Es mediante la narración visual que la película alcanza realmente su cometido, yendo más allá de las palabras. En cierto punto se plantea el idioma como conflicto, siendo el cine justamente, lo que será capaz de atravesar cualquier barrera, porque todo va a estar en los colores, los espacios, los gestos, lo no dicho.
El cine está en aquel último plano, en una ventana que plasma la esperanza y el futuro en el que debemos confiar.