Si las sábanas de una cama deshecha fueran capaces de borrar los recuerdos del deseo al estirarlas al día siguiente, se podría ocultar el amor perdido. Ese que solo se desvanece momentáneamente cuando la obligación apremia, cuando la deriva de la vida no deja ver más allá del horizonte, aquel que dibuja una sonrisa cuando se rememora el encuentro fugaz y el único que es imposible olvidar.
Porque casi todo se olvida, quizá todo menos lo que no se tuvo.…