No sé si uno está acostumbrado ya a la violencia extrema o qué, pero, mas allá de lo angustiante de muchos momentos no deja de sentirse como una comfort movie policial. Es en cierto sentido, un viaje placentero a pesar de la crueldad. Es probable esto tenga que ver con que el punto de vista es el de estos hombres blancos.
Las actuaciones de todos son sobresalientes. Hackman en su prime, Dafoe correcto, McDormand brillante. Ahora, lo de Brad Dourif...maravilloso.