No se puede decir mucho, simplemente es preciosa.
El amor como salto al vacío, nada de mediciones o especulaciones.
El deseo toma la rienda de cada una de sus vidas, y por eso no hay remordimientos, solo promesas y un amor que no pide garantías, con mirarse a los ojos les alcanza.
La odisea del amor, como solamente Miyazaki puede retratarla.