A veces el cine intenta ser un espejo de la realidad o un escape hacía lo fantástico, pero ¡Qué huevos, Sofia! (2024), parece haberse quedado en medio camino entre ambas ideas. Es evidente que los creadores quisieron entregar una historia ligera y entretenida, pero hay momentos en los que se sienta como si e faltara esa chispa que conecta profundamente con el espectador.
Desde mi perspectiva, la película aborda temas como la autoaceptación y el valor de ser auténtico, pero…