Una obra que se siente inspirada por el neorrealismo italiano, aunque Araya fácilmente podría considerarse su propio género. Es un documental que filosofa abiertamente sobre la explotación de la clase trabajadora y el costumbrismo de los salineros en la península de Araya, en el estado Sucre de Venezuela.
El lente de Margot Benacerraf se pasea lentamente no solo por el lugar, sino por la historia del mismo. Es un retrato del abandono de Araya y sus habitantes, que ya por esa época era sinónimo de desolación y marginación social. Pero su observación está lejos de ser victimista y explotadora.
Como las mejores directoras, Benacerraf no reduce a sus sujetos de estudio a simples mártires del sistema. En su lugar los…