuerda un poco a la nostalgia de Terrence Malick.