No daba un duro por esta película y la verdad es que está muy bien. Al contrario que la mayoría de los biopics musicales (incluido En la cuerda floja de Mangold) no es la trillada historia de éxito, caída y redención. Es simplemente una sucesión de estupendísimas canciones alrededor de una figura distante y caprichosa, no muy bien definida, que Chalamet encarna muy bien. Y no se necesita más, no tenemos que aprender grandes lecciones de la vida de las estrellas de la música.

Este documental es durísimo y muy interesante. El material recopilado durante 36 años es descomunal y está muy bien engarzado. Pero no sé si vale la pena traspasar tantísimas líneas rojas éticas para crear un espectáculo a partir de la vida de estas tres pobres personas.

Tiene cosas destacables. La dirección no está mal, por ejemplo. Además, es interesante el retrato del complejo de inferioridad masculino. Sin embargo, me ha sacado bastante de la película su humor propio de un capítulo de Los Serrano. Los 2000 fueron una época horrible y sus productos costumbristas envejecen a una velocidad de vértigo.

Si Ana Iris Simón fuese un pajero italiano y tuviese que dirigir un capítulo de Cuéntame saldría algo así.