La primera mitad es brutal. La segunda mitad arranca también muy bien pero la siento deshincharse. El final me parece que se hizo a prisas, sin saber muy bien cómo terminar, después de una elipsis de 20 años, como si el resto de la historia no importase.

Me quedo con esta reflexión final.

Conservadora (pero no en el sentido político): el rumbo que toma la historia, sus personajes, el humor... todo es sobrio, no arriesga. Me dejó indiferente.

Todos y cada uno de los actores están soberbios. El montaje, la fotografía, el vestuario, la dirección... impresionantes. Muy bien datado, con una atención impresionante a los detalles, tanto en los diálogos como en lo visual.

Vimos esta película con el grupo musical Caspervek interpretando en directo su propia banda sonora en el teatro Jofre de Ferrol, bastante lleno de risas y reacciones. Una experiencia muy bonita.