Este subgénero de dramas donde no pasa nada, pero en realidad sucede todo -por muy injusto que suene decir que no pasa nada- siempre logran tocar lo más profundo de mi ser. Y puede que no sean de esas que te gustaría repetir mil veces... No son fáciles de digerir debido a su ritmo lento, pero con una o dos veces bastaría para darte vuelta la cabeza.
En este caso, Wendy and Lucy me recordó inevitablemente a Nomadland y Leave…