Me encantó. Está muy bien reflejada la lucha de poderes y la influencia que éste tiene dentro de una institución supuestamente sagrada. Hace confluir lo que es el drama humano y su ambivalencia. Como en la peli, un cardenal dice: Al final somos humanos mortales, que pecan.
Y también me quedo con un discurso de Lawrence: para tener fe hay que dudar, pero no una duda que es el solo mero hecho de dudar, sino de la duda como contraparte…