Qué inteligente utilizar esta historia para hablar sobre los límites entre la realidad y la ficción, más allá de en la propia historia de Enric Marco, en el cine y en la vida en general. Detalles como la claqueta al principio de la película haciendo ver que, aunque cuente una historia real, toda película es y solo puede ser la ficcionalización de una historia en una película que habla sobre una persona que se inventa una vida son perfectos.
Eduard Fernández es también perfecto.