El espíritu y la esperanza dan sentido a una travesía casi imposible de realizar. Las dos caras de la moneda son Saruman, que se corrompe ante el miedo de la derrota terrenal y Frodo, que no elige ser héroe -ningún héroe lo hace- pero acepta su destino y entrega su vida a la causa de la humanidad. Solo una cuestión de fé.