Fue la belleza lo que lo mató.
Uno de los mejores remakes que se han hecho.
Una trama muy bien dividida en tres segmentos que, a excepción de su último, mantienen un ritmo y una narrativa muy entretenidos y bien sostenidos. La banda sonora es impecable y los efectos visuales, a pesar de sus veinte años, han envejecido bastante bien.
Peter Jackson sabe crear una atmósfera opresiva y aterradora cuando se requiere, al igual que conoce cómo y cuándo desplegar todo un armatoste de efectos especiales y acción desenfrenada cuando el público lo necesita, con drama incluido.