Un gran manejo entre la crudeza y lo implícito.
Es enriquecedora la cantidad de simbolismos alrededor de la película, tal vez desde el inicio muy obvio lo que está por ocurrir pero fuera de eso, es un relato que desgraciadamente se vuelve global y aunque sea una película de hace más de cincuenta años. No parece que haya cambiado algo.
Muy fuerte, sobre todo por la manera tan natural que se da todo. No necesitas de grandes coreografías o efectos para causar verdadero terror y crudeza.