Uno pierde la inocencia cuando ve a sus padres indefensos. Yo no lloro casi nunca en el cine pero en cada escena donde el protagonista de la película, el álter ego de Spielberg, ve a su familia disolviendose no pude evitar emocionarme.
Spielberg hablando de su familia, habla de todas las familias. Hay un plano que adquiere proporciones míticas, donde el hijo tranquiliza a la madre. Allí Sammy le dice que no dirá nada, que todo estará bien. Su silueta…