La historia está plagada de temas polémicos para la época (para algunos, también ahora), como son las preferencias sexuales, la iglesia y lo sensual; López transmite sin censura y de forma ingeniosa, estos factores aunados al cine de terror, donde aquelarres, exorcismos, vampiros y demonios, juegan un papel fundamental en la unificación de un fenómeno sociocultural que va contra todo, lo expresa todo y sienta las bases de un nuevo “todo”. Esta manera de alimentar el miedo, a través de estructurar cierta realidad, resulta fascinante.