Algo de lo que más me ha gustado es que no hay ni rastro de (hetero)romance y eso que es un coming of age.
Definitivamente una película cute (por más que toda la idea del café de criadas dé un poco de grima). Parece que no pase nada pero poco a poco la (patológicamente tímida) protagonista va ganando en confianza y se reconcilia con su vida y su família, y encuentra su lugar. Supongo que para mí es fácil sentirse identificada.