Estéticamente es una obra de arte. Cada escena y cada transición están tan cuidadosamente construidas que son un verdadero chef’s kiss. Explora el deseo de estar enamorado de una manera que logra ser hilarante, cómica y, al mismo tiempo, profundamente melancólica.
Su mezcla de acción, romance y existencialismo crea una experiencia única, con una cinematografía que es un placer visual en todo sentido. Aunque su narrativa fragmentada y su tono melancólico pueden no ser para todos, es una obra visualmente impresionante y emocionalmente desgarradora.