Si bien es cierto que el final de la película es tan emotivo como memorable, a esta entrega le falta garra y destacar en algo. Es un producto muy medido en los encuadres, pero no hay ideas interesantes detrás.
Las primeras dos horas, aunque entretenidas, no consiguen hacer mella en casi ningún aspecto, y termina convirtiéndose en un film casi olvidable de difuso carisma.
No compro del todo toda la trama con Dolores Umbridge —se hace pesado y carente de interés— y hay mucha historia sin detallar, pero sus últimos veinte minutos son buenísimos.
Un poco descompensada, pero me parece más emocionante que su predecesora.
Cine realmente difícil de disfrutar si rechazas el toreo y toda la barbarie que lo envuelve.
No me interesa la sonoridad de la práctica, ni si estos payasos son ridículos o si van hasta arriba de testosterona. No es un documental revelador de nada porque la grandísima mayoría de nosotrxs conocemos la brutalidad del toreo. Estética huérfana de ética y gusto.
Salgo de la sala de cine con el estómago revuelto.
