Supongo que menos rigurosa que una película de James Benning: algunos planos cortaban justo en el momento de inmersión (el segundo de la aurora boreal, por ejemplo), la aparición ocasional de música extradiegética me descolocó (no en el buen sentido). No me aburrió, eso sí, y entra a mi lista de películas que "facilitan el pensamiento" (aunque "facilitar" no es el verbo más feliz).

Tengo que aprender italiano (creo que lo intuyo bien). Y leer más a Pavese.

Visualmente raro y bellísimo, hace (muy buena) filosofía con (muy buen) cine. Viendo la pobreza plástica de muchas películas filmadas con cámaras digitales este corto resulta aún más encomiable. Pero no apela sólo a la belleza de las flores, los microorganismos o las ilustraciones de Gosse sino que suma un plus de tratado informático de las imágenes. Mención aparte para los registros clandestinos de Daesh, perturbadores tanto por su valor documental como por el hecho de ser anatema.