Lo más impactante es la profunda maldad que hay en cada uno de los personajes y toda la psicopatía que los rodea. Cuanto menos fascinante.
Una peli que tras tantas incoherencias consecutivas, encuentras el hilo que lo une todo. Los pequeños detalles son preciosos (como cuando Dae Su Oh menciona una máxima de Salomón que dice algo como: “… la mano que pone la trampa”. No fue por mera estética).
No te deja de sorprender, horrorizar, engañar e intrigar para saber cuál es la verdad del entramado. La recomiendo.