La historia es una tragedia y la víctima merece todo el respeto, pero al alargar tanto el metraje, todo se percibe con más morbo del necesario.

Gracias a las proyecciones previas del Festival Walpurgis, en este caso en el espacio “Vídeo Instan” (proyección en VHS y con público), tuve la oportunidad de ver “Hello Mary Lou”. Es una película fantástica para disfrutar en ese contexto y, sin duda, también en casa; aunque creo que la experiencia de compartir la risa ante esos diálogos y situaciones en comunidad realmente merece la pena.

Ver a Hugh Grant haciendo de malo malísimo en una película de los guionistas de A quiet place y presentada por A24, ya son motivos suficientes para interesarse, pero si además incluye la canción The air that I breathe de The Hollies, tienes algo especial.
Los diálogos, cargados de reflexiones sobre la religión ( y los condones al inicio)  están brillantemente interpretados, mientras la constante sensación de angustia (que se acrecienta por lo educados que son) te mantiene en vilo durante todo el metraje. El resultado es una película que, sin reinventar el terror, ofrece una experiencia intensa y disfrutable.